Multipliquemos las Iglesias

Por: Carlos Sokoluk

En Mt 25.147-30 encontramos una parábola muy conocida que en la Versión RVR 60, se denomina Parábola de los talentos.

Esta parábola solía ser un tema muy recurrente en las reuniones de jóvenes, en los campamentos y hasta en el IBRP. Aun en los cultos se cantaba un coro que decía: “Cuando venga el Señor y te pregunte por tu talento…” Personalmente este tema me resultaba muy perturbador y hasta fastidioso, porque nunca estuve muy convencido sobre cuál era mi talento y eso me complicaba la posibilidad de multiplicarlo.

Con las versiones modernas de la Biblia cambia el modo de ver la parábola. Notamos que hace alusión a un monto de dinero y no a la capacidad humana para el desempeño de algo. Aun visto así no es fácil la interpretación de la parábola y menos la aplicación. Es obvio que cada predicador se aferra a su manera de ver, pero de todos modos yo invito al lector a acompañarme en esta interpretación y su aplicación. 

En la versión RVC dice: “un hombre”, (que deducimos por cómo termina la parábola que alude al Señor Jesús) llama a sus siervos para entregarles un monto de dinero antes de irse de viaje, pero aclara que al regresar va a pedir cuenta sobre la administración. Encuentro una clara conexión entre esto y las palabras de los varones vestidos de blanco que en el monte de los Olivos van decir: “Este mismo Jesús, que ustedes han visto irse al cielo, vendrá de la misma manera que lo vieron desaparecer.»

Interpretamos que los siervos administradores somos los pastores de las  iglesias, porque Él les entregó sus bienes. Al decir “sus bienes” y no “algunos o parte de sus bienes” entendemos que se refiere a “la iglesia”, porque el único capital de esta tierra que al Señor le interesa es su iglesia, dado que es por lo único, que estuvo dispuesto a dar su vida, Ef. 5.25 “… Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”

Entonces podemos decir sin temor a equivocarnos que el Señor Jesucristo pone en manos de los pastores su bien más preciado, “la iglesia” y espera que las multipliquemos. Conviene aclarar que no se refiere al tamaño de la congregación, ya que le dio a cada uno “conforme a su capacidad” Lo que espera el Señor es que las multipliquemos, tanto el que recibió 5.000 monedas, como el que recibió 2.000 monedas lograron el mismo resultado: duplicar la cantidad de monedas.

Cuando el hombre vuelve “arregla cuentas con ellos”. A los dos primeros siervos les dice lo mismo “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.” Esta frase me produce un entusiasmo único, porque si Dios dice “mucho”, es mucho más de lo que me puedo imaginar. Solo basta mirar para el cielo para descubrir que lo “mucho” de Dios no entra en la dimensión que nuestra mente pueda procesar.

Nos queda por resolver por qué ese siervo no multiplicó el capital que su Señor le confió. Encontramos en el relato dos respuestas: una en las palabras del Hombre y la otra en las del siervo. 

Cuando el siervo le explicó que conservó lo que había recibido, pero solo eso, porque no lo multiplicó, su Señor le respondió: “Siervo malo y negligente”. En otra versión dice holgazán, (nosotros diríamos “vago”). En el Reino de Dios no hay lugar para los vagos ni para los que les gusta postergar, Jesús quien dice:Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo”. ¿Y qué hace un holgazán?

La respuesta del siervo fue: “tuve miedo”. No dice de qué tuvo miedo, pero nosotros podemos ampliar la respuesta pensando cuáles son nuestros temores a la hora de multiplicar las iglesias.

Como nunca antes, en nuestra fraternidad disponemos de recursos y herramientas que facilitan la tarea de multiplicar la cantidad de iglesias. Solo nos queda superar lo que nos impide cumplir con la tarea que nos encargó el Señor de la iglesia. 

 

4 Causas de plantar una nueva iglesia

Luis Padilla
En 1 Reyes 18:20-40 encontramos el enfrentamiento entre el profeta Elías y los profetas paganos de Baal. Baal era un ídolo que a menudo leemos en el antiguo testamento, considerado como el dios de las cosechas y adorado por varios pueblos cananeos. Lamentablemente también los israelitas lo adoraron, cayendo así en la apostasía e idolatría. 
Elías fue un hombre de Dios que se paró valientemente ante la sociedad pagana de su día. ¡Pero no se paró a PROTESTAR sino a PREDICAR! Elías llamó a la cultura secular de su tiempo al arrepentimiento nacional. Hizo esto en el Monte Carmelo donde levantó un altar al Señor para que Él se manifestará como el ¡único Dios verdadero! A lo cual El Señor respondió en una de las formas más espectaculares de toda la Biblia—¡POR MEDIO DE FUEGO SANTO! 
Partiendo desde la premisa bíblica de que abrir una iglesia nueva es establecer el reino de Dios en lugares no alcanzadas con el evangelio, podemos deducir que plantar iglesias es LEVANTAR ALTARES NUEVOS donde el Señor Jesús puede CAMBIAR VIDAS por medio del fuego santo de su Espíritu. (Mateo 28:18-20, Lucas 12:32, Hechos 13:1-3, Efesios 1:15-22) 
¿QUÉ CAUSA LA PLANTACIÓN DE UNA IGLESIA NUEVA? 
  1. PROVEE UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE CAMBIO A LAS PERSONAS.
“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.” (1 Reyes 18:30) 
Cuando se planta una nueva iglesia, los plantadores tienen ese ímpetu extraordinario por hacer la obra de evangelista porque hay que llenar la nueva iglesia de personas no alcanzadas. Varios estudios han demostrado que más evangelismo sucede por medio de una iglesia nueva que por las iglesias ya establecidas. Así que por medio del evangelismo de una nueva iglesia, Dios le dice al mundo: “acercaos a mí.” 
  1. PROVOCA QUE NUEVOS LÍDERES SEAN FORMADOS.
“Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano.” (1 Reyes 18:31-32) 
Cuando Elías tomó las doce piedras, les estaba recordando al pueblo el pacto que Dios había hecho con ellos. Y al abrir las zanjas estaba generando fé, de que Dios era incapaz de defraudarlos. Una iglesia nueva provoca exactamente esto; nos recuerda que somos deudores de la gracia de Dios y nos impulsa a la acción para transformar el barrio. 
Las “zanjas” de una nueva iglesia son aquellos ministerios necesarios para impactar el barrio. Como por ejemplo: los TNT, Club Castillo, Castillo del Rey, campañas evangelísticas
mensuales, el IETE, el IBE, MACEA, Varones, MPI, entre otros. Todas estas zanjas armadas de manera integral, convocarán a que nuevos líderes se levanten o sean enviados a asistir a la nueva iglesia. Cuando esto es realizado de forma coordinada, garantizará que el fuego de Dios descienda nuevamente en el nuevo altar que se preparó. 
  1. PROMUEVE NUEVA GENEROSIDAD.
“Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña…Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.“ (1 Reyes 18:33-37) 
Es muy llamativo que Elías ofrece el holocausto durante el horario del sacrificio vespertino. De esa forma demostrando que Dios responde a las ofrendas preparadas intencionalmente. 
Cuando se abre una iglesia nueva, se despierta la generosidad en varias personas. Gente que quizás antes debatió el tema del diezmo en una iglesia ya establecida, de pronto quieren ayudar a una iglesia que no tiene nada. Personas que estuvieron sentadas en una iglesia ya formada, de pronto sienten el deseo de ofrecer su tiempo y sus talentos en la iglesia nueva. Hermanos que por años escucharon hablar de misiones, ahora cuando lo ven en vivo y en directo empiezan a colaborar hacia la gran comisión. 
¡Una iglesia nueva despierta la generosidad! 
  1. PROPORCIONA MÁS SEGUIDO EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO.
“Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” (1 Reyes 18:33-39) 
Una nueva iglesia, apasionada por las almas perdidas, sabe que sin la ayuda del Espíritu Santo no se puede realizar la tarea. También entiende claramente que aquellos que están siendo alcanzados necesitan la plenitud de Dios para salir de los vicios, pecados y adicciones. Por ende, proporciona oportunidades para que el nuevo creyente sea expuesto al ministerio sobrenatural del Espíritu Santo. Ese bautismo es el fuego que desciende hoy y hace volver los corazones de nuevo a Dios. 
En conclusión, las iglesias nuevas son nuevos altares donde nuestro mundo perdido puede encontrar transformación y declarar como hicieron en los tiempos de Elías: ¡Jesús es Dios, Jesús es Dios!”

Administrando procesos de plantación de iglesias

Por: Juan Carlos Melo

Una vez que se tiene los posibles plantadores, es importante involucrar a sus pastores en una relación de mentoreo y acompañamiento. Al mismo tiempo cada plantador debe comprometerse en su  capacitación y  su práctica de plantar iglesias en el campo.
Plantar  iglesias no se aprende en un aula, en ella se recibe  información adecuada y orientación, pero es en la zona de plantación de la iglesia donde realmente se aprende a plantar  iglesias.
La metodología modular que la Red de Multiplicación sugiere para los procesos de plantación de iglesias (teoría -práctica – informes) un modelo práctico. Aquí cabe recalcar que si no se recaba informes de lo que está sucediendo en el campo como evangelismo, conversiones, bautizos, multiplicación de líderes,  grupo pequeños etc., el plantador va a concentrarse en recibir la teoría y no necesariamente en plantar iglesias.
En los  procesos de plantación, la meta es que cada hermano desarrolle habilidades prácticas para plantar una iglesia y eso solamente se hace en  el campo, plantando iglesias. Por eso se sugiere que se reconozca un plantador de iglesias como tal cuando haya terminado el año de capacitación de los módulos de plantación y cuando efectivamente tenga un grupo o grupos de discípulos en la zona donde está plantando, y a su vez sean producto del trabajo evangelístico y discipulado del plantador, y de los nuevos líderes que él esté empoderando.
En conclusión, la plantación de iglesias exitosa involucran al pastor mentor, al plantador con énfasis  en la práctica, la zona de plantación con el  análisis de  campo que se realizó previamente, la iglesia madre apoyando en oración y en estímulo al plantador, y acompañando en procesos evangelísticos, y no necesariamente con   apoyo económico ya que se busca que las nuevas obras lleven procesos de bajo costo, alto impacto y a medida que se  desarrollen sean autosustentables.
Eso no quiere decir que la iglesia madre o la denominación que quiere aportar económicamente no lo deba hacer, sólo se sugiere que este apoyo se maneje con mucha  prudencia y sabiduría para que este subsidio no cause dependencia ni en la nueva obra ni en el plantador, es decir, que lo que ahora es gracia no se convierta en una obligación  y que si en algún momento se retira este beneficio, no produzca dolor.
En los procesos de administración de la plantación de iglesias hay una etapa que es importante desarrollar  y esta es el crecimiento de la iglesia hacia un número de personas bautizadas o discípulos bautizados que le permitan ser reconocida como iglesia organizada, con todas las características que la denominación o iglesia madre requiera.
Esto tomará su tiempo, en algunos casos son 2, 3 años o más. También depende del contexto, del tiempo que el plantador tenga para invertirlo en la iglesia, la estrategia que se usa etc. Al final de cuentas debe existir una meta numérica medible en miembros bautizados, así como una meta financiera que permita el sostenimiento de la obra, y por último, pero no menos importante, que la iglesia naciente en desarrollo llegue en la brevedad posible a ser una iglesia madre y mientras crece para sí, permanezca comprometida en tener por los menos una nueva iglesia sembrándose cada cierto tiempo.
recuperado: https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/05/26/administrando-procesos-de-plantacion-de-iglesias-dr-juan-carlos-melo/

De líderes a multiplicadores

Por Juan Carlos Melo

         El desarrollo y crecimiento del ministerio de un pastor, o de un líder, debería dar como resultado el que se convierta en un multiplicador de nuevos obreros. Esto en la práctica debe ser intencional para evitar lo que ahora las nuevas generaciones viven al sentir que los líderes actuales no quieren empoderarles dentro de la estructura de la iglesia y de la denominación.

“Muchos pueden llegar a mirar a su liderazgo como un corcho que no permite su crecimiento y esto produce una tensión generacional entre los líderes de hoy y los del futuro.”

La mejor manera de no generar esta ruptura o conflicto intergeneracional, que puede incluso dividir y producir profundos daños en las relaciones y en las estructuras de la iglesia, es desarrollando líderes y pastores que multipliquen iglesias con un liderazgo intencional y que comprende que parte vital de su función es dejar que otros hagan los mismo y hasta mejor que ellos, como preparación para cuando ellos ya no estén.

“Es fundamental alentar la transformación del pastor de una iglesia local a convertirse en pastor de pastores, cambiando no solo su función sino su influencia a través del mentoreo.”

Una cosa es pastorear una congregación de 100 a 200 personas y otra cosa es mentorear, empoderar y multiplicarse en otros, y no para tener una congregación de 200 ó 300 miembros, sino con el fin de ser una iglesia descentralizada y que empodera más líderes bajo el mentoreo de un pastor experimentado y así multiplicar congregaciones bajo modelos de iglesias satélites o hijas, de esta manera la multiplicación da como fruto la transformación.

 

Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/05/11/de-lideres-a-multiplicadores-dr-juan-carlos-melo/

 

Cualidades y Acciones

Por Daniel Ayelef

Desde el comienzo del ministerio de cada pastor surgen preguntas, y la mayor pregunta es ¿cómo hace un pastor para crecer ministerialmente? o¿qué hacer para que crezca la iglesia?

Yo tuve estas preguntas cuando comencé a plantar mi iglesia hace algunos años atrás y una de las cosas que hice para ayudarme a responder esta pregunta fue buscar referentes. Algunos de estos referentes no saben que los tome como ejemplo a seguir a la distancia, a ellos yo los llamo consejeros indirectos. Es decir que, aunque no hay una relación directa con ellos, se puede seguir su ejemplo de cerca observado como desarrolla lo que Dios le ha dado en su ministerio.

Y como ese ejemplo es bueno, se puede hasta tomar cosas para el ministerio propio. Algunos tal vez piensen que copiar la labor de otro no está bien, peropregunto: ¿está mal copiar algo que da resultado?

En lo personal, creo que no está mal, y lo que sí está mal es perder la identidad. Al observar los ejemplos, se puede ver que esos ministros avanzan y tienen resultados, al acercar un poco más la mirada encuentro algunas cualidades y acciones que todos ellos comparten, las cuales les ayudan a crecer ministerialmente. A continuación, les comparto algunas de ellas:

A- COMPROMISO CON SU LLAMADO:están tan comprometidos con su tarea que no se desenfocan.Ellos saben a lo que fueron llamados (identidad clara, llamado claro) como el personaje bíblico Nehemías. A Nehemías los enemigos lo querían distraer de la tarea que realizaba, pero el se mantuvo enfocado, con una mano trabajaban y la otra empuñaban un arma (Nehemías 4:17) dando un claro ejemplo del: ¡NO QUIERO DISTRAERME! Muchos desean ver resultado en el trabajo que realizan, pero el problema es que muchas veces caen en la distracción. Algunas causas de la distracción pueden ser situaciones difíciles de resolver, problemas que surgen y no nos permiten re-enfocarnos o el hecho de mirar a otros que crecen de forma más rápida, deslumbrándonos con su ministerio. Y es aquí en donde debemos desarrollar una identidad sana y clara como Nehemías. Por ejemplo, hace unos años atrás el intendente de mi ciudad me invitó a ser parte de la lista de sus concejales, parecía una buena oportunidad para llegar a otros niveles de influencia. La situación en la iglesia era muy favorable porque estamos en pleno crecimiento y desarrollo, y allí en medio de esa propuesta se me vino a la mente que eso era una distracción a lo que Dios quería hacer en Villa Regina. Dios me mostro que ese no era a lo que Él me había llamado y puede evitar la distracción.

B- PERSONAS ESFORZADAS: Una de las cosas que tome de estas personas que tome como consejeros indirectos es que no están ociosos, sino que están constantemente creando algo para continuar extendiendo el evangelio. Innovan con nuevas ideas, ejecutan esos proyectos y delegan a otros de su entorno (los cuales ven que tienen capacidades de liderazgo). Y aprovechan cada proyecto, contexto y lugar para tener la oportunidad de predicar y mostrar a Cristo a toda la comunidad en la que se encuentran inmersos.

C- PERSONAS QUE DELEGAN: La mayoría de estos consejeros indirectos comprenden que es imposible estar en todos lados, debido a que uno solo hombre no puede hacer mucho sino tiene un equipo en quien descansar y delegar responsabilidades. Y aquí se puede ver unos de los grandes secretos: se necesita tener un corazón sano, libre de temores y prejuicios; el cual pueda confiar en que Dios también obra en la vida de los demás y puede usar a otros.


D-PERSONAS DE FE:Estas personas esperan y dependen de Dios, y no de los hombres e instituciones. La vida de todos ellos muestra que comenzaron sus iglesias de la nada, teniendo como recurso único su confianza en Dios. Ellos poseían un llamado y una clara, que los invito a tener una total dependencia de Dios. Entendieron que a través de nuestra Fe se honra a Dios, y que esa es la mejor virtud porque trae la certeza de que todo viene de Dios y que Él es la fuente de los recursos que se necesitan. A su vez, este principio nos permite entender que debemos mantener un corazón sano con nuestros pares y autoridades.Vinculado a este punto, hace unos años atrás, en una ocasión me encontraba preocupado por un desafío grande que teníamos como iglesia, y pensé pedir ayuda económica al gobierno provincial para el reto que teníamos, y como eran tiempos de elecciones sabía que los candidatos estaban abiertos a dar recursos. Mientras pensaba en avanzar sobre esta idea, escuche la voz del Espíritu Santo que me hacia una pregunta: “¿Qué pensarías, si tu hijo que necesita un calzado, en vez de pedírtelo a vos se lo pide a tu vecino?”. Esa pregunta me hizo desistir inmediatamente de
esa idea y Dios se glorificó proveyendo todo lo que necesitaba, sin tener que buscar los recursos en los hombres. Esto es una actitud que he visto en muchos referentes cuya confianza está puesta en Dios.

E- PERSONAS SUJETAS:  Todos estos pastores que crecen tienen un pastor que los ministra y los guía, dándoles consejos y llamados de atención. Estar sujeto es una señal de humildad a Dios y las autoridades. Es por eso que es importante que tengamos un pastor sobre nosotros, alguien que nos guie y aconseje para que podamos dar pasos firmes durante todo el camino.

 

Estas son algunas de las cosas que puede observar de los pastores que crecen y avanzan cumpliendo con el llamado que Dios les hizo.

El secreto de la semilla

De Martin Castells

Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.  Marcos 4:30-32

Quiero animarte con tres verdades que brotan de esta parábola

Primera verdad es saber que la semilla de mostaza se la conoce como la más pequeña, aunque no lo es, pero era la más pequeña conocida de esa época.

Aquí Jesús compara el reino de los cielos con la semilla de mostaza.

Lo que Jesús quería decirle era que algo muy pequeño podía convertirse en grande.

Lo que quiero compartir es que por más pequeño que sea tu comienzo en el ministerio puede convertirse en grande.

  1. Las grandes empresas empezaron siendo pequeñas empresas.
  2. Las grandes iglesias empezaron siendo pequeñas iglesias.
  3. Los grandes hombres empezaron siendo pequeños niños.
  4. Todo lo grande comenzó siendo pequeño.

Quiero animarte a que tomes en tu vida una pequeña semilla, como la semilla de mostaza, pequeña al principio pero dentro de unos años será muy grande.

La semilla, debe representar para nosotros, la palabra de Dios. Aférrate a una palabra de Dios por más pequeña que sea y un día será grande en tu vida.

Me gusta este texto de la palabra de Dios en 2º Corintios 9:10

“Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia”

Hay dos detalles muy importantes en este texto por un lado la semilla y por el otro el pan. Estas dos cosas la da uno mismo, Dios.

Ahora están los que quieren pan y una vez obtenido se sacian y se quedan sin más.

Y están los que quieren semilla, que después que la siembran obtienen mucho fruto.

La diferencia está en el trabajo, el que quiere pan no necesita trabajar lo tiene, lo come y se queda sin nada.

En cambio el que quiere semilla, debe ir a sembrarla, regarla y esperar que crezca, pero después de un tiempo de trabajo y esfuerzo obtiene mucho fruto y más semillas para seguir sembrando.

¿Qué quieres pan o semilla?

El ministerio es así, Dios nos da semillas y es nuestra responsabilidad ir a sembrarla. Esto llevara trabajo, esfuerzo y perseverancia, pero al final veremos el crecimiento.

 

La segunda verdad es que el crecimiento no viene del granjero que planta la semilla.

El granjero no hace crecer la semilla. Ni siquiera sabe cómo crece.

Quiero decirte que tú no puedes hacer crecer la semilla de la Palabra, solo tienen que sembrarla en tu corazón y esa semilla crecerá sola.

Si tiene sembrada esa semilla en tu corazón y en tu mente y la riegas todos los días, es decir, la crees y la traes a tu memoria cada día, esa semilla por más pequeña que sea, brotara y un día se convertirá en un gran árbol.

1º Corintios 3:7 “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”.

Solo Dios puede hacer que la semilla crezca. Si tienes la semilla plantada en tu corazón, Dios la hará crecer.

El ministerio es así, Dios se encarga de hacerlo crecer, tú y yo debemos sembrar su palabra y tener paciencia, pues la semilla una vez que es sembrada tiende a crecer.

Te paciencia, trabaja, esfuérzate y persevera, veras el crecimiento.

 

Tercera verdad, la semilla no solo te hará grande sino también fuerte.

La palabra de Dios grabada en tu corazón y mente, no solo te hará grande sino también fuerte.

Cuando digo, la semilla te hará grande, no me refiero grande en el sentido que el mundo cree, sino grande en el reino de Dios.

Cuando Dios mira a alguien que siembra la semilla, a ese Dios lo hace grande y fuerte.

Así como la semilla de mostaza de pequeña se transforma en un gran árbol, así Dios nos convertirá si tenemos una semilla de su palabra en nuestro corazón.

 

La semilla tiene una particularidad, debe morir para crecer, sino muere no puede llevar fruto. Juan 12:24 “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”

De nada nos sirve tener semilla en las manos o guardada, porque para que produzca la semilla tiene que ser sembrada, sepultada y entonces comienza a crecer y a dar frutos.

Tienes que sembrar la semilla y esta crecerá.

Una palabra de Dios “semilla” será suficiente para que vivas en lo sobrenatural

Mateo 14:28-29

Mat 14:28  Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

Mat 14:29  Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

Una palabra de Dios “semilla” te hará grande y fuerte en la vida.

Una palabra será suficiente para que alcances los sueños y empieces a vivir en la sobrenatural.

Es importante tener semilla. Una palabra de Dios puede cambiarte la vida.

Una palabra de Dios puede ayudarte a mantenerte vivo, con esperanza y confianza.

La semilla de la palabra de Dios, siempre va a ir creciendo, hasta que de fruto.

Tienes que ir por tu semilla.

  1. El granjero no hace crecer la semilla. Ni siquiera sabe cómo crece.
  2. El crecimiento no viene del granjero. Sino del que llamo al granjero a trabajar.
  3. La semilla no solo te hará grande sino también fuerte.

Nos habla de la impotencia humana, y del poder de la palabra de Dios.

Rogad al Señor de la Mies

por Carlos Sokoluk 

Cuando Jesús concluye la obra redentora en la tierra, se la confía a sus discípulos. Justo antes de ascender al cielo se asegura de recordarles cuál es la tarea de la que se tienen que ocupar: Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén. En el mandato de Jesús encontramos que a la tarea evangelizadora se le agrega la de conformar un cuerpo espiritual a partir del bautismo y en tercer término se encomienda un proceso de enseñanza de los mandatos de Jesús. Esos son los tres principios esenciales de una iglesia. Luego podemos concluir que Jesús ordena que planten iglesias en todas las naciones y que Él personalmente estaría involucrado a través de todos los tiempos. Efectivamente desde la ascensión de Jesús, en mayor o menor medida siempre se plantaron nuevas iglesias o congregaciones cristianas. Pero en nuestros días lo que está ocurriendo es algo sobrenatural, ya que hay un inusual auge en la plantación de iglesias en muchos países de diferentes continentes. Quiere decir que si nos involucramos personalmente en esta tarea establecida por el Señor mismo, vamos a ser los protagonistas de un importante capítulo de la historia de la iglesia. En la historia sagrada vemos que cada vez que Dios manifestó su gracia y poder a favor del pueblo lo hizo a través de una persona a la que Él “llamó”: Abraham, Moisés, Gedeón, Eliseo, Pedro, Pablo y así muchos otros en la historia reciente también. Vamos a necesitar que el Señor convoque a los “llamados” para plantar cientos de nuevas iglesias aquí y ahora, en nuestro país. En Lucas 10.2 Jesús mismo considera que: “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos” y luego propone la solución: “por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”. Es el momento oportuno para que pastores y congregaciones vayamos a la presencia del Padre y le digamos que su Hijo nos mandó a rogarle que con urgencia envíe a los iniciadores de iglesias que necesitamos para que se cumpla su mandato. Teniendo en cuenta la parábola de la viuda y el juez injusto, si disponemos de programas de oración, que pueden ser diarias o semanales, individuales, o en grupos especiales o con toda la congregación, con toda seguridad surgirán los llamados ¿pues acaso Dios se tardará en responderles a sus escogidos, que claman a él día y noche?