¿Por qué plantar Iglesias saludables? Parte II

III. Porque el Espíritu Santo ha sido enviado a todos los seres humanos y crea la iglesia

La tercera razón fundamental para multiplicar iglesias saludables es porque esta acción es obra del Espíritu Santo hacemos crecer la iglesia. La iglesia existe solo por la obra del Espíritu Santo. Hay tres aspectos de esta verdad.

  1. El Espíritu Santo fue dado para todos los pueblos

Dios el Padre y su Hijo, Jesucristo, enviaron al Espíritu Santo por su deseo de que ninguno se pierda sino que todos puedan ser salvos.

La “Tabla de las naciones” en Hechos

¿Por qué plantar iglesias saludables? Porque por medio de ellas el Espíritu Santo quiere seguir transformando la vida de todas las personas. El Espíritu Santo quiere plantar congregaciones saludables compuestas de mujeres y hombres que representen a “todos los pueblos”. Y queda claro en el desarrollo de la historia de Hechos que para lograr esa meta el Espíritu Santo utiliza a los seguidores de Cristo de las iglesias locales. Este proceso es la norma del Nuevo Testamento.

  1. El Espíritu Santo crea nuevas congregaciones saludables

A fin de cuentas necesitamos reconocer que, como humanos, no somos nosotros los que edificamos la iglesia. Esa labor comienza con el Espíritu Santo. El libro de Hechos enseña claramente que el Espíritu Santo es responsable por el crecimiento, la salud y el desarrollo de la iglesia. En Hechos vemos que el Espíritu Santo hace todas estas cosas y más:

El Espíritu Santo…
Crea la iglesia
Reforma y transforma la iglesia
Da poder a la iglesia
Unifica la iglesia
Da nueva sabiduría e iluminación a las palabras de Jesús
Envía a la iglesia
Crea en la iglesia el deseo de crecer
Acompaña la iglesia en su misión
Guía a la iglesia
Ora por medio de la iglesia e intercede por ella
Da a la iglesia las palabras de testimonio y proclamación
Facilita la comunicación
Desarrolla y facilita la receptividad en los oyentes
Convence de pecado, de justicia y de juicio
Convierte a las personas a la fe en Jesucristo
Reúne y unifica a los cristianos para que juntos sean la iglesia
Construye la comunidad de fe, la edifica y la hace crecer
Recibe a los nuevos creyentes
De nuevo envía a la iglesia a un mundo que Dios ama tanto

Al Espíritu Santo le encanta utilizar instrumentos humanos, le gusta obrar por medio de los discípulos de Jesús para lograr la creación de iglesias saludables. Todas las iglesias saludables deben plantar nuevas congregaciones en el poder del Espíritu Santo.

  1. El Espíritu Santo da dones y envía a los miembros de la iglesia a plantar nuevas congregaciones

El Espíritu Santo da dones de una gracia especial a los creyentes en Cristo para llevar a cabo la plantación de nuevas congregaciones. Se podría decir que el Espíritu Santo es como el sistema nervioso del cuerpo. Así como un cable conduce la electricidad, como un nervio conduce el impulso eléctrico del cerebro, así el Espíritu Santo conduce los mandatos de la cabeza de la iglesia (Cristo) hacia los miembros del cuerpo y mueve los músculos a la acción. El Espíritu Santo moviliza los miembros del cuerpo de Cristo en su misión en el mundo. No es posible plantar iglesias saludables sin el ejercicio cuidadoso y eficient de los dones del Espíritu Santo.

Los dones del Espíritu son dones misioneros que el Espíritu Santo quiere utilizar para tocar la vida de los que aún no son discípulos de Cristo, para transformarlos y unirlos a la iglesia de Cristo, formando nuevas congregaciones saludables.

Dado que esos dones son precisamente del Espíritu Santo, se deben ejercer únicamente en un ambiente empapado por el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gá. 5:22-23; Ef. 4:1-6).

  1. Porque la congregación local es la sucursal principal del reino de Dios

La reproducción es un aspecto natural y esencial de la naturaleza misma de la iglesia. Es algo de esperarse de toda congregación saludable. O pudiéramos decirlo en forma negativa: Algo anda mal con una congregación que no se reproduce. Pensemos en este asunto desde tres perspectivas.

  1. La descripción de congregaciones saludables en Hechos 2 y 1 Tesalonicenses 1

Cuando se multiplican iglesias nuevas y saludables, ¿qué es lo que se está multiplicando? La respuesta se puede encontrar en Hechos 2 y 1 Tesalonicenses 1. En ambos casos tenemos la descripción de una nueva congregación que tiene menos de un año de haberse fundado. Lucas nos explica las características de la nueva congregación en Hechos 2:43-47 con el propósito de comprobar que estos son auténticos judíos mesiánicos que cumplen fielmente el Antiguo Testamento y a la vez son fieles seguidores del Mesías, Jesús de Nazaret.

nuestras congregaciones y las nuevas iglesias saludables deben tener las siguientes características:

Características de una congregación saludable expuestas en Hechos 2:43-47

  • Hay maravillas y señales extraordinarias.
  • La congregación hace un impacto en su contexto.
  • Los miembros de la congregación tienen todo en común, se cuidan unos a otros.
  • Comen juntos y celebran una comunión y unidad especial.
  • Adoran y alaban a Dios.
  • El Señor añade cada día a la iglesia el número de los que habían de ser salvos.

Características de una congregación saludable expuestas en 1 Tesalonicenses 1:2-10

  • Confiesan a Jesús como Señor.
  • El evangelio llega “con poder”. Hay maravillas y señales especiales.
  • Se predica la Palabra.
  • Experimentan una comunión de amor.
  • Viven una forma de vida ejemplar.
  • Sufren por el evangelio.
  • Demuestran un nuevo gozo espiritual.
  • Demuestran una conversión radical.
  • Su testimonio es conocido en todo el mundo.
  • Muestran una nueva esperanza.
  1. La relación entre la iglesia y el reino de Dios

La congregación local, como pueblo misionero, es un instrumento del reino de Dios, el agente principal, una señal, y el ámbito principal en el cual el reino se da a conocer.

Cualquiera que capte la importancia de la congregación local en la misión divina también debe considerar cuidadosamente la naturaleza especial de la iglesia y su propósito en el mundo como comunidad del pacto de seguidores de Jesucristo. Ser el cuerpo de Cristo, entonces, significa ser los canales a través de los cuales la obra de Cristo continúa haciéndose.

El reino de Dios y la iglesia se relacionan en la persona de Jesucristo, el rey del reino y la cabeza de la iglesia. El creyente llega a ser parte del reino de Dios en el tiempo y en el espacio a través de la redención en Jesucristo, “la cabeza del cuerpo, la iglesia”.

Las congregaciones misioneras existen porque son una comunidad del pacto del rey, llamadas a ser instrumentos en las manos de Dios para la transformación de su entorno y para bendición de las naciones. En palabras
de René Padilla:

Todas las iglesias están llamadas a colaborar con Dios en la transformación del mundo a partir del evangelio centrado en Jesucristo como Señor del universo, cuyo señorío provee la base para una eclesiología integral y una misión integral.

El reino ya se ha acercado pero todavía no se ha manifestado completamente. Incluso aunque la iglesia no sea lo que debería ser, es el lugar principal de la manifestación del reino entre la ascensión y la segunda venida. El reino se acerca y las iglesias locales son señales que dirigen la atención del mundo hacia el Rey que viene.

La iglesia es la comunidad regida por el Rey

La iglesia es el lugar primordial donde el Rey lleva a cabo su reinado

La iglesia es la señal en la que el Rey anticipa su reinado

La misión de la iglesia es esparcir el conocimiento del Rey y su reinado

La iglesia no puede crear, traer o edificar el reino, solo puede y debe ser testigo de él

La iglesia no puede traer el reino; solo el rey puede hacer eso. Lo que la iglesia puede hacer es proclamar, congregar y crecer en la expectativa del día cuando todos los pueblos se postrarán de rodillas y confesarán con sus labios que Jesús es el Señor (Fil. 2:10)

  1. Plantar nuevas iglesias es la meta penúltima de la misión de Dios

Como cuerpo de Cristo, la Iglesia es la presencia física de Jesús en este mundo, para bendición y transformación de él mismo (Ro. 12; 1 Co. 12; Ef. 4; 1 P. 2; 4).

Plantar, hacer crecer y vigilar por el desarrollo de la iglesia local es solo la meta penúltima de nuestra misión, como Orlando Costas nos hizo ver. La meta final de nuestra labor misionera es la gloria de Dios, como lo veremos en la última parte de este capítulo.

Pero como meta penúltima plantar congregaciones saludables es una labor esencial. Dios ha elegido la congregación local como el instrumento principal de su misión en el mundo. Así que para alcanzar la meta final, es imprescindible crear millares de congregaciones misioneras alrededor del mundo.

  1. Porque plantar iglesias es para alabanza de la gloria de Dios

Plantar iglesias glorifica a Dios. A fin de cuentas, crear congregaciones saludables no es para la gloria de la denominación o la organización misionera. No es para gloria del pastor o el evangelista. No es para gloria de la
iglesia madre. Nuestra motivación primordial debe ser siempre nuestro deseo profundo de dar la gloria a Dios.

  1. Las diez bendiciones de Efesios 1

Todo lo dicho en este capítulo se puede resumir en las palabras de Pablo en el primer capítulo de Efesios. Pablo utiliza las palabras de uno de los himnos más antiguos de la iglesia primitiva. El himno contiene diez palabras que gramaticalmente son verbos: diez palabras de acción. Esas diez acciones se reparten en tres estrofas, una para cada una de las tres personas de la Trinidad. Por eso he titulado el pasaje: “Las diez bendiciones”. Cada estrofa enfatiza la labor y el papel especial de una persona de la Trinidad. Este resumen de lo que Dios ha hecho por nosotros es hermoso, profundo y conmovedor. Sin embargo, considero que lo más sobresaliente del himno es una frase que se repite tres veces y actúa como un coro entretejido a través del himno. Y la frase es esta: “Para alabanza de su gloria”. Véase la letra del himno abajo.

Efesios 1:1-14: “Las diez bendiciones”

Por el Padre:

  1. Escogidos
  2. Hechos santos
  3. Predestinados
  4. Adoptados
    Coro: Para alabanza de su gloria

Por el Hijo

  1. Redimidos
  2. Perdonados
  3. Hechos partícipes del misterio
  4. Unidos con Cristo
  5. Herederos con Él
    Coro: Para alabanza de su gloria

    Por el Espíritu Santo
  6. Sellados por el Espíritu Santo de la promesa quien es las arras (el
    primer pago) de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
    Coro: Para alabanza de su gloria
  1. La visión de Apocalipsis

La iglesia saludable más sobresaliente de toda la Biblia es la congregación que se reúne alrededor del trono de Jesucristo, el Cordero de Dios en la Nueva Jerusalén. ¡Qué visión tan impresionante es la que Juan expone en los últimos dos capítulos de Apocalipsis! El ángel le dice a Juan que le mostrará “la desposada, la esposa del Cordero” (Ap. 21:9).

Unidos todos los pueblos, las familias, las lenguas, las tribus del mundo alaban a Dios con el himno de la eternidad:

Señor, digno eres de recibir la
gloria y la honra y el poder;
porque tú creaste todas las cosas,
y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Al que está sentado en el trono,
y al Cordero, sea la alabanza,
la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
La salvación pertenece a nuestro Dios
que está sentado en el trono, y al Cordero.

Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de
gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios
por los siglos de los siglos.

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor Dios Todopoderoso;
justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero,
y su esposa se ha preparado
(Ap. 4:11; 5:13b; 7:10b, 12; 15:3b; 19:7)

Plantar iglesias saludables es participar en esta visión, es ser conducidos en el poder del Espíritu Santo hacia la nueva realidad, el nuevo cielo y la nueva tierra, para la alabanza de la gloria de nuestro Dios.

  1. La meta final: Para alabanza de su gloria

Su amor constituye la fuente de la que brotan las cinco razones que hemos examinado en cuanto a por qué debemos plantar iglesias:

  • Porque Dios es el Padre que busca y halla lo perdido.
  • Porque el amor de Cristo nos constriñe.
  • Porque el Espíritu Santo ha sido enviado a todo ser humano (toda carne).
  • Porque la congregación local es la sucursal principal del reino de Dios.
  • Porque plantar iglesias es para alabanza de la gloria de Dios.

Podríamos expresar la misión de la iglesia de esta manera:

Es la voluntad de Dios que hombres y mujeres de todos los pueblos de la tierra sean invitados a convertirse en seguidores de Jesucristo, miembros responsables de su iglesia, y se reúnan en comunidades de fe en el poder del Espíritu Santo. Estos grupos de creyentes, como agentes del reino de Dios, buscan transformar la realidad de su contexto para la gloria de Dios.

La iglesia de Jesucristo está llamada a la acción misionera en el mundo mientras busca proclamar las buenas nuevas del reino de Dios en formas que sean bíblicamente fieles, contextualmente apropiadas y globalmente transformadoras. La cabeza de la iglesia es Jesucristo, el Señor. Desde este punto de vista, la existencia de la iglesia tiene un solo propósito: la alabanza de la gloria de Dios.

Conclusión

La esperanza del mundo y la posibilidad de transformar la realidad que enfrentamos hoy radica en multiplicar millares de iglesias saludables en cada ciudad, pueblo y aldea en todo el mundo. Estas han de ser congregaciones de hijos e hijas de Dios, seguidores de Jesucristo, bendecidos con la presencia y los dones del Espíritu Santo, que intencionalmente busquen ser señales de la venida del reino de Dios, para alabanza de su gloria.

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