¿Por qué plantar Iglesias saludables? Parte II

III. Porque el Espíritu Santo ha sido enviado a todos los seres humanos y crea la iglesia

La tercera razón fundamental para multiplicar iglesias saludables es porque esta acción es obra del Espíritu Santo hacemos crecer la iglesia. La iglesia existe solo por la obra del Espíritu Santo. Hay tres aspectos de esta verdad.

  1. El Espíritu Santo fue dado para todos los pueblos

Dios el Padre y su Hijo, Jesucristo, enviaron al Espíritu Santo por su deseo de que ninguno se pierda sino que todos puedan ser salvos.

La “Tabla de las naciones” en Hechos

¿Por qué plantar iglesias saludables? Porque por medio de ellas el Espíritu Santo quiere seguir transformando la vida de todas las personas. El Espíritu Santo quiere plantar congregaciones saludables compuestas de mujeres y hombres que representen a “todos los pueblos”. Y queda claro en el desarrollo de la historia de Hechos que para lograr esa meta el Espíritu Santo utiliza a los seguidores de Cristo de las iglesias locales. Este proceso es la norma del Nuevo Testamento.

  1. El Espíritu Santo crea nuevas congregaciones saludables

A fin de cuentas necesitamos reconocer que, como humanos, no somos nosotros los que edificamos la iglesia. Esa labor comienza con el Espíritu Santo. El libro de Hechos enseña claramente que el Espíritu Santo es responsable por el crecimiento, la salud y el desarrollo de la iglesia. En Hechos vemos que el Espíritu Santo hace todas estas cosas y más:

El Espíritu Santo…
Crea la iglesia
Reforma y transforma la iglesia
Da poder a la iglesia
Unifica la iglesia
Da nueva sabiduría e iluminación a las palabras de Jesús
Envía a la iglesia
Crea en la iglesia el deseo de crecer
Acompaña la iglesia en su misión
Guía a la iglesia
Ora por medio de la iglesia e intercede por ella
Da a la iglesia las palabras de testimonio y proclamación
Facilita la comunicación
Desarrolla y facilita la receptividad en los oyentes
Convence de pecado, de justicia y de juicio
Convierte a las personas a la fe en Jesucristo
Reúne y unifica a los cristianos para que juntos sean la iglesia
Construye la comunidad de fe, la edifica y la hace crecer
Recibe a los nuevos creyentes
De nuevo envía a la iglesia a un mundo que Dios ama tanto

Al Espíritu Santo le encanta utilizar instrumentos humanos, le gusta obrar por medio de los discípulos de Jesús para lograr la creación de iglesias saludables. Todas las iglesias saludables deben plantar nuevas congregaciones en el poder del Espíritu Santo.

  1. El Espíritu Santo da dones y envía a los miembros de la iglesia a plantar nuevas congregaciones

El Espíritu Santo da dones de una gracia especial a los creyentes en Cristo para llevar a cabo la plantación de nuevas congregaciones. Se podría decir que el Espíritu Santo es como el sistema nervioso del cuerpo. Así como un cable conduce la electricidad, como un nervio conduce el impulso eléctrico del cerebro, así el Espíritu Santo conduce los mandatos de la cabeza de la iglesia (Cristo) hacia los miembros del cuerpo y mueve los músculos a la acción. El Espíritu Santo moviliza los miembros del cuerpo de Cristo en su misión en el mundo. No es posible plantar iglesias saludables sin el ejercicio cuidadoso y eficient de los dones del Espíritu Santo.

Los dones del Espíritu son dones misioneros que el Espíritu Santo quiere utilizar para tocar la vida de los que aún no son discípulos de Cristo, para transformarlos y unirlos a la iglesia de Cristo, formando nuevas congregaciones saludables.

Dado que esos dones son precisamente del Espíritu Santo, se deben ejercer únicamente en un ambiente empapado por el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gá. 5:22-23; Ef. 4:1-6).

  1. Porque la congregación local es la sucursal principal del reino de Dios

La reproducción es un aspecto natural y esencial de la naturaleza misma de la iglesia. Es algo de esperarse de toda congregación saludable. O pudiéramos decirlo en forma negativa: Algo anda mal con una congregación que no se reproduce. Pensemos en este asunto desde tres perspectivas.

  1. La descripción de congregaciones saludables en Hechos 2 y 1 Tesalonicenses 1

Cuando se multiplican iglesias nuevas y saludables, ¿qué es lo que se está multiplicando? La respuesta se puede encontrar en Hechos 2 y 1 Tesalonicenses 1. En ambos casos tenemos la descripción de una nueva congregación que tiene menos de un año de haberse fundado. Lucas nos explica las características de la nueva congregación en Hechos 2:43-47 con el propósito de comprobar que estos son auténticos judíos mesiánicos que cumplen fielmente el Antiguo Testamento y a la vez son fieles seguidores del Mesías, Jesús de Nazaret.

nuestras congregaciones y las nuevas iglesias saludables deben tener las siguientes características:

Características de una congregación saludable expuestas en Hechos 2:43-47

  • Hay maravillas y señales extraordinarias.
  • La congregación hace un impacto en su contexto.
  • Los miembros de la congregación tienen todo en común, se cuidan unos a otros.
  • Comen juntos y celebran una comunión y unidad especial.
  • Adoran y alaban a Dios.
  • El Señor añade cada día a la iglesia el número de los que habían de ser salvos.

Características de una congregación saludable expuestas en 1 Tesalonicenses 1:2-10

  • Confiesan a Jesús como Señor.
  • El evangelio llega “con poder”. Hay maravillas y señales especiales.
  • Se predica la Palabra.
  • Experimentan una comunión de amor.
  • Viven una forma de vida ejemplar.
  • Sufren por el evangelio.
  • Demuestran un nuevo gozo espiritual.
  • Demuestran una conversión radical.
  • Su testimonio es conocido en todo el mundo.
  • Muestran una nueva esperanza.
  1. La relación entre la iglesia y el reino de Dios

La congregación local, como pueblo misionero, es un instrumento del reino de Dios, el agente principal, una señal, y el ámbito principal en el cual el reino se da a conocer.

Cualquiera que capte la importancia de la congregación local en la misión divina también debe considerar cuidadosamente la naturaleza especial de la iglesia y su propósito en el mundo como comunidad del pacto de seguidores de Jesucristo. Ser el cuerpo de Cristo, entonces, significa ser los canales a través de los cuales la obra de Cristo continúa haciéndose.

El reino de Dios y la iglesia se relacionan en la persona de Jesucristo, el rey del reino y la cabeza de la iglesia. El creyente llega a ser parte del reino de Dios en el tiempo y en el espacio a través de la redención en Jesucristo, “la cabeza del cuerpo, la iglesia”.

Las congregaciones misioneras existen porque son una comunidad del pacto del rey, llamadas a ser instrumentos en las manos de Dios para la transformación de su entorno y para bendición de las naciones. En palabras
de René Padilla:

Todas las iglesias están llamadas a colaborar con Dios en la transformación del mundo a partir del evangelio centrado en Jesucristo como Señor del universo, cuyo señorío provee la base para una eclesiología integral y una misión integral.

El reino ya se ha acercado pero todavía no se ha manifestado completamente. Incluso aunque la iglesia no sea lo que debería ser, es el lugar principal de la manifestación del reino entre la ascensión y la segunda venida. El reino se acerca y las iglesias locales son señales que dirigen la atención del mundo hacia el Rey que viene.

La iglesia es la comunidad regida por el Rey

La iglesia es el lugar primordial donde el Rey lleva a cabo su reinado

La iglesia es la señal en la que el Rey anticipa su reinado

La misión de la iglesia es esparcir el conocimiento del Rey y su reinado

La iglesia no puede crear, traer o edificar el reino, solo puede y debe ser testigo de él

La iglesia no puede traer el reino; solo el rey puede hacer eso. Lo que la iglesia puede hacer es proclamar, congregar y crecer en la expectativa del día cuando todos los pueblos se postrarán de rodillas y confesarán con sus labios que Jesús es el Señor (Fil. 2:10)

  1. Plantar nuevas iglesias es la meta penúltima de la misión de Dios

Como cuerpo de Cristo, la Iglesia es la presencia física de Jesús en este mundo, para bendición y transformación de él mismo (Ro. 12; 1 Co. 12; Ef. 4; 1 P. 2; 4).

Plantar, hacer crecer y vigilar por el desarrollo de la iglesia local es solo la meta penúltima de nuestra misión, como Orlando Costas nos hizo ver. La meta final de nuestra labor misionera es la gloria de Dios, como lo veremos en la última parte de este capítulo.

Pero como meta penúltima plantar congregaciones saludables es una labor esencial. Dios ha elegido la congregación local como el instrumento principal de su misión en el mundo. Así que para alcanzar la meta final, es imprescindible crear millares de congregaciones misioneras alrededor del mundo.

  1. Porque plantar iglesias es para alabanza de la gloria de Dios

Plantar iglesias glorifica a Dios. A fin de cuentas, crear congregaciones saludables no es para la gloria de la denominación o la organización misionera. No es para gloria del pastor o el evangelista. No es para gloria de la
iglesia madre. Nuestra motivación primordial debe ser siempre nuestro deseo profundo de dar la gloria a Dios.

  1. Las diez bendiciones de Efesios 1

Todo lo dicho en este capítulo se puede resumir en las palabras de Pablo en el primer capítulo de Efesios. Pablo utiliza las palabras de uno de los himnos más antiguos de la iglesia primitiva. El himno contiene diez palabras que gramaticalmente son verbos: diez palabras de acción. Esas diez acciones se reparten en tres estrofas, una para cada una de las tres personas de la Trinidad. Por eso he titulado el pasaje: “Las diez bendiciones”. Cada estrofa enfatiza la labor y el papel especial de una persona de la Trinidad. Este resumen de lo que Dios ha hecho por nosotros es hermoso, profundo y conmovedor. Sin embargo, considero que lo más sobresaliente del himno es una frase que se repite tres veces y actúa como un coro entretejido a través del himno. Y la frase es esta: “Para alabanza de su gloria”. Véase la letra del himno abajo.

Efesios 1:1-14: “Las diez bendiciones”

Por el Padre:

  1. Escogidos
  2. Hechos santos
  3. Predestinados
  4. Adoptados
    Coro: Para alabanza de su gloria

Por el Hijo

  1. Redimidos
  2. Perdonados
  3. Hechos partícipes del misterio
  4. Unidos con Cristo
  5. Herederos con Él
    Coro: Para alabanza de su gloria

    Por el Espíritu Santo
  6. Sellados por el Espíritu Santo de la promesa quien es las arras (el
    primer pago) de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
    Coro: Para alabanza de su gloria
  1. La visión de Apocalipsis

La iglesia saludable más sobresaliente de toda la Biblia es la congregación que se reúne alrededor del trono de Jesucristo, el Cordero de Dios en la Nueva Jerusalén. ¡Qué visión tan impresionante es la que Juan expone en los últimos dos capítulos de Apocalipsis! El ángel le dice a Juan que le mostrará “la desposada, la esposa del Cordero” (Ap. 21:9).

Unidos todos los pueblos, las familias, las lenguas, las tribus del mundo alaban a Dios con el himno de la eternidad:

Señor, digno eres de recibir la
gloria y la honra y el poder;
porque tú creaste todas las cosas,
y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Al que está sentado en el trono,
y al Cordero, sea la alabanza,
la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
La salvación pertenece a nuestro Dios
que está sentado en el trono, y al Cordero.

Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de
gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios
por los siglos de los siglos.

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor Dios Todopoderoso;
justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero,
y su esposa se ha preparado
(Ap. 4:11; 5:13b; 7:10b, 12; 15:3b; 19:7)

Plantar iglesias saludables es participar en esta visión, es ser conducidos en el poder del Espíritu Santo hacia la nueva realidad, el nuevo cielo y la nueva tierra, para la alabanza de la gloria de nuestro Dios.

  1. La meta final: Para alabanza de su gloria

Su amor constituye la fuente de la que brotan las cinco razones que hemos examinado en cuanto a por qué debemos plantar iglesias:

  • Porque Dios es el Padre que busca y halla lo perdido.
  • Porque el amor de Cristo nos constriñe.
  • Porque el Espíritu Santo ha sido enviado a todo ser humano (toda carne).
  • Porque la congregación local es la sucursal principal del reino de Dios.
  • Porque plantar iglesias es para alabanza de la gloria de Dios.

Podríamos expresar la misión de la iglesia de esta manera:

Es la voluntad de Dios que hombres y mujeres de todos los pueblos de la tierra sean invitados a convertirse en seguidores de Jesucristo, miembros responsables de su iglesia, y se reúnan en comunidades de fe en el poder del Espíritu Santo. Estos grupos de creyentes, como agentes del reino de Dios, buscan transformar la realidad de su contexto para la gloria de Dios.

La iglesia de Jesucristo está llamada a la acción misionera en el mundo mientras busca proclamar las buenas nuevas del reino de Dios en formas que sean bíblicamente fieles, contextualmente apropiadas y globalmente transformadoras. La cabeza de la iglesia es Jesucristo, el Señor. Desde este punto de vista, la existencia de la iglesia tiene un solo propósito: la alabanza de la gloria de Dios.

Conclusión

La esperanza del mundo y la posibilidad de transformar la realidad que enfrentamos hoy radica en multiplicar millares de iglesias saludables en cada ciudad, pueblo y aldea en todo el mundo. Estas han de ser congregaciones de hijos e hijas de Dios, seguidores de Jesucristo, bendecidos con la presencia y los dones del Espíritu Santo, que intencionalmente busquen ser señales de la venida del reino de Dios, para alabanza de su gloria.

Recuperado de https://mejoresiglesias.org/que-es-la-plantacion-de-iglesias-parte-ii/

¿Qué es la plantación de Iglesias? Parte I

Una perspectiva desde la Gran Comisión

Hoy se están plantando en el mundo más iglesias que en cualquier otra época en la historia del cristianismo. A pesar de estos hechos algunas personas no están convencidas de la necesidad de plantar iglesias.

Para abordar este problema comenzaremos definiendo qué es la plantación de iglesias. Después enfocaremos nuestra atención en las razones por las cuales debemos plantar iglesias.

  1. Descripción de la iglesia

En el Nuevo Testamento, la iglesia es presentada como cuerpo de Cristo (1 Co. 10:16-17; Ef. 1:22-23), congregación de los santos (1 Co. 1:9), pueblo de Dios (1 P. 2:9; Ro. 9:25), sacerdotes de Dios (1 P. 2:9) y organismo vivo (1 Co. 12:12-31)

El Nuevo Testamento también aporta ejemplos o modelos de iglesias. Al estudiar la naturaleza y las actividades de la iglesia en Jerusalén aprendemos mucho sobre las funciones de una iglesia cristiana. De Hechos 2:40-47 podemos concluir que una iglesia es un grupo de creyentes que han respondido al mensaje del evangelio (v. 41), han sido bautizados (v. 41), permanecen firmes en la doctrina de los apóstoles (v. 42), comparten con otros (v. 42), oran (v. 42), celebran la Cena del Señor (v. 42), preservan la unidad (v. 44), ministran a los necesitados (v. 45), se reúnen para alabar a Dios (v. 47) y comparten el mensaje de salvación (v. 47).

El modelo de la iglesia de Antioquía presenta un desafío a las iglesias de hoy. Esta iglesia comprendió el profundo deseo de Jesús de alcanzar a todos los grupos culturales y subculturales con el evangelio. Primero, hicieron todo lo posible por alcanzar a su propio grupo, alcanzaron a los griegos que vivían en su ciudad y luego enviaron misioneros a proclamar el mensaje de salvación en el mundo conocido de ese tiempo. En Antioquía encontramos el modelo de una iglesia que se esforzó por cumplir la Gran Comisión.

De la iglesia de Jerusalén podemos aprender las funciones esenciales de una iglesia neotestamentaria. De la de Antioquía podemos aprender lo que se necesita para cumplir la Gran Comisión. Podemos concluir que una iglesia puede ser un grupo grande o pequeño de creyentes, con o sin edificio, con líderes que tienen una educación formal o que no la tienen, con estructuras de organización muy elaboradas o sencillas. En otras palabras, hay muchos tipos de iglesias y no debemos permitir que requisitos que no se mencionan en la Biblia estorben en el proceso de comenzar miles de iglesias entre las multitudes que no conocen a Cristo. Por ende, la plantación de iglesias se puede definir como el esfuerzo de reunir a las personas que han creído en Cristo para que sean y
funcionen como el cuerpo de Cristo en su comunidad y puedan cumplir la Gran Comisión.

  1. Razones por las que debemos plantar iglesias
  2. Razones bíblicas

Las iglesias nuevas son más efectivas para hacer discípulos

Una de las razones primordiales para comenzar nuevas iglesias es que esta es la mejor manera de cumplir la Gran Comisión. Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mt. 28:18-20). Es importante ir a donde está la gente, enseñarles la Palabra de Dios y bautizarlos. Pero la meta final es que se conviertan en discípulos dedicados a Jesucristo. Debemos plantar iglesias porque es la forma más efectiva de cumplir la Gran Comisión.

Las iglesias nuevas contribuyen a testificar sobre el reino de Dios

Una segunda razón es que la plantación de iglesias contribuye a la extensión de la misión de proclamar el reino de Dios. Jesús dijo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mr. 1:15).

Se necesitan iglesias en muchas comunidades, iglesias que practiquen las enseñanzas del reino y lo anuncien a otros. Las nuevas congregaciones contribuyen a testificar sobre el dominio de Dios en la tierra.

Las iglesias nuevas contribuyen a la expansión del pueblo de Dios

Cuando Pablo menciona que el evangelio es tanto para judíos como griegos (Ro. 1:16), está declarando que el evangelio es universal. Al establecer nuevas congregaciones, los grupos que alguna vez fueron excluidos o ignorados pueden ser alcanzados con el evangelio de Jesucristo.

Las iglesias nuevas proclaman un mensaje relevante

La estrategia misionera del apóstol Pablo tuvo en cuenta la gran diversidad cultural, lingüística, filosófica
y religiosa de los grupos que quería alcanzar con el evangelio. En la sinagoga de Antioquía, por ejemplo, le habló a su audiencia judía sobre los patriarcas, los profetas y las profecías, y presentó a Cristo como el cumplimiento de esas profecías (Hch. 13). Por otro lado, en Atenas, no mencionó a los patriarcas judíos sino que habló sobre Dios como creador de toda la humanidad. Allí utilizó el ejemplo del “dios no conocido” de los atenienses para hablarles sobre el verdadero Dios (Hch. 17).

Debido a la gran diversidad de idiomas, culturas, estilos de vida y niveles socioeconómicos no es sorprendente que distintas personas prefieran estilos muy diferentes de adoración, comunicación, liderazgo y predicación. Cuando la plantación de iglesias toma en cuenta la estrategia de contextualización del apóstol Pablo, hay mayor
respuesta al evangelio y se ganan muchas personas para Cristo.

 

Recuperado de https://mejoresiglesias.org/que-es-la-plantacion-de-iglesias-parte-i

Pablo el “enviador”

Autor: Marcos Domínguez

El Apóstol Pablo es un modelo a seguir como plantador de iglesias pero a su vez también es un modelo a seguir como “enviador” para que otros planten iglesias. Al leer el libro de los Hechos encontramos que por cada ciudad que Pablo pasaba se plantaba una iglesia, se conformaba una congregación, se levantaban lideres y continuaba. Pero si bien para Pablo este era el modus operandi cuándo llegaba a cada nueva ciudad, él entendía que como la obra era tanta  tenía que seguir empoderando a más hermanos para que continúen con la evangelización y la plantación de iglesias, es así que le dice a Timoteo: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2 Timoteo 2:2).

Pablo comprende lo fundamental de que esta tarea se repita infinitamente y que únicamente se finalice cuando Cristo vuelva. Ejemplo de ello es la carta para los colosenses y la carta perdida a los hermanos de la Odisea, son dos congregaciones que Pablo no fundó pero se cree que fueron fundadas por los que él envió a seguir con la tarea y que luego por ese mismo motivo envía como soporte a Tiquico para ayudar.

Pablo entendió el rol que tenía como “enviador” y es por eso que termina desafiando a todo el cuerpo de Cristo con la siguiente frase en el libro de Romanos:

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:14-15)

 Sigue siendo un desafío vigente aplicando a cada una de nuestras vidas. Necesitamos más “enviadores”, necesitamos más iglesias.

¿Por qué iglesias?

Autor: Red de Multiplicación 

Es posible que usted se haya preguntado:

“¿Por qué sembrar más iglesias si millones de personas sufren diaramente por carencia de agua potable, enfermedades, etc? ¿No deberíamos construir pozos de agua y clínicas en lugar de sembrar más iglesias?

Son preguntas muy válidas, sin embargo en Efesios 3:10 Pablo dice: “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia”… A pesar de las circunstancias que cada persona está atravesando, cuando conocen a Dios y se integran a una comunidad local de creyentes; la desesperanza desaparece.

Cuando una iglesia saludable es sembrada en una comunidad local, nacen también líderes que se sienten capaces de lograr un cambio a través del Espíritu Santo. Con renovadas esperanzas, estos líderes locales establecen una variedad de ministerios sostenibles, que contribuyen a transformar sus comunidades.

Una respuesta integral y contextualizada a todo tipo de necesidades humanas se puede lograr a través de las comunidades locales de creyentes que pueden compartir el amor de Cristo en todas las clases de manera práctica. Los programas que ofrecen educación sobre el SIDA y la violencia doméstica pueden trabajar a través de la iglesia por un impacto duradero.

Queremos ver más iglesias y mejores iglesias.

Más familias y comunidades transformadas a través del poder de Jesús.

Recuperado: https://www.reddemultiplicacion.com/quienes-somos/por-que-las-iglesias

En la ruta

Autor: Juan Carlos Melo

¿Cuál será la ruta de la Iglesia para los próximos años?

Se dice que las iglesias que pasan los tres primeros años la curva de crecimiento, después pasan a una curva de fatiga y pasan a ser un movimiento, una máquina, un monumento o un museo. Eso le pasa a las denominaciones, a las iglesias locales, al liderazgo y también a los procesos. Pero cuando un líder, cuando una denominación, cuando un país empieza a ver el pasado y piensa que éste era mejor que el futuro, está decaído.

Está mirando hacia abajo y empieza a hacer monumentos al pasado. El pasado de la Iglesia  no puede ser mejor que el futuro, si Cristo está en su futuro. Lo que hicieron los pioneros en Centroamérica y en América Latina es maravilloso y se les bendice en el nombre de Jesús; pero eso no puede ser mejor que lo que viene. Hay que honrar aquello, y celebrar lo que Cristo va a hacer.

Cuando se empieza a ver el pasado como mejor que el futuro, se está creando monumentos y la siguiente fase es ser un museo. Algo para ver y recordar, glorias pasadas nada más, sin vida. Eso no le puede pasar a la Iglesia del Señor. Hay esperanza en la Palabra del Señor cuando dijo: yo edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán en el avance de la Iglesia, pero la iglesia tiene que avanzar. Si la Iglesia no avanza, entonces ¿qué es lo que avanza? La Iglesia tiene que ir en avance y el avance se tiene que medir en números también.

Las iglesias que pasan los tres a cinco primeros años dejan de evangelizar con la misma fuerza. Se concentran más hacia dentro. La Iglesia debe crecer armónicamente hacia arriba en su devoción al Señor, en su amor al Señor hacia fuera y el amor al prójimo. Lo que es el amor a los necesitados y el amor hacia aquel que no es su hermano, que es el prójimo, y hacer lo que sea necesario para que sea su hermano. Un mandamiento nuevo os doy: “que os améis los unos a los otros”, pero ese mandamiento ya existía en la Ley, el amor al otro, al próximo, pero ¿qué era lo nuevo de esto?

Hay tres niveles de amor que la iglesia debe tener. El amor a Dios por sobre todas las cosas, el amor al prójimo, que no está separado del amor a Dios, porque si no ama al prójimo y dice amar a Dios es falso, por eso es que no tiene impacto en la sociedad, porque se han vuelto iglesias litúrgicas que dicen amar a Dios con cantos, pero salen y no aman al vecino y pierde efectividad. Y el amor a su comunidad.

Los evangélicos de los últimos tiempos han separado el amor de Dios del amor al prójimo. Eso es una herejía. No se puede separar el amor a Dios del amor al prójimo. Se tiene que amar al prójimo de la misma manera que se ama a Dios. Hay que amar a los niños, aunque no diezmen. Hay que amar a los jóvenes. Que no pase como en la generación de Josué donde cada uno hacía lo que bien le parecía porque no conocían a Dios, porque sus padres no les mostraron el camino.

Dios ama a Latinoamérica  y este es el tiempo del Señor y quienes pertenecen a una denominación, quienes son pastores en países y en ciudades, tienen que aprovechar y avanzar porque ahora hay un tiempo en el que de cada tres personas a las que se les comparte el evangelio, una le dice sí al Señor Jesucristo.

Eso es avivamiento, pero no se lo está aprovechando. Hay que ir afuera. Hay que ir a cosechar. Hay que orar por obreros para la gran cosecha. El Señor ni siquiera pide que oren por la mies sino más bien por obreros. Hay que multiplicar obreros. Los líderes tienen un poder en las manos, un poder espiritual. Dios no se mueve si no es con el liderazgo de su iglesia. Si el liderazgo de la iglesia cree, Dios obra. Si el liderazgo de la Iglesia no cree, Dios no obra y esa es la responsabilidad del liderazgo. Del Génesis al Apocalipsis hubo un Abraham, un Moisés, un Josué, un Jeremías que guiaban al pueblo.

 Volver al principio

Hay que volver a las rodillas. Una iglesia que no ora es una iglesia en derrota. Hay que volver a estar bajo la influencia del Espíritu Santo, en santidad, porque los dones del Espíritu sin santidad no se saben qué son. Se necesita clamar al Señor. Clamar a Cristo y empoderar nuevos líderes. Empoderar la nueva generación. ¿Qué se va a dejar en esta tierra: bloques y ladrillos, con cementos y techos? El Señor no viene por eso. El Señor viene por gente redimida.

Si hubiera que plantar nuevas congregaciones, usando el ejemplo de Asambleas de Dios en El Salvador que tiene un promedio de 100 miembros, entonces habría que plantar cada año cincuenta iglesias de 100 discípulos cada una para tener un número de 5.000 nuevas iglesias y mantenerse en la curva de crecimiento. Eso no es imposible, pero eso sólo mantiene la curva para no decaer versus el crecimiento poblacional. Se necesita de ahí para arriba para crecer.

Suponiendo que se podrían tener iglesias de cincuenta personas. Esto significaría que serían 100 iglesias de cincuenta discípulos anualmente para mantenerse en la curva de la población. De ahí en adelante cualquier cosa es crecimiento. Pero dentro de estas cifras es primordial tomar en cuenta el número de bautismos, que es una cifra dura porque es crecimiento. Eso significa que hay un crecimiento por evangelismo y no por reciclaje de membresía. El reciclaje de membresía no hace crecer el Reino. Hace crecer una congregación, pero no el Reino. Es decir, si hay un crecimiento de mil o de cien miembros este año y sólo se bautizaron diez, entonces algo anda mal. Es importante que el crecimiento saludable en la iglesia establecida y en la plantación de iglesia sea medible a través de bautizos. Eso es real, el resto es conversable.

Plantación y desarrollo de iglesias

En panoramas de plantación y desarrollo de iglesias, no se puede dejar de hablar de la ética del Reino de Dios. Ésta implica muchas cosas, pero en plantación de iglesias hay algo que no se debe hacer y es pescar en otras peceras. Muchas veces debido a eso se impide plantar más iglesias. También es anti-ético y sería contradictorio porque el Señor no le ha dado el derecho de ser terrateniente, o espiritualmente hablando, dueño de esa iglesia.

Actualmente no  se plantan iglesias con un concepto de comunidad. La mayoría es insensible a la comunidad donde está porque son iglesias pobres. Las iglesias evangélicas en su mayoría, 99.9%, no son sembradas con un concepto misionológico.

El triángulo misionológico dice: Dios, Iglesia y comunidad; y si se tuviera ese enfoque desde el principio, entonces se entendería que cualquier cosa que rompe la relación con la comunidad no debe hacerse porque la existencia y la razón de ser de la Iglesia delante del Señor no es cantar, es ganar esa comunidad.

El triángulo misionológico es clave y esto se enseña dentro de los materiales que los plantadores reciben. De hecho el primer módulo es cien por ciento análisis de comunidad y se le da herramientas para que vaya y haga un análisis de comunidad y entreviste a los líderes. Aquí es importante saber que el 80% de los pastores no tiene una buena relación, o una relación sólida, con los presidentes de los barrios donde están sus congregaciones. Nunca se han tomado un cafecito. Es más no saben quiénes son y cuando saben es porque están peleados.

Hay que entender y ubicarse bíblica y teológicamente. La Iglesia no existe porque es bonita. La Iglesia existe porque existe un Dios de Misión. Dios está en misión y para eso existe la Iglesia, para cumplir la misión de Dios en la tierra. Hay que caminar y cumplirla. Si deja de hacer esa misión, entonces deja de tener esencia y se convierte en club religioso, de muy mal gusto por cierto.La Iglesia existe para la misión.

Más del 70% de membrecía de una iglesia no pertenece al barrio donde está la iglesia. Vienen de todo lado porque no les importa el barrio. Actualmente en muchas ciudades, debido a las normas ecológicas, están cerrando congregaciones. Las autoridades reciben quejas de las iglesias porque tienen el volumen demasiado alto. Le dan demasiado énfasis a las formas. Debería haber dos cosas bien claras sobre los cánticos en las iglesias, y no se refiere a la adoración porque en la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis es obedecer, no cantar. Algunos creen que la unción está en el volumen, por eso se ha vuelto tan poco efectiva.

La Iglesia existe para su comunidad. Analice su comunidad y mire como está en relación a la iglesia, y pida en esa pasión al Señor una visión y una misión para el proceso de esa comunidad porque antes de que usted llegue allí, Dios ya estuvo ahí.

Haga un análisis no sólo de cantidad sino de calidad, de cuánto impacto tiene en la sociedad al estilo de la iglesia primitiva, que tenía favor con el pueblo y se añadían los que debían ser salvos. El Señor va a añadir cada día a los que quiera a la Iglesia, cuando la Iglesia tenga favor con la comunidad. Hay que amar al prójimo. Mostrar a Cristo a la sociedad. Carácter, conducta e imagen del varón perfecto que es Cristo Jesús.

Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/03/14/en-la-ruta-dr-juan-carlos-melo/