DE LÍDERES A MULTIPLICADORES

Por Juan Carlos Melo

El desarrollo y crecimiento del ministerio de un pastor, o de un líder, debería dar como resultado el que se convierta en un multiplicador de nuevos obreros. Esto en la práctica debe ser intencional para evitar lo que ahora las nuevas generaciones viven al sentir que los líderes actuales no quieren empoderarles dentro de la estructura de la iglesia y de la denominación.

“Muchos pueden llegar a mirar a su liderazgo como un corcho que no permite su crecimiento y esto produce una tensión generacional entre los líderes de hoy y los del futuro.”

La mejor manera de no generar esta ruptura o conflicto intergeneracional, que puede incluso dividir y producir profundos daños en las relaciones y en las estructuras de la iglesia, es desarrollando líderes y pastores que multipliquen iglesias con un liderazgo intencional y que comprende que parte vital de su función es dejar que otros hagan los mismo y hasta mejor que ellos, como preparación para cuando ellos ya no estén.

“Es fundamental alentar la transformación del pastor de una iglesia local a convertirse en pastor de pastores, cambiando no solo su función sino su influencia a través del mentoreo.”

Una cosa es pastorear una congregación de 100 a 200 personas y otra cosa es mentorear, empoderar y multiplicarse en otros, y no para tener una congregación de 200 ó 300 miembros, sino con el fin de ser una iglesia descentralizada y que empodera más líderes bajo el mentoreo de un pastor experimentado y así multiplicar congregaciones bajo modelos de iglesias satélites o hijas, de esta manera la multiplicación da como fruto la transformación.

 

Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/05/11/de-lideres-a-multiplicadores-dr-juan-carlos-melo/

¿Por qué iglesias?

Autor: Red de Multiplicación 

Es posible que usted se haya preguntado:

“¿Por qué sembrar más iglesias si millones de personas sufren diaramente por carencia de agua potable, enfermedades, etc? ¿No deberíamos construir pozos de agua y clínicas en lugar de sembrar más iglesias?

Son preguntas muy válidas, sin embargo en Efesios 3:10 Pablo dice: “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia”… A pesar de las circunstancias que cada persona está atravesando, cuando conocen a Dios y se integran a una comunidad local de creyentes; la desesperanza desaparece.

Cuando una iglesia saludable es sembrada en una comunidad local, nacen también líderes que se sienten capaces de lograr un cambio a través del Espíritu Santo. Con renovadas esperanzas, estos líderes locales establecen una variedad de ministerios sostenibles, que contribuyen a transformar sus comunidades.

Una respuesta integral y contextualizada a todo tipo de necesidades humanas se puede lograr a través de las comunidades locales de creyentes que pueden compartir el amor de Cristo en todas las clases de manera práctica. Los programas que ofrecen educación sobre el SIDA y la violencia doméstica pueden trabajar a través de la iglesia por un impacto duradero.

Queremos ver más iglesias y mejores iglesias.

Más familias y comunidades transformadas a través del poder de Jesús.

Recuperado: https://www.reddemultiplicacion.com/quienes-somos/por-que-las-iglesias

LA LEY DIVINA UNIVERSAL IMPLANTADA POR DIOS ES EL CRECIMIENTO.

Por Pastor Ruben Potanski

Comencé a dar mis pasos en el camino del Señor y adolescente a la edad de 13 años sirviendo en un grupo de jóvenes en una pequeña Iglesia Bautista

Luego más tarde me bauticé a los 16, y recibí el bautismo del Espíritu Santo a los 18 años; ya en una iglesia de linea pentecostal y desde entonces no deje de servir pasando por distintas áreas de servicio de la iglesia

Era el tiempo de las campañas de Carlos Annacondia y junto al grupo de jóvenes de la iglesia nos reuníamos antes de cada culto en la cocina de la iglesia para orar y ser llenos del Espíritu Santo. Fue un tiempo de mucha búsqueda y mucha gracia de Dios derramada sobre la vida de muchos de los jóvenes que nos juntamos para orar.

Ya de casados con mi esposa Susy quién ha sido para mi vida y ministerio un apoyo invaluable hasta aquí y con los chicos pequeños decidimos congregarnos en la iglesia Cristo Rey qué pastorea el pastor Rubén alegre, ya que vivíamos en el barrio, y así evitar viajes y demoras y el costo de los mismos

Fuimos inspirados por ellos para estudiar en el instituto bíblico a medida que servíamos en la iglesia y para ser sincero nos fuimos involucrando y de repente nos encontramos Viajando a la ciudad de Moreno para apoyar una obra que había comenzado la iglesia con una familia de Aquel lugar

Todo sucedió muy rápido y en medio de dos o tres meses en el año 1997 nos encontramos haciéndonos cargo de Aquel lugar y comenzando oficialmente a desarrollar nuestro ministerio.

Pasamos todo tipo de experiencias y necesidades Dios ha sido fiel hasta aquí y nos ha sostenido y muchas veces pienso si nos tocará comenzar de nuevo Cómo haríamos las cosas

Hemos emprendido desafíos alocados que no sé si con la experiencia actual volveríamos a hacerlo una cosa si se, que lo que hasta aquí se ha hecho Dios lo ha permitido y no me arrepiento de todo el esfuerzo y trabajo invertidos en la obra de Dios.

Ya con nuestros hijos grandes, 2 casados con hijos de ministros y Cindy la menor sirviendo al señor con todo su corazón, no dejó de dar gracias a Dios por cada etapa de mi vida en la que él ha moldeado no sólo nuestras vidas personales si no cada integrante de nuestra familia

A la fecha estamos agradecidos al señor por la familia de creyentes que nos permite pastorear y la oportunidad de estar al frente del ministerio con tres obras aquí en Buenos Aires y una en Santiago Del Estero

Mas la desafiante experiencia de cada día estar en contacto con tantos Misioneros que apoyamos y orar para que Dios les respalde en sus proyectos

Aquella palabra de 1a Samuel Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado El señor sigue siendo vital para mí y mi esposa qué nos toca afrontar en este tiempo nuevo desafíos diferentes a los primeros pero que nos dan la satisfacción de saber que estamos siendo útiles al señor

Ya con algunos dolores y con una vitalidad asentada por los años no Como cuando éramos jóvenes Nos gozamos en ver la obra de Dios y los frutos obtenidos en estos 22 años de ministerio

Es alentador ver a nuestros hijos involucrados en la obra de Dios y a tantos hijos espirituales servirle con tanta pasión con el afán de seguir ganando almas.

Es mi deseo con estas palabras poder alentar aquellos jóvenes que se inician en la obra de Dios, o no tan jóvenes que están dando los primeros pasos para decirle que Dios siempre tiene en cuenta el esfuerzo y el trabajo y el amor con que servimos a los santos y su galardón llega a nuestros corazones.

Antes de terminar quisiera traer a memoria aquella palabra que se encuentra en Mateo 25 en la parábola de los talentos, en la que el Señor de aquellos siervos le quita el talento a aquel que tenía uno y se lo da al que tenía diez.

Los diez talentos significan el fruto de la trayectoria, la fidelidad, la dedicación, el esfuerzo y compromiso hacia la encomienda que el Señor nos ha dado, pero el talento número once es el que me emociona, porque es el fruto de la gracia de Dios y es mucho mejor que el fruto de nuestra experiencia de servicio.

Trabajemos de manera que podamos ser bendecidos por Dios con su gracia y digamos, como siempre digo en los altares de consagración: SEÑOR, COMO TU QUIERAS, CUANDO TU QUIERAS Y DONDE TU QUIERAS, ESTOY DISPUESTO

A la manera de Dios

Por Gonzalo Caloustian

Al comenzar una nueva iglesia buscamos muchas veces, en un estado de casi desesperación, el relato de quienes ya han recorrido un camino y pueden contarnos desde la experiencia. Es así que nuestros oídos intentan retener todo lo oyen.

Es por eso que los primeros tiempos son muy especiales. Estamos llenos de preguntas: ¿Debo orar más? ¿Ayunar más? ¿Qué método es el correcto? ¿Qué hizo tal o cual para que le vaya tan bien? ¿Es unción, más oración, mejor liderazgo? ¿Cómo aplico lo aprendido en el seminario? ¡Cómo no me enseñaron esto! Cada día una pregunta y un desafío nuevo…

Nos hacemos cargo de todo lo que vemos que sucede en la iglesia, de forma tal que hasta cuando alguien se resfría nos surge la pregunta: ¿Me estará faltando fe y por eso se me enferman? Sí, nos sos el único, nos pasa a todos.

Todo eso fue lo que sucedió en mis inicios pastorales. No puedo olvidar estar sentado en el piso del patio de mi nueva casa escuchando una serie de trece casetes de audio y ser abstraído por cada testimonio, camino y milagros que un pastor, ahora de miles, relataba sobre sus inicios.

Fe, fe y más fe era todo lo que mi corazón recibía. Fe para conquistar, para creer, para obrar con sabiduría e inteligencia, para comprar y edificar, fe…

Abrir una nueva Iglesia es emocionante, todo comienza de cero, cada ministerio y área de la iglesia se construye de manera casi artesanal. La tarea al comienzo pasa casi en su mayoría por nuestras manos.

Ahora nuestra nueva iglesia empieza a crecer y se presenta una gran decisión espiritual de las que humanamente no tienen sentido y que vamos a tener que tomar el resto de nuestras vidas, en el resto de nuestro ministerio pastoral: ¿Tenemos que abrir nuevas iglesias? ¿Debo sembrar mis mejores lideres? ¡Nooo! ¡Los necesito!

 

Pero sabemos que hacer las cosas a la manera de Dios es lo que realmente después trae bendición; y déjenme decir algo ¡DIOS QUIERE QUE PLANTEMOS IGLESIAS!

En el nuevo testamento, Antioquía fue todo un suceso en la historia de la iglesia ¡Los empiezan a llamar cristianos! Una iglesia que le predicaba a todos con un mensaje que restauraba y edificaba, una iglesia en la que el poder Espíritu Santo marcaba el rumbo y el pulso. Maestros, profetas, todos muy bien recibidos para que la iglesia de Antioquía fuera edificada. Sin embargo, llego también ese gran día: ¡DIOS QUERÍA QUE PLANTARÁN IGLESIAS!

KiLeemos en Hechos 15:2-3 que “Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado». Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron“. Me imagino este pensamiento solapado en algunos de los que estaban presentes: “…No, Pablo no, Bernabé menos. Los tenemos hace poco y son de mucha bendición… “. Pero la Biblia nos dice que los que ayunaban y oraban vieron lo que Dios quería y no lo que su necesidad mostraba.

Antioquía supo escuchar el latido del corazón de Dios: que todos puedan conocerle y recibirle en su corazón. Fue precursora, visionaria ¡Se brindó a todo el mundo! Abrió un camino a la evangelización mundial que nunca más se detuvo y nos bendice hasta el día de hoy.

Todos los que hoy hacemos la gran obra de Dios, queremos que suceda a Su manera y en el tiempo de Su voluntad. Dios quiere que nuestro amado país, lleno de colonias, pueblos y ciudades, tenga una iglesia en la que miles escuchen el mensaje de esperanza que cambia el mundo: JESÚS.

¡A SU MANERA SIEMPRE HAY BENDICIÓN!

semilla creciendo

Plantación de Iglesias

LA LEY DIVINA UNIVERSAL IMPLANTADA POR DIOS ES EL CRECIMIENTO.

La ley divina universal implantada por Dios es el crecimiento., todo crece… Nosotros también

Por Pastor Ruben Potanski

Comencé a dar mis pasos en el camino del Señor y adolescente a la edad de 13 años sirviendo en un grupo de jóvenes en una pequeña Iglesia Bautista

Luego más tarde me bauticé a los 16, y recibí el bautismo del Espíritu Santo a los 18 años; ya en una iglesia de linea pentecostal y desde entonces no deje de servir pasando por distintas áreas de servicio de la iglesia

Era el tiempo de las campañas de Carlos Annacondia y junto al grupo de jóvenes de la iglesia nos reuníamos antes de cada culto en la cocina de la iglesia para orar y ser llenos del Espíritu Santo. Fue un tiempo de mucha búsqueda y mucha gracia de Dios derramada sobre la vida de muchos de los jóvenes que nos juntamos para orar.

Ya de casados con mi esposa Susy quién ha sido para mi vida y ministerio un apoyo invaluable hasta aquí y con los chicos pequeños decidimos congregarnos en la iglesia Cristo Rey qué pastorea el pastor Rubén alegre, ya que vivíamos en el barrio, y así evitar viajes y demoras y el costo de los mismos

Fuimos inspirados por ellos para estudiar en el instituto bíblico a medida que servíamos en la iglesia y para ser sincero nos fuimos involucrando y de repente nos encontramos Viajando a la ciudad de Moreno para apoyar una obra que había comenzado la iglesia con una familia de Aquel lugar

Todo sucedió muy rápido y en medio de dos o tres meses en el año 1997 nos encontramos haciéndonos cargo de Aquel lugar y comenzando oficialmente a desarrollar nuestro ministerio.

Pasamos todo tipo de experiencias y necesidades Dios ha sido fiel hasta aquí y nos ha sostenido y muchas veces pienso si nos tocará comenzar de nuevo Cómo haríamos las cosas

Hemos emprendido desafíos alocados que no sé si con la experiencia actual volveríamos a hacerlo una cosa si se, que lo que hasta aquí se ha hecho Dios lo ha permitido y no me arrepiento de todo el esfuerzo y trabajo invertidos en la obra de Dios

Ya con nuestros hijos grandes, 2 casados con hijos de ministros y Cindy la menor sirviendo al señor con todo su corazón, no dejó de dar gracias a Dios por cada etapa de mi vida en la que él ha moldeado no sólo nuestras vidas personales si no cada integrante de nuestra familia

A la fecha estamos agradecidos al señor por la familia de creyentes que nos permite pastorear y la oportunidad de estar al frente del ministerio con tres obras aquí en Buenos Aires y una en Santiago Del Estero

Mas la desafiante experiencia de cada día estar en contacto con tantos Misioneros que apoyamos y orar para que Dios les respalde en sus proyectos

Aquella palabra de 1a Samuel Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado El señor sigue siendo vital para mí y mi esposa qué nos toca afrontar en este tiempo nuevo desafíos diferentes a los primeros pero que nos dan la satisfacción de saber que estamos siendo útiles al señor

Ya con algunos dolores y con una vitalidad asentada por los años no Como cuando éramos jóvenes Nos gozamos en ver la obra de Dios y los frutos obtenidos en estos 22 años de ministerio

Es alentador ver a nuestros hijos involucrados en la obra de Dios y a tantos hijos espirituales servirle con tanta pasión con el afán de seguir ganando almas.

Es mi deseo con estas palabras poder alentar aquellos jóvenes que se inician en la obra de Dios, o no tan jóvenes que están dando los primeros pasos para decirle que Dios siempre tiene en cuenta el esfuerzo y el trabajo y el amor con que servimos a los santos y su galardón llega a nuestros corazones.

Antes de terminar quisiera traer a memoria aquella palabra que se encuentra en Mateo 25 en la parábola de los talentos, en la que el Señor de aquellos siervos le quita el talento a aquel que tenía uno y se lo da al que tenía diez.

Los diez talentos significan el fruto de la trayectoria, la fidelidad, la dedicación, el esfuerzo y compromiso hacia la encomienda que el Señor nos ha dado, pero el talento número once es el que me emociona, porque es el fruto de la gracia de Dios y es mucho mejor que el fruto de nuestra experiencia de servicio.

Trabajemos de manera que podamos ser bendecidos por Dios con su gracia y digamos, como siempre digo en los altares de consagración: SEÑOR, COMO TU QUIERAS, CUANDO TU QUIERAS Y DONDE TU QUIERAS, ESTOY DISPUESTO.

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La plantación de Iglesias en el Nuevo Testamento Parte II

III. El ministerio de plantación de iglesias de Pablo

La figura central en la plantación de iglesias del Nuevo Testamento es el apóstol Pablo, por lo tanto, centramos nuestra atención en su actividad ministerial. Más que ninguna otra persona en la era apostólica, el apóstol Pablo llevó el evangelio al mundo gentil y estableció iglesias dondequiera que fue. El libro de Hechos concentra la segunda parte en su actividad misionera mientras la Palabra de Dios se extiende desde Judea y Samaria hasta lo último de la tierra.

  1. Pablo como misionero plantador de iglesias

Hechos registra tres viajes misioneros de Pablo y sus compañeros. El llamamiento de Pablo y su propósito era predicar el evangelio donde Cristo aún no hubiera sido nombrado (Ro. 15:20), y podemos aprender mucho de él al explorar su actividad, la estrategia y los métodos delineados en el Nuevo Testamento.

En Romanos 15:14-33 da su propio resumen de su ministerio de plantación. Allí menciona sus objetivos específicos. La meta de Pablo en su tarea evangelizadora era tanto la conversión inicial como el crecimiento espiritual de los
creyentes en Cristo. En los versículos 14-18 habla en términos del resultado de su ministerio, es decir, la conversión y el crecimiento de los gentiles. En los versículos 19 y siguientes, Pablo continúa hablando de los resultados de
su ministerio, pero ahora lo hace en términos geográficos. Como resultado del poder de Dios que obró a través de él, Pablo declara: “… desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro. 15:19; pep…….a.; cf. Col. 1:25).

  1. La estrategia dominante de Pablo

Cuando se lee el registro bíblico desde un punto de vista misionológico, surge un patrón cuando Pablo se embarca en sus viajes misioneros. Las siguientes son observaciones generales sobre la estrategia de Pablo cuando llevaba el evangelio deliberadamente a los lugares y las personas que no habían sido alcanzados.

Pablo partía desde una base de operaciones

Pablo veía su misión como parte del plan estratégico primordial de Dios. Para llevar a cabo su papel en esa misión necesitaba tener una fuerte base de operaciones”. En diferentes aspectos, tanto Antioquía como Jerusalén sirvieron de base para su ministerio de plantación de iglesias. Ambas siguieron siendo importantes para Pablo mientras iba en sus viajes misioneros a las zonas de alrededor y al mundo. Antioquía era la ciudad que le enviaba; allí habían apartado a Pablo y a otros, y los habían enviado como misioneros (Hch. 13:1-3). Después de su primer viaje misionero, Pablo regresó a Antioquía y permaneció allí por un tiempo (15:30-33). Luego de su segundo viaje, regresó a Antioquía y pasó un tiempo allí antes de volver a salir por tercera vez (Hch. 18:22-23). Así que, cada uno de sus tres viajes misioneros comenzó en Antioquía (13:3-4; 15:35-36; 18:22-23)

Donald Senior y Carroll Stuhlmueller sugieren que, teológicamente, Pablo mantuvo lazos permanentes con Jerusalén, más que con Antioquía, como base para su misión.

Pablo intentaba alcanzar las provincias

Desde sus bases Pablo comenzó sus giras misioneras. Al examinar sus viajes se puede ver un patrón evidente en la ubicación de su actividad evangelizadora. Pablo redujo su enfoque para trabajar en una zona más pequeña que
el mundo entero. Kane ha observado a partir de los textos bíblicos que Pablo trabajó principalmente en cuatro provincias: Galacia, Asia, Macedonia y Acaya41. Kane atribuye el éxito de Pablo a su enfoque en plantar iglesias en esas provincias: “Su objetivo no era simplemente cubrir territorio, sino plantar iglesias.

El ministerio de Pablo a las provincias sirvió para hacerle avanzar en su objetivo misionológico mayor.

Pablo se enfocaba en las ciudades y los centros urbanos

Para alcanzar las provincias Pablo redujo su enfoque aún más. Eligió ciudades específicas que lo ayudarían a lograr su objetivo de extender rápidamente el evangelio por el mundo44. Al cumplir con su llamamiento a Macedonia (Hch. 16:10) se concentró en Filipos, “la primera ciudad de la provincia” (Hch. 16:12) y Tesalónica, “donde había una sinagoga de los judíos” (Hch. 17:1)

¿Qué hizo que Pablo escogiera esas ciudades? Allen observa cuatro características de las ciudades elegidas:

  1. Eran centros de la administración romana,
  2. Eran centros de la civilización griega,
  3. Eran centros de influencia judía,
  4. Eran centros de comercio

Ian Howard Marshall ve la forma en que Pablo elige las ciudades como evidencia de su selección estratégica. Observa que de las cinco ciudades principales del Imperio romano de su época, Pablo visitó cuatro y se detuvo
también en otras ciudades importantes. Este hecho le sugiere a Marshall que Pablo vio en las ciudades la importancia que suponían para lograr sus objetivos. Para poder alcanzar la región, debía llegar primero a esas ciudades estratégicas.

La idea clave de su estrategia al alcanzar esas ciudades era que desde esos centros, las zonas de alrededor recibirían las buenas nuevas. Estas ciudades estratégicas sirvieron como trampolín para el mensaje del evangelio Kane explica:

Pablo no tuvo nunca la intención de predicar en cada ciudad. Eso no era posible, ni conveniente. Él estableció iglesias misioneras en los centros de población más importantes y estos, a su vez, se involucraron en el “evangelismo de saturación” en sus propias zonas.

Pablo dejó la tarea de llegar a esas zonas aledañas a los que había alcanzado o quizá a otros misioneros51. David Bosch resume la estrategia de Pablo de la siguiente forma:

Él escoge ciudades que tienen un carácter representativo. En cada una pone el fundamento para una comunidad cristiana, claramente con la esperanza de que, desde esos centros estratégicos, el evangelio se extendiese por los campos y las ciudades de alrededor.

  1. El método de plantar iglesias de Pablo

Además de lo que se puede observar sobre la estrategia de Pablo para llegar a regiones no alcanzadas, un análisis de la información de Hechos muestra también un patrón de actividad que siguió en cada lugar donde ministró. Los siguientes son elementos de la metodología paulina.

Pablo buscó foros abiertos para el mensaje

Aunque hay pocas dudas de que Pablo se involucró en la evangelización personal (Hch. 16:14, 31) y “casa por casa” (Hch. 20:20), su estrategia principal para evangelizar era encontrar un foro abierto donde predicar. Aparte de la
proclamación del evangelio, no había otro medio de salvación54. Por lo tanto, buscó todas las ocasiones y foros posibles para predicar. Pablo incluso intentó sin éxito en Éfeso, pero con éxito en Jerusalén, utilizar los disturbios del pueblo como ocasiones para predicar a la multitud (Hch. 19:30-31; 21:39-40).

Su foro más común, el que estaba más fácilmente disponible y desde el que solía empezar casi siempre Pablo, era la sinagoga. Robert Garrett comenta:

Ya hemos observado que una de las características de las ciudades que Pablo elegía era su influencia judía. En cada una de estas ciudades empezó en la sinagoga (Hch. 13:5, 14; 14:1; 17:1-3; 18:4, 19). Pablo tenía razones teológicas para empezar en la sinagoga (Ro. 11:13), pero también estratégicas. Pablo veía en la sinagoga un punto de predicación preparado; uno que le estaba abierto debido a su trasfondo rabínico y su estatus en la sinagoga.

Pablo predicó a personas receptivas

Una razón, al menos, de que Pablo empezara en la sinagoga era que le ofrecía una audiencia para su mensaje. Otra razón podría ser que los asistentes a la sinagoga tenían más posibilidades de ser receptivos al evangelio. La sinagoga proporcionaba una “posibilidad única” y la mejor oportunidad para que Pablo difundiese el evangelio en su contexto. Tenía una audiencia lista entre los judíos y cuando estos rechazaban su mensaje, los prosélitos y los temerosos de Dios respondían.

En varias ocasiones, cuando los judíos se opusieron al evangelio, Pablo se volvió a los gentiles (Hch. 13:45-48; 18:6-7; 19:9; 28:23-29). Pablo dejó en claro que no seguiría predicando a la gente que rechazaba el mensaje. Kane describe el razonamiento del apóstol:

Él creía que todos los grupos étnicos tenían derecho a escuchar el evangelio y lo predicaba con mucho gusto; pero si ellos, rotunda y consistentemente rechazaban el mensaje, no tenía ningún sentido seguir predicándoles. Mejor era moverse a otro grupo que respondiese.

Pablo estableció iglesias

Pablo no creía que su tarea de predicar el evangelio estaba acabada hasta que se había establecido una iglesia61. Paul Bowers comenta: “Pablo veía su misión como más que la proclamación del evangelio y la conversión de individuos; a través de estos esfuerzos y más allá, él entendía su papel misionero en relación con el establecimiento de comunidades estables de creyentes”. Bowers ve que la definición de Pablo de “proclamar el evangelio” no solo incluía predicar, sino también “toda la secuencia completa de actividades que daba lugar a iglesias establecidas”.

  1. La importancia de la salud de la iglesia en la estrategia de plantación de Pablo

Conviene incluir aquí unas breves palabras sobre la importancia de la salud de la iglesia para el ministerio de plantación de Pablo. Uno puede ver en el registro del Nuevo Testamento que estableció iglesias dondequiera que llevó el evangelio y que dejó esas iglesias después de verlas establecidas.

Pablo vio ese ministerio constante como necesario en su estrategia evangelizadora de hacer discípulos. Pablo no
concebía su misión como exitosa si los convertidos creían al principio en el evangelio y luego se apartaban. Su trabajo era en vano a menos que los convertidos perseveraran en la fe (1 Ts. 3:1-10). Por consiguiente, sus epístolas eran parte de su trabajo misionero, escritas para animar a los creyentes a continuar en su nueva fe”.}

A Pablo no solo le preocupaba la conversión inicial de los creyentes o plantar una iglesia. Él quería asegurarse de que los convertidos crecían en madurez en Cristo y que sus iglesias se mantenían saludables. De la misma forma que la tarea de evangelizar no estaba completa hasta que los creyentes nuevos se reunieran en nuevas iglesias, la tarea de plantar iglesias no estaba completa hasta que esas iglesias crecieran en madurez espiritual. En el Nuevo Testamento, la salud de la iglesia iba de la mano con la plantación de iglesias.

  1. La tarea pendiente

En el siglo I, después de la resurrección de Cristo, el evangelio se extendió por toda Jerusalén, Judea y Samaria, y las iglesias empezaron a plantarse en los lugares más lejanos de la tierra. Al mismo tiempo, el Nuevo Testamento no presenta una tarea terminada, sino iniciada. Queda trabajo por hacer y quedará hasta que el evangelio sea predicado en todo el mundo (Mt. 24:14). El Nuevo Testamento revela que la tarea de plantar iglesias no está terminada todavía y que los creyentes deben continuar proclamando el evangelio y plantando iglesias saludables dondequiera que estén y entre las personas no alcanzadas del mundo.

Conclusión

El libro de Hechos termina con la historia inconclusa. Lucas registra que Dios trabaja todavía y la Palabra continúa avanzando, pero deja la historia con un final abierto (Hch. 28:31). El punto de Lucas parece ser que Dios ciertamente fortalecerá la difusión del evangelio y establecerá su iglesia, pero la tarea sigue incompleta. Hechos 29 queda por escribirse a medida que otros discípulos, como testigos de Cristo, toman la tarea de evangelizar hasta lo último de la tierra.

Las enseñanzas de Jesús sobre la cosecha (Mt. 9:37-38; Lc. 10:2) nos recuerdan también la tarea pendiente. Además de recoger la cosecha, el papel de los cosechadores incluye la oración al Señor de la mies para que busque más obreros y los envíe a los campos. Hoy todavía queda trabajo por hacer. Mientras Dios sigue haciendo madurar los campos de la cosecha y hace que la gente esté receptiva al evangelio, nos llama a ser obreros en su campo y a orar por más obreros.

La Gran Comisión nos recuerda además que el mandato de llevar el evangelio a las naciones no está terminado. Un análisis de la plantación de iglesias en el Nuevo Testamento no está acabado hasta que reconozcamos que Dios todavía desea que vayamos con el evangelio y plantemos iglesias nuevas y saludables. Mientras haya gente que no conoce el nombre de Cristo, nuestra tarea continúa.

 

RECUPERADO de   https://mejoresiglesias.org/la-plantacion-de-iglesias-en-el-nuevo-testamento-parte-ii/

jesus enseñando

La plantación de Iglesias en el Nuevo Testamento Parte I

Introducción

Si busca la expresión “plantación de iglesias” en la Biblia, no la encontrará; no obstante, se ven iglesias plantadas durante toda la historia de la iglesia primitiva, tal como se muestra en el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento no es un manual de plantación de iglesias, sin embargo, se aprecian estrategias y metodologías puestas en acción en las páginas de la Escritura a medida que los primeros cristianos evangelizaban el mundo. En el Nuevo Testamento, la evangelización incluye la plantación de iglesias y esta no puede existir sin la evangelización.

  1. Jesús prepara a sus seguidores para la labor evangelizadora

Nuestro estudio sobre plantación de iglesias en el Nuevo Testamento empieza con el ministerio de Jesús, la forma en que eligió, formó y envió a sus discípulos. Aunque la plantación de iglesias en sí no empezó hasta después de la resurrección y ascensión de Jesús, Él estableció el trabajo preliminar y el fundamento teológico para la labor evangelizadora cuando preparó a sus discípulos para el ministerio

  1. El llamamiento y la instrucción de los discípulos de Jesús

Cuando inicialmente Jesús llamó a sus discípulos les indicó que los enviaría como mensajeros de las buenas nuevas. Designó a doce discípulos “para enviarlos a predicar” (Mr. 3:14). Este llamamiento significaba no solo dejar que Jesús fuese su maestro, sino también seguir su ejemplo y su obra, convertirse en aprendices y llevar a cabo la misma obra que Él hacía.

Cuando Jesús instruyó a sus discípulos no tardó en incluirlos en su obra misionera.

Cuando preparó para el envío a los Doce (Mt. 10:1) y a los setenta (Lc. 10:1), los instruyó utilizando una metáfora sobre la cosecha. Jesús les dijo: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de
la mies, que envíe obreros a su mies” (Mt. 9:37-38; Lc. 10:2). La actividad de plantar iglesias, que iba a desarrollarse después de su ascensión, era parte de la cosecha espiritual de quienes respondiesen a las buenas nuevas.

  1. La comisión de los discípulos de Jesús

Los cuatro evangelios y el libro de Hechos registran declaraciones de Jesús en las que explícitamente los comisiona y los envía como misioneros (Mt. 28:18-20; Mr. 16:15; Lc. 24:46-49; Jn. 20:21; Hch. 1:8). El fundamento de la obra de plantar iglesias descansa en esta Gran Comisión de Jesús a sus discípulos.

Juan 20:21

Juan registra una declaración semejante. Aquí Jesús compara su propio ministerio con el de los discípulos: “Como me envió el Padre, así también yo os envío” (Jn. 20:21; cf. 17:18)3. El ministerio de los discípulos iba a ser una continuación del ministerio de Jesús, ya que Él mismo había sido enviado por el Padre Jesús no envió simplemente a los discípulos en una misión. Los envió para que cumplieran con su misión y esa misión tiene que ver con llevar a la gente a creer en Él.

Cuando los discípulos decían las palabras de Jesús, como Él, hablaban las palabras que conducían a la vida eterna (5:24; 6:63; 12:50). Cuando Jesús envió a los discípulos, fueron enviados a recoger una cosecha para la vida eterna (4:36, 39a; cf. 6:39-40) por uno cuya voluntad es salvar (3:17). Cuando Jesús entregó su vida (10:18; 3:16), los discípulos
fueron enviados con el mensaje de la vida eterna. Por lo tanto, la plantación de iglesias de estos discípulos era parte de la actividad ordenada por Dios.

Lucas 24:46-49

Fred Craddock observa: “Decir que ‘está escrito’ es equivalente a decir: ‘Ha sido el plan de Dios desde el principio’ (…). La misión al mundo era el plan de Dios desde el principio”. Por consiguiente, las Escrituras no hablaron solo de lo que acababa de ocurrir, “fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día”, sino que declararon también lo que vendría después.

Hechos 1:8

En el primer capítulo de Hechos, Lucas registra una segunda declaración de comisión en la última aparición de Jesús después de la resurrección. Él empieza diciendo: “… recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Jesús ya había prometido el Espíritu Santo (1:5) y ahora promete que con el Espíritu recibirían “poder” (d..aµ..). La palabra poder aquí se refiere a la capacitación espiritual para testificar cuando los discípulos
proclamaran el mensaje de Cristo (2:14ss; 4:31, 33; 14:3; cf. 6:10; Ro. 1:16-17)6.

En ese sentido, el papel de los Doce incluía “un testimonio definitivo e irrepetible. Así que, aunque los Doce tuvieron un papel único, el llamamiento de Jesús a ser testigos se extiende a todos los creyentes. Somos testigos cuando damos testimonio a través de nuestra experiencia con Cristo de la importancia del mensaje del evangelio.

Mateo 28:18-20

La comisión en Mateo consta de tres partes en las que les habla a sus discípulos sobre la autoridad, y les da un encargo y una promesa11. Jesús comienza estableciendo que “toda autoridad” le ha sido dada a Él.

Una vez establecida su autoridad, Jesús comisionó a sus discípulos. Ellos tenían que “ir y hacer discípulos” intencionalmente15. El verbo principal es “discipular” (µa..te.sate). Como discípulos debían hacer más discípulos. Este último encargo de Jesús fue un cambio respecto de su envío anterior de los discípulos a “predicar” (Mt. 10:7). La plantación de iglesias es el resultado natural de este ministerio de “hacer discípulos”.

Al llevar el evangelio a “todas las naciones” es de esperar que el resultado sea discípulos nuevos e iglesias nuevas. En el Nuevo Testamento la plantación de iglesias consistía sobre todo en hacer discípulos; obedecer la Gran Comisión.

La sección final de la comisión da una promesa: “… y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt. 28:20). Esta última frase del evangelio de Mateo es enfática, incluye una cláusula introductoria, “y he
aquí”, y luego el pronombre personal “yo”. Jesús promete estar con sus discípulos “hasta el fin del mundo”. Por consiguiente, promete su presencia con los discípulos cuando hagan la obra de evangelización y plantación.

  1. El ministerio de plantación de iglesias de los Doce

El libro de Hechos revela que los discípulos tomaron en serio el encargo de Jesús. Como resultado de su obediencia, los Doce establecieron sólidamente la iglesia en Jerusalén y muchas congregaciones en los hogares.

  1. Los Doce como misioneros sembradores de iglesias

El propósito de Lucas es mostrar el avance del evangelio mientras se extiende desde Jerusalén hasta lo último de la tierra y de los judíos a los gentiles. Por ello, en lugar de dar un recuento completo de las actividades de plantación de los Doce, y mucho menos una explicación de una estrategia específica, Lucas simplemente sigue a Pedro y Juan con un enfoque mayor en Pedro. Pese a esta pequeña cantidad de datos bíblicos, no obstante, vemos evidencia de que los Doce fueron obedientes a la Gran Comisión y que su práctica evangelizadora fue
intencional cuando intentaban establecer iglesias en Jerusalén y luego “hasta lo último de la tierra” (Hch. 1:8).

Lucas se centra en los inicios de la misión en Jerusalén y destaca el enorme éxito allí (Hch. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:7), tanto en la evangelización como en el establecimiento de la iglesia. Hasta el martirio de Esteban y la persecución de Saulo, Lucas registra: “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén…” (Hch. 6:7). Jerusalén se convierte en el centro desde el cual las zonas de los alrededores son
alcanzadas con el evangelio.

Fuera de Hechos vemos otras indicaciones de un ministerio de plantación de los discípulos más allá de Judea. En la extensa conclusión de Marcos, los discípulos recibieron la comisión de Jesús: “Y ellos, saliendo, predicaron en
todas partes…” (Mr. 16:20)25. La primera actividad de plantación ocurrió cuando los Doce plantaron la iglesia de Jerusalén y luego comenzaron a llevar el evangelio a las regiones gentiles.

  1. La estrategia y metodología de los Doce

No existe suficiente evidencia para decir con seguridad que los apóstoles tenían una estrategia para llevar a cabo la Gran Comisión hasta “lo último de la tierra” (Hch. 1:8). El Nuevo Testamento sí provee suficiente evidencia al menos para mostrar que dicha estrategia era posible, si no probable.

“La proclamación de las buenas nuevas de la acción redentora de Dios en Jesucristo a la mayor cantidad de personas posible, a judíos y gentiles, en todas las regiones y entre todos los pueblos, en cada oportunidad”

Predicaron el evangelio profusamente

En Hechos, los apóstoles practicaban de forma continua la enseñanza y la predicación de las buenas nuevas (Hch. 2:42, 46; 5:42). Además, los discípulos aprovechaban cada oportunidad que tenían para extender el mensaje del evangelio. Cuando los apóstoles viajaron para respaldar la misión samaritana aprovecharon la ocasión para predicar en las poblaciones de los alrededores (8:25). Predicaron en el templo (Hch. 2:46; 3:11; 5:20-21, 42; cf. 5:12), en las casas (Hch. 2:46; 5:42; 10:27) y ante el concilio judío (5:27-32) en Jerusalén, en las poblaciones de alrededor y en las ciudades de Judea, Galilea y Samaria (8:25; 9:31-32)30.

El resultado de esta abundante siembra fue que la zona se saturó con el mensaje del evangelio. El número de discípulos de Cristo continuó creciendo. La persecución de Hch. 8:1-4 es una evidencia mayor de que el evangelio se había extendido por Jerusalén y se asentaba de forma efectiva.

Otra evidencia de la amplia predicación del evangelio y del éxito que le siguió es el establecimiento de la iglesia en la región. El ministerio de enseñanza constante en la iglesia (Hch. 2:42-47; 5:42; cf. 9:31-32) es evidencia de que los apóstoles estaban comprometidos con el discipulado de estos nuevos creyentes y el establecimiento de la
iglesia. Los que hoy en día se involucren en la tarea de plantar iglesias no deben perder de vista que el principal medio utilizado por ese primer movimiento de plantación fue la predicación abundante del mensaje del evangelio en cada oportunidad. La plantación de iglesias en el Nuevo Testamento empieza y depende de la predicación abundante del mensaje del Cristo resucitado.

Ellos respondieron a la receptividad.

Otro factor clave de la actividad de plantación de iglesias de los apóstoles es su patrón de respuesta a las personas receptivas. Cuando los samaritanos fueron receptivos a la predicación de Felipe, los apóstoles les enviaron a Pedro y a Juan (Hch. 8:14)33. Allí los discípulos respondieron a la receptividad de los samaritanos y se dedicaron al ministerio de la predicación y la enseñanza (8:25). El texto no revela cuánto tiempo duró ese ministerio. La plantación de iglesias entre los samaritanos fue el resultado del apasionado trabajo de evangelización entre las personas que estaban receptivas al mensaje del evangelio.

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