LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL ADULTO CRISTIANO

Alba Lys Llanes L.

 

…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (Efesios 4:13)

 

Para nadie es un secreto que el genuino discipulado cristiano no es un mero curso de algunos meses, en que enseñamos el “ABC” del Evangelio, a los nuevos convertidos. Tampoco es un programa especial de entrenamiento de cierto tiempo de duración, preparatorio para la formación de líderes. El discipulado bíblico es para toda la vida. Somos hechos discípulos del Señor inmediatamente que, en el orden espiritual, pasamos a ser parte del Cuerpo de Cristo, de la Familia de la Fe. Ahora bien, cuando hablamos de discipulado, hablamos de enseñanza-aprendizaje… hablamos, por tanto, de educación… de educación cristiana. Entonces, si el discipulado es para toda la vida, la educación cristiana lo es. En otras palabras, el proceso educativo (léase formativo) espiritual cristiano integral debe abarcar todas las edades. La educación cristiana se extiende desde la cuna hasta el cielo, hasta que el creyente parte de esta tierra para estar con el Señor. Y decimos de la cuna, refiriéndonos ya sea al nacimiento biológico como al nuevo nacimiento, aunque se debe señalar que, como señalan expertos educativos cristianos, aun en el vientre de la madre, una criatura puede comenzar a ser ministrada espiritualmente. 

 

No obstante a lo dicho anteriormente, hace aproximadamente unos cincuenta años, comenzó a producirse un fenómeno eclesiástico que fue extendiéndose, ya lenta ya rápidamente, por un sector de la cristiandad evangélica, particularmente la pentecostal. Partió del mundo anglosajón, y llegó a Hispanoamérica de la mano de nuevos movimientos que traían un viento refrescante para la nueva  época, pero que también fueron barriendo con conceptos y prácticas establecidas de mucho tiempo, algunas de las cuales habían jugado un papel importante en la formación de los creyentes. Como producto de esos cambios, por ejemplo, la escuela bíblica para adultos tendió a desaparecer. Mientras que proseguía entre los niños y, a veces, los adolescentes, la educación sistemática y permanente, dirigida a los adultos, se fue borrando en el seno de muchas iglesias locales. Las antiguas clases de escuela bíblica, para edades superiores, desaparecieron. Fueron sustituidas por programas de discipulado, cortos y veloces, generalmente para nuevos convertidos. Tanto los ya no muy nuevos creyentes que emergían de esos programas, como los niños y adolescentes que terminaban la escuela bíblica, fueron quedando atrapados en un vacío de formación educativa posterior, solo llenado de manera asistemática por eventuales talleres y seminarios, y alguna que otra esporádica prédica bíblico-doctrinal. El resultado ha sido lamentable: la presencia de un creciente y cada vez más generalizado analfabetismo bíblico y doctrinal, que ha desembocado en la falta de firmeza e, inclusive, de compromiso en los creyentes adultos. 

 

Como producto de lo dicho anteriormente, se hace imperioso revertir este ominoso proceso, con la ayuda y guía del Espíritu de Verdad. ¿Cómo lograrlo? A continuación, se expondrán una serie de principios fundamentales, ideas-fuerza cuya aplicación responsable podría imprimir un giro de 180 grados al rumbo descrito. Estos principios pueden ser formulados de la siguiente manera.

 

La formación integral del adulto cristiano debe:

 

  1. Ser encarada de manera responsable. Su consecución debe partir de la firme voluntad de los líderes en las iglesias locales, para obedecer lo que, de manera amplia e incuestionable, ha sido establecido en las Escrituras, y contra lo cual no hay argumento humano que pueda levantarse, por muy “espiritual”, “piadoso” y “pentecostalmente poderoso” que pudiera parecer: la letra mata pero el espíritu vivifica, el conocimiento envanece, la unción del Santo nos enseña, son “clichés” emanados de la interpretación defectuosa de la Palabra de Dios, que deben ser eliminados, para dar lugar a un proceso educativo, formativo, integral y dinámico en los creyentes.
  2. Ser sistemática. Debe ser un proceso ordenado que lleve al adulto cristiano desde lo simple a lo complejo, de lo superficial a lo profundo, en el conocimiento conceptual y experimental de Dios y su obra. Debe ser organizada con objetivos  claros, estrategias bien definidas, y contenidos coherentes y pertinentes, que permitan tanto al creyente nuevo como al de años, seguir creciendo dinámicamente en su vida cristiana.
  3. Tener como objetivo la formación integral en todas las áreas de conocimiento espiritual: bíblica, doctrinal o teológica, de vida cristiana y de servicio cristiano. Es imprescindible transmitir el conocimiento del contenido de la Biblia, y de las doctrinas cristianas bíblicas, ya que el mismo constituye el cimiento y las columnas del edificio de la vida espiritual. Y entonces, el conocimiento práctico de vida y servicio cristianos se constituirá en las paredes sólidas, los  nuevos pisos proyectados hacia alturas inimaginables, donde el “límite” es “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
  4. Integrar el conocimiento teórico conceptual con el conocimiento experimental práctico. Se trata de conocer no solo intelectualmente el contenido de la revelación, sino llevar al creyente a una experiencia genuina y profunda con el Dios de la revelación. Un ejemplo: el creyente adulto debe conocer qué dice la Biblia acerca de los atributos morales de Dios, debe compenetrarse con los pasajes bíblicos que, de muchas formas, nos muestran el amor, la bondad, la misericordia, la justicia y la santidad de nuestro Señor. Entendamos bien: si ese creyente no conoce lo que la Escritura dice al respecto, ¿cómo lo experimentará? ¡Se le debe enseñar, por tanto, lo que ella dice, y llevarlo consecuentemente a experimentarla en carne propia, a vivir ese conocimiento adquirido, que lo transformará y formará!
  5. Preparar al creyente adulto, como miembro del Cuerpo de Cristo, para cumplir la misión de Dios a través de la iglesia, en toda la dimensión que esto representa: proclamar el Evangelio por todo el mundo; hacer discípulos a todas las naciones; ser testigos hasta lo último de la tierra; ser la voz profética en medio de la maldad y la desesperanza del mundo; manifestar el amor de Cristo a través de la comunión y el servicio; rendir la absoluta adoración, la gloria y la honra al único y soberano Dios, nuestro Señor.

 

No importa si se le llama escuela bíblica, discipulado, o si se le da cualquier otro nombre, ¡volvamos al modelo original!: el poderoso modelo de la iglesia primitiva, en el que los creyentes todos no importa de qué edad “perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42), en un proceso de formación y transformación hacia la plenitud de Cristo.

 

Alba Llanes. La formación del adulto.

3 CLAVES PARA DESARROLLAR TU FE

Por: Por Osvaldo Carnival

A veces esto se vuelve difícil y desgasta nuestra vida espiritual. En esta nota quiero compartirte 3 claves para desarrollar tu fe. 

  1. La fe es caminar con convicción y certeza

Hebreos 11:1 nos dice que “La fe es la certeza de los que se espera y la convicción de los que no se” y esta tan sencilla pero poderosa definición nos ayuda a repensar nuestro diario caminar y las decisiones que tomamos.

Cuando tengo la convicción y certeza de que Dios está conmigo, que nada me va a faltar, que Él estará conmigo siempre, la vida cobra sentido y uno se relaja, se siente confiado y seguro. En cambio si miramos la vida sin la convicción y certeza de que Dios está al mando, nuestra vida se llena de incertidumbre y todo se vuelve muy difícil y la mirada se vuelve a los temores e inseguridades; por eso la fe es el antídoto a todos los temores de la vida.

  1. La fe determinará cuán usado serás por Dios

“De acuerdo a tu fe, será hecho”, es la afirmación Jesús le decía a las personas que recibían sus milagros y si lo trasladamos a nuestra vida, a cada instante Dios nos está diciendo lo mismo: “de acuerdo a tu fe, te usaré para llevar mi Palabra”, “de acuerdo a tu fe, se abrirán nuevas puertas”, “ de acuerdo a tu fe, alcanzarás la promesa”.

Tenemos la necesidad de responder a esa confrontación y ver cuánta fe tenemos para entregar todo de nosotros para que Él haga su obra en y a través nuestro y estoy seguro que si ponemos el 100% de nuestra fe en sus manos podremos ver grandes victorias en nosotros, en nuestras familias y cada uno de los que nos rodean.

  1. La fe te llevará a vivir sin límites

Todos los problemas tienen solución, para el que cree todo es posible con Jesús. Si la fe la ponemos en nuestras fuerzas y conocimiento, lo que podremos alcanzar será limitado, pero si nuestra fe está en Jesús, no hay límites porque Él es todopoderoso.

Dios es capaz de hacer las cosas de una forma mucho más abundante de lo que pedimos, por eso no pongas un freno a tu fe, no desistas, porque si esperamos en Jesús veremos obrar su mano en favor nuestro.

Dios tiene pensamientos que sobrepasan lo que creemos y entendemos, entonces no desaprovechemos el valor de la fe para así alcanzar cada una de sus promesas. 

Tengamos fe en que veremos una Argentina transformada por Más Iglesias siendo plantadas. Debemos tener fe en que Dios nos dará los recursos necesarios para llevar a cabo cada obra. La expansión de las iglesias no solo fortalecerá la fe y la comunidad, sino que también tendrá un impacto positivo en la sociedad en su conjunto. Con cada nueva iglesia, se abre una puerta para compartir el amor de Dios, brindar apoyo a aquellos que lo necesitan y promover valores fundamentales como la solidaridad, la compasión y la justicia. Que nuestra fe nos impulse a trabajar incansablemente por el bienestar de nuestra nación, confiando en que Dios nos guiará y nos proporcionará los medios necesarios para hacer su voluntad en la tierra.

La fe es esperar lo mejor, es tener la absoluta certeza que teniendo a Jesús de mi lado todo es posible. Te invito a tomar la iniciativa y poner en práctica tu fe.

mano elevada al cielo

Nuestra Esperanza está en Él

Estimados ministros UAD,

La Palabra de Dios y en la realidad de nuestro tiempo. En la Biblia, encontramos más de 50 ocasiones en las que Dios nos exhorta con la frase “no temas”. Este mensaje, repetido a lo largo de las Escrituras, resuena especialmente en la vida del pueblo de Israel. Nos insta a no temer al permanecer en Él, a no temer ante las adversidades y a no temer cuando las circunstancias parecen adversas.

Un sinónimo directo para la palabra “temor” es “miedo”. El miedo es una fuerza que busca inhabilitarnos en la tarea que estamos llevando a cabo. Lo peculiar y particular del miedo es que paraliza; no permite avanzar y produce estragos en aquellos que lo sufren. En nuestra época, marcada por avances acelerados en la comunicación y el acceso instantáneo a las noticias a través de los medios, el miedo tiene más posibilidades de aparecer y afectarnos.

Es crucial comprender que la interpretación de ese miedo puede afectar a las personas, a nuestro ministerio y a nuestra Iglesia. No obstante, recordemos que el miedo es una mentira que no puede dominar a la Iglesia. Por medio de Jesús, el miedo fue destronado; perdió toda autoridad legal sobre nosotros. No somos esclavos del temor, ya que somos hijos de Dios. Como hijos, recibimos una esperanza a través de Cristo Jesús. Esta esperanza nos permite dirigirnos a nuestro Padre celestial, decir “Abba, Padre”, y seguir creyendo en el mensaje del evangelio, confiando en que Él estará con nosotros hasta el final.

Querido pastor, te animo a volver a la base de todo, a lo que nos llevó a decirle sí a Él: la esperanza en Jesucristo, nuestro autor y consumador de la fe. En este año 2024, visualizo a cada ministro de la UAD, como miembro de nuestra Iglesia, siendo personas llenas de esperanza, sin temor, con sus ojos puestos en Jesús, independientemente de la temporada que estén atravesando.

Sigamos creyendo en lo que Dios nos dice, recordando que, sin importar las circunstancias en Argentina, Dios se encargará de todo porque nuestra esperanza está en Él.

LA LEY DIVINA UNIVERSAL IMPLANTADA POR DIOS ES EL CRECIMIENTO.

Por Pastor Ruben Potanski

Comencé a dar mis pasos en el camino del Señor y adolescente a la edad de 13 años sirviendo en un grupo de jóvenes en una pequeña Iglesia Bautista

Luego más tarde me bauticé a los 16, y recibí el bautismo del Espíritu Santo a los 18 años; ya en una iglesia de linea pentecostal y desde entonces no deje de servir pasando por distintas áreas de servicio de la iglesia

Era el tiempo de las campañas de Carlos Annacondia y junto al grupo de jóvenes de la iglesia nos reuníamos antes de cada culto en la cocina de la iglesia para orar y ser llenos del Espíritu Santo. Fue un tiempo de mucha búsqueda y mucha gracia de Dios derramada sobre la vida de muchos de los jóvenes que nos juntamos para orar.

Ya de casados con mi esposa Susy quién ha sido para mi vida y ministerio un apoyo invaluable hasta aquí y con los chicos pequeños decidimos congregarnos en la iglesia Cristo Rey qué pastorea el pastor Rubén alegre, ya que vivíamos en el barrio, y así evitar viajes y demoras y el costo de los mismos

Fuimos inspirados por ellos para estudiar en el instituto bíblico a medida que servíamos en la iglesia y para ser sincero nos fuimos involucrando y de repente nos encontramos Viajando a la ciudad de Moreno para apoyar una obra que había comenzado la iglesia con una familia de Aquel lugar

Todo sucedió muy rápido y en medio de dos o tres meses en el año 1997 nos encontramos haciéndonos cargo de Aquel lugar y comenzando oficialmente a desarrollar nuestro ministerio.

Pasamos todo tipo de experiencias y necesidades Dios ha sido fiel hasta aquí y nos ha sostenido y muchas veces pienso si nos tocará comenzar de nuevo Cómo haríamos las cosas

Hemos emprendido desafíos alocados que no sé si con la experiencia actual volveríamos a hacerlo una cosa si se, que lo que hasta aquí se ha hecho Dios lo ha permitido y no me arrepiento de todo el esfuerzo y trabajo invertidos en la obra de Dios.

Ya con nuestros hijos grandes, 2 casados con hijos de ministros y Cindy la menor sirviendo al señor con todo su corazón, no dejó de dar gracias a Dios por cada etapa de mi vida en la que él ha moldeado no sólo nuestras vidas personales si no cada integrante de nuestra familia

A la fecha estamos agradecidos al señor por la familia de creyentes que nos permite pastorear y la oportunidad de estar al frente del ministerio con tres obras aquí en Buenos Aires y una en Santiago Del Estero

Mas la desafiante experiencia de cada día estar en contacto con tantos Misioneros que apoyamos y orar para que Dios les respalde en sus proyectos

Aquella palabra de 1a Samuel Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado El señor sigue siendo vital para mí y mi esposa qué nos toca afrontar en este tiempo nuevo desafíos diferentes a los primeros pero que nos dan la satisfacción de saber que estamos siendo útiles al señor

Ya con algunos dolores y con una vitalidad asentada por los años no Como cuando éramos jóvenes Nos gozamos en ver la obra de Dios y los frutos obtenidos en estos 22 años de ministerio

Es alentador ver a nuestros hijos involucrados en la obra de Dios y a tantos hijos espirituales servirle con tanta pasión con el afán de seguir ganando almas.

Es mi deseo con estas palabras poder alentar aquellos jóvenes que se inician en la obra de Dios, o no tan jóvenes que están dando los primeros pasos para decirle que Dios siempre tiene en cuenta el esfuerzo y el trabajo y el amor con que servimos a los santos y su galardón llega a nuestros corazones.

Antes de terminar quisiera traer a memoria aquella palabra que se encuentra en Mateo 25 en la parábola de los talentos, en la que el Señor de aquellos siervos le quita el talento a aquel que tenía uno y se lo da al que tenía diez.

Los diez talentos significan el fruto de la trayectoria, la fidelidad, la dedicación, el esfuerzo y compromiso hacia la encomienda que el Señor nos ha dado, pero el talento número once es el que me emociona, porque es el fruto de la gracia de Dios y es mucho mejor que el fruto de nuestra experiencia de servicio.

Trabajemos de manera que podamos ser bendecidos por Dios con su gracia y digamos, como siempre digo en los altares de consagración: SEÑOR, COMO TU QUIERAS, CUANDO TU QUIERAS Y DONDE TU QUIERAS, ESTOY DISPUESTO

Misiones

Familia Zabala Nahuel, Karina, Emanuel y Miqueas

(Misioneros en México) 

 

Estamos felices de servir a Dios en este rincón de México, les contamos que hace casi dos meses hemos dado apertura a la Iglesia Aliento de Vida, la cual estamos pastoreando comenzando un trabajo desde cero, y hoy por gracia de Dios ya somos 8 personas adultas las que congregamos cada semana y unos 7 niños reciben la Palabra de Dios en cada servicio. Han sido dos meses desafiantes, les contamos que se realizó una actividad para niños, con payasos, golosinas, canciones, premios y mucha diversión, pero por supuesto que lo más importante fue que se les dio el mensaje de Salvación, esa tarde asistieron unos 50 niños. También se realizó una reunión especial de mujeres, donde asistieron dos organizaciones que trataron temas como violencia de género, adicciones y asistencia social, fue una tarde muy amena para las mujeres, y Kary pudo llevarles una palabra de parte de Dios.

 

Los días jueves tenemos Estudio Bíblico y los domingos culto general. Les pedimos sus ORACIONES por la iglesia y por nosotros, para que podamos seguir creciendo y que el Señor nos dé la visión exacta para ese barrio. ¡Necesitamos obreros! (músicos, maestro de

niños, ujier) por el momento hacemos todo Kary y yo.

Gracias a Dios sigue nuestro servicio virtual semanal al CENTRO DE REHABILITACIÓN EN

ADICCIONES HANNA, donde se encuentran las chicas recibiendo un tratamiento, y cada

miércoles nos encontramos en casa en GRUPO DE CONEXIÓN con nuestros vecinos y

algunos amigos que se han sumado.

 

Nahuel comenzó a integrar hace unos meses un grupo que asiste a una empresa de trailers, donde tienen oportunidad de compartir una reflexión basada en la Biblia con los empleados.

 

Los niños van creciendo, Emanuel este mes cumplirá 10 meses y Miqueas 8 años! Dios es bueno con nuestros hijos y nosotros que tenemos la dicha de verlos crecer. Agradecemos a todos aquellos que son parte de este proyecto que nació en el corazón de Dios. Dios ha sido fiel estos años y la iglesia Argentina fue parte y usada por Dios en gran manera; pero

queremos dejarles un motivo especial de ORACIÓN, querida iglesia nuestra economía los

últimos meses ha sido golpeada muy duramente, para hablar de esto lo podríamos hacer

largo y tendido, pero sabemos que nos entienden, nuestra economía necesita mejorar y

pedimos que nos ayuden orar por este motivo, ustedes saben que a lo largo de este

tiempo aquí hemos hecho con Kary muchas cosas para mantenernos en el lugar de nuestro

llamado, pedimos que oren para que Dios nos de sabiduría en las decisiones a tomar en

esta área tan importante como familia para permanecer en la tierra de nuestro llamado, no

queremos explayarnos en este tema en la circular pero si es necesario que hoy se lo demos

a saber y pedir de sus ORACIONES a nuestro favor, mil gracias!!

Celo pastoral

Por: Claudio Freidzon

 “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños” Proverbios 27:23

Una vez acompañé a mi hijo menor, Ezequiel a un partido de fútbol para verlo como jugaba con sus amigos. En la mitad del partido, me distraje por un momento. De inmediato, los gritos de Ezequiel me volvieron a la realidad: ¡Papá! ¡Quiero que me mires! Fueron sus palabras. Nuestros hijos se sienten seguros e importantes cuando los miramos a los ojos y les prestamos verdadera atención.

Así sucede también con nuestros amigos y con lo que podríamos llamar nuestros hermanos menores espirituales. A veces estamos tan activos en tantos proyectos que dejamos de relacionarnos correctamente con las personas. El saludo cordial, el diálogo, el interesarnos por sus problemas quedan tal vez relegados a un segundo plano en nuestra agitada carrera. Pero el Señor quiere despertar en ti el celo pastoral, el amor por aquellos que están a tu cuidado y te necesitan.

Jesús escogió a sus doce discípulos “para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar” Marcos 3:14. Él compartió su vida con los discípulos. Les dio todo su tiempo. No los convocó solamente para trabajar, los llamó para estar con Él. Jesús los cuidó diligentemente. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición (…)” San Juan 17:12

¿Podremos nosotros decir lo mismo?

1- El cuidado a tu familia. Cuando hablamos de conocer el estado de tus ovejas, también podemos pensar en cómo estamos cuidando de la familia. Ya sea de tus padres, hermanos o esposos/as e hijos. No es necesario ser la cabeza del hogar para brindar nuestro amor y cuidado. Dios nos lleva a dar de lo que hemos recibido del Señor a quienes nos rodean. Es justamente en nuestra familia donde tenemos la posibilidad de aplicar primero todo lo que leemos en la Biblia. A veces no es el terreno más fácil, pero sí resulta buena tierra para ponernos a prueba y permanecer verdaderamente íntegros en santidad y amor. Ya sea que vivamos en el mismo hogar o que estemos a miles de kilómetros de distancia, es necesario preguntarse: ¿Estoy haciendo todo lo posible por conocer el estado de mi familia? ¿O estoy tan ocupado que hace mucho que no paso tiempo de calidad con ellos?

2-El cuidado de nuestros hermanosmenores Los hermanos menores, son aquellas personas a quienes Dios puso en nuestro camino para que les presentemos a Jesús y los cuidemos en su crecimiento espiritual. Pueden ser amigos, compañeros de trabajo, de estudio o vecinos. Personas que han abierto su corazón a escuchar acerca de las cosas de Dios y desean crecer en la fe. Luego de la resurrección y antes de ascender a los cielos, Jesús nos dejó la Gran Comisión que consiste en un gran mandato de predicar, es decir compartir nuestro testimonio y cuidar en la fe a quienes van escuchando la Palabra de Dios, en todas partes (Mateo 28). Esto no es solamente que donde vaya, la gente me imite y me siga, sino más que otra cosa, es ocuparnos de ellos. Cuidarlos personalmente y ayudarlos a crecer en todas las áreas de su vida. Tampoco se refiere a manejarles la vida, sino encaminarlos a conocer cada vez más a Jesús, su Palabra y cómo vivir una vida hermosa cada día junto al Espíritu Santo.

3-El ejemplo de Jesús “Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. 38Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” Mateo 9:36-38 ¿Cómo veía Jesús a las multitudes? ¿Qué sentía por ellas? ¿Cómo podemos nosotros darle amparo a una persona? ¿Cómo podemos ayudar desde nuestro lugar al agobiado o desamparado? ¿Cómo lo hizo Jesús?

Jesús dijo que el problema de esas multitudes era que no tenían pastor. Y pidió a sus discípulos que, ante tanta necesidad, oren a Dios para que envíe obreros a su mies. ¿Qué clase de obreros? Sin duda, obreros que tuviesen un corazón pastoral. Por tanto, hay mucha recompensa en los cielos para quienes inviertan su tiempo en cuidar a quienes tienen a Jesús en su corazón. Si bien no siempre la tarea es fácil, vale la pena el esfuerzo. Otras personas seguramente han derramado lágrimas, han perseverado y han intercedido por tu vida para que hoy estés donde estás. Hoy es el tiempo de hacerlo por quienes Dios ha puesto en tu camino y a tu alrededor para que seas de bendición. Hoy es tiempo de animarte a mostrar el celo pastoral, el amor de Dios para acercar a otros a su Reino!! Anímate a poner en práctica todo lo que has aprendido del Señor. ¡Este es tu tiempo de ser canal de bendición!

https://oramos.com.ar/blog/crecimiento-del-ministerio/celo-pastoral

La confianza construye un matrimonio inquebrantable

Por: Sixto Porras

Uno de los pilares de una relación saludable es la confianza. Es lo que nos permite tener la seguridad de que nuestro amor es para toda la vida y que es agradable vivir cerca de la persona amada.   

Donde hay confianza, hay cercanía, amistad, amor y alegría, por eso es importante poder distinguir los elementos que nos indiquen que nuestra relación se fundamenta en la confianza. 

La confianza es el fundamento de todo matrimonio sólido que tiene una convivencia agradable. Cuando hay confianza eliminamos los celos, no competimos entre nosotros, nos respetamos mutuamente y nos ayudamos mutuamente.  

La confianza da seguridad a la relación, y nos permite reconocer que las intenciones del cónyuge son buenas. Por esta razón, no tenemos malentendidos, sino que, cuando no comprendemos algo, lo aclaramos con libertad y naturalidad, porque tenemos la seguridad de mostrarnos vulnerables.   

Existe confianza en el matrimonio, cuando ambos cónyuges tienen la seguridad de que las intenciones de su cónyuge son buenas. Por lo tanto, no hay lugar para los celos enfermizos, las dudas o la desconfianza.  

La confianza crece cuando nos sentimos libres de mostrarnos vulnerables, y para esto se requiere compartir tiempo, expresar afecto, tener identificación con nuestro cónyuge y evitar la crítica y el menosprecio.  

Nos acercamos cuando valoramos los atributos y virtudes que cada uno tiene, no acumulamos resentimiento y perdonamos pronto los errores cometidos.  

¿Qué daña la confianza? Los gritos y el maltrato. La descalificación. La burla y el menosprecio. La crítica constante. La comparación. El estar corrigiendo al cónyuge constantemente. El menosprecio. El irrespeto a sus sentimientos y opiniones. Los secretos.

Donde no hay confianza… 

Hay temor. Se ocultan las cosas. No sienten la libertad de pedir la ayuda a su cónyuge. Ocultan sus errores y debilidades. Muchas veces temen a la reacción del cónyuge. No se ayudan entre ellos. Se critican mutuamente con frecuencia. No tienen la libertad de expresar sus opiniones. Llegan a conclusiones sobre las intenciones del otro sin tratar de aclararlo. No reconocen las virtudes del cónyuge, ya que solo ven sus defectos. Acumulan resentimiento el uno con el otro. Tratan de controlar la conducta de su cónyuge. Ocultan sus temores, enojos y dolores.Buscan razones para evitar pasar tiempo juntos.

Donde hay confianza… 

Se disculpan con facilidad y no acumulan resentimiento. Pueden trabajar juntos y lo disfrutan. Se dedican tiempo el uno al otro. Aprecian las capacidades de su cónyuge. Ríen juntos. Se admiten los errores. La comunicación es fluida. Se sienten en la libertad de opinar sobre cualquier tema. Se respetan mutuamente. Disfrutan la compañía del cónyuge. Antes de juzgar las intenciones del cónyuge, preguntan para aclarar lo que pasó, ya que no pueden concebir que su cónyuge desee hacerles daño.  Se aceptan las recomendaciones del cónyuge. Nunca se actúa con la intensión de humillar o herir. Se piden consejo y se ayudan mutuamente. Admiten sus debilidades y errores sin temor al rechazo. Se perdonan mutuamente con prontitud.

¿Cómo podemos hacer crecer la confianza en nuestro matrimonio?

Fortalezca su integridad: Tener confianza en el cónyuge, significa que tenemos la plena seguridad de que es la misma persona siempre. Es alguien que no actúa diferente dependiendo de la situación en la que se encuentre. Ser de una sola pieza, significa actuar de acuerdo con nuestros valores y lo que creemos. Esto crea seguridad, y aumenta la confianza en el matrimonio, porque nos permite vivir una relación comprometida y fundamentada en el amor que nos tenemos. 

Cultive la transparencia en su matrimonio. Procure un ambiente donde es natural rendirnos cuentas mutuamente: no tengan contraseñas secretas, sea honesto sobre dónde estaba, con quién y cómo gastó el dinero. Incluso, si hay verdades incómodas o dolorosas, es mejor ser transparente. Recuerde: las personas fuertes admiten cuando se equivocan, y esto genera confianza. Las personas débiles ocultan sus errores o los justifican, y esto debilita la confianza.  

Cuide de la vulnerabilidad de su cónyuge: Para que exista intimidad y confianza, nuestro matrimonio debe ser un lugar seguro para hablar sobre nuestros errores, miedos, fracasos, esperanzas y sueños. Después de ser vulnerables, necesitamos compasión, empatía y amor incondicional; no crítica y rechazo. Del mismo modo, por favor, tenga cuidado de no compartir estos detalles tan íntimos de la vida de su cónyuge con otros. Discutan qué temas íntimos se quedarán solo entre ustedes, y cuáles pueden discutir con otros en un espacio adecuado.  

Las preguntas que surgen son:  

¿Qué cosas debo mejorar para aumentar la confianza de mi cónyuge?  

¿Debo pedir disculpas por algo que no hemos sanado? 

¿Debo perdonar algo que ocurrió hace mucho y que aún recuerdo con resentimiento? 

Si nos proponemos aumentar la confianza en nuestro matrimonio, la armonía crecerá, el ambiente será más agradable y pondremos un fundamento sólido en nuestra relación.  

Recuperado de: https://oramos.com.ar/blog/la-familia-pastoral/la-confianza-construye-un-matrimonio-inquebrantable