Los fracasos son oportunidades para crecer

La manera que enfrentemos el fracaso será determinante para alcanzar el destino que tenemos en esta vida.

Cuenta la historia que Sir Edmund Hillary, un alpinista y explorador neozelandés, que nació en 1919,  varias veces trató de escalar el monte Everest y falló en todos sus intentos. Pero, en uno de esos ascensos en que no logró llegar a la cima, le sucedió algo muy interesante, se rebeló. Según ciertas versiones, luego de su intento fallido, Hillary parado al pie de la gran montaña, sacudió su puño cerrado y exclamó: “¡Te venceré! Porque tú no puedes ser más grande de lo que eres, pero yo todavía estoy creciendo”. De este modo y con esta idea, continuó su carrera de alpinista. No se desalentó, insistió, lo intentó nuevamente, y logró su cometido. El 29 de mayo de 1953, marcó un hito en la historia, se convirtió en el primer hombre que llegó a la cima del monte Everest.

Como en este relato, los problemas tienen un propósito en la vida. El hecho de no alcanzar una meta, de equivocarnos, de cometer errores, de haber sido protagonistas de una discusión, de haber sufrido algún desencuentro; todo esto tiene un propósito y es que logremos crecer por medio de ellos. Cuando no lo comprendemos de esta manera y nos instalamos en la queja o bajamos los brazos, se genera un propósito totalmente contrario. Los problemas, entonces, tienen la capacidad de matar nuestro entusiasmo y toda posibilidad de crecimiento, nos sentimos morir. Su efecto es negativo y devastador. 

Pero, ellos, además de producirle amargura, resentimiento, odio, sentimientos de inferioridad, o de que nadie lo tiene en cuenta, también pueden ser generadores de crecimiento, de aprendizaje. Sin embargo, las contrariedades, las cosas negativas que le suceden en la vida pueden convertirse en positivas. Esto dependerá exclusivamente de la decisión que tome frente a los problemas: darse por vencido o bien seguir adelante al tratar de superarlos.

Sigamos adelante Dios renovará nuestras fuerzas para continuar con su obra y abrir Más Iglesias para alcanzar a toda la Argentina para Cristo. Dios tiene un propósito con su vida.

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El que espera no desespera

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (Gálatas 6:9).
¿Trabaja arduamente y se esfuerza, pero no ve los resultados? Muchas veces uno hace bien sin mirar a quién, pero llega un momento que dice: “A mí me van a tomar por tonto, yo no puedo seguir en esta misma actitud”. Y nos cansamos de hacer bien y que los demás se burlen de nosotros.
Durante mucho tiempo trabajamos arduamente en nuestro futuro, en un emprendimiento económico y el tiempo pasa y no comprobamos resultados y nos desanimamos. Pero hay una ley espiritual que Dios estableció en el libro de Génesis. Luego del gran diluvio, Dios le dijo a Moisés: “Mientras que dure el tiempo, mientras que dure la tierra, va a permanecer la siembra y la cosecha”. Esta es una ley espiritual.
Cuando un labrador comienza su siembra, prepara la tierra y siembra la semilla. El siguiente trabajo del labrador es la espera silenciosa del crecimiento hasta ver los frutos. Nada de lo que él haga acelerará los tiempos de la cosecha. Todo cultivo necesita un proceso. Si durante este tiempo que transcurre naturalmente el labrador se desanima y desmaya, es lo peor que puede ocurrirle. Porque sabe que aunque no lo vea, la semilla que plantó inevitablemente crecerá, y ya no depende de él ese crecimiento. El tiempo y la gracia se lo dará. Solo necesita tiempo. Ese es el secreto: TIEMPO.
Dios nos dice en su palabra que cosecharemos si no desmayamos. Hay personas que faltándole un round para la victoria tiran la toalla y dicen: “No puedo más, no aguanto más, yo no sé qué más hacer, ya no soporto vivir así. Dejo todo”. Pero no se dan cuenta que ya Dios tiene preparada la victoria para su vida. El fin de una buena siembra es ineludiblemente una buena cosecha. Él ya tiene marcada una salida, una bendición, una apertura, solamente debe perseverar.
Muchas veces, el desmayar y desanimarse tiene que ver con actitudes. El desánimo nos hace entregarnos, bajar las velas, dejar de pelear, dejar de lucha. Más el Señor le dice que si no desmaya, a Su tiempo cosechará.
Uno quiere crecimiento instantáneo, todo rápido como un café. Se pone un poquitito de café, azúcar, se bate, le agrego agua, y ya está hecho. Esta es la mentalidad del microondas, todo rápido, todo instantáneo. Pero así no es la vida que no está marcada de esta manera. Hay un tiempo para todo: el nacimiento, el crecimiento en el vientre de la madre, son nueve meses necesarios porque Dios lo hizo así. Hay que desarrollar paciencia, hay que saber esperar, hay que entender que todo tiene un proceso. Así también es el trabajo del labrador. Dios nos desafía a tener la paciencia del labrador, a aprender de él y a no desanimarte ni desmayar. Porque cosechará si no desmaya.
¿Está trabajando en alguna área? ¿Esta sembrando en su trabajo, en su familia, en la relación con sus hijos, o en el matrimonio? ¿Está trabajando una tierra? No desmaye, manténgase firme, espere en Dios y pronto verá los frutos de su actitud paciente.

En la ruta

Autor: Juan Carlos Melo
¿Cuál será la ruta de la Iglesia para los próximos años?
Se dice que las iglesias que pasan los tres primeros años la curva de crecimiento, después pasan a una curva de fatiga y pasan a ser un movimiento, una máquina, un monumento o un museo. Eso le pasa a las denominaciones, a las iglesias locales, al liderazgo y también a los procesos. Pero cuando un líder, cuando una denominación, cuando un país empieza a ver el pasado y piensa que éste era mejor que el futuro, está decaído.
Está mirando hacia abajo y empieza a hacer monumentos al pasado. El pasado de la Iglesia no puede ser mejor que el futuro, si Cristo está en su futuro. Lo que hicieron los pioneros en Centroamérica y en América Latina es maravilloso y se les bendice en el nombre de Jesús; pero eso no puede ser mejor que lo que viene. Hay que honrar aquello, y celebrar lo que Cristo va a hacer.
Cuando se empieza a ver el pasado como mejor que el futuro, se está creando monumentos y la siguiente fase es ser un museo. Algo para ver y recordar, glorias pasadas nada más, sin vida. Eso no le puede pasar a la Iglesia del Señor. Hay esperanza en la Palabra del Señor cuando dijo: yo edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán en el avance de la Iglesia, pero la iglesia tiene que avanzar. Si la Iglesia no avanza, entonces ¿qué es lo que avanza? La Iglesia tiene que ir en avance y el avance se tiene que medir en números también.
Las iglesias que pasan los tres a cinco primeros años dejan de evangelizar con la misma fuerza. Se concentran más hacia dentro. La Iglesia debe crecer armónicamente hacia arriba en su devoción al Señor, en su amor al Señor hacia fuera y el amor al prójimo. Lo que es el amor a los necesitados y el amor hacia aquel que no es su hermano, que es el prójimo, y hacer lo que sea necesario para que sea su hermano. Un mandamiento nuevo os doy: “que os améis los unos a los otros”, pero ese mandamiento ya existía en la Ley, el amor al otro, al próximo, pero ¿qué era lo nuevo de esto?
Hay tres niveles de amor que la iglesia debe tener. El amor a Dios por sobre todas las cosas, el amor al prójimo, que no está separado del amor a Dios, porque si no ama al prójimo y dice amar a Dios es falso, por eso es que no tiene impacto en la sociedad, porque se han vuelto iglesias litúrgicas que dicen amar a Dios con cantos, pero salen y no aman al vecino y pierde efectividad. Y el amor a su comunidad.
Los evangélicos de los últimos tiempos han separado el amor de Dios del amor al prójimo. Eso es una herejía. No se puede separar el amor a Dios del amor al prójimo. Se tiene que amar al prójimo de la misma manera que se ama a Dios. Hay que amar a los niños, aunque no diezmen. Hay que amar a los jóvenes. Que no pase como en la generación de Josué donde cada uno hacía lo que bien le parecía porque no conocían a Dios, porque sus padres no les mostraron el camino.
Dios ama a Latinoamérica y este es el tiempo del Señor y quienes pertenecen a una denominación, quienes son pastores en países y en ciudades, tienen que aprovechar y avanzar porque ahora hay un tiempo en el que de cada tres personas a las que se les comparte el evangelio, una le dice sí al Señor Jesucristo.
Eso es avivamiento, pero no se lo está aprovechando. Hay que ir afuera. Hay que ir a cosechar. Hay que orar por obreros para la gran cosecha. El Señor ni siquiera pide que oren por la mies sino más bien por obreros. Hay que multiplicar obreros. Los líderes tienen un poder en las manos, un poder espiritual. Dios no se mueve si no es con el liderazgo de su iglesia. Si el liderazgo de la iglesia cree, Dios obra. Si el liderazgo de la Iglesia no cree, Dios no obra y esa es la responsabilidad del liderazgo. Del Génesis al Apocalipsis hubo un Abraham, un Moisés, un Josué, un Jeremías que guiaban al pueblo.
Volver al principio
Hay que volver a las rodillas. Una iglesia que no ora es una iglesia en derrota. Hay que volver a estar bajo la influencia del Espíritu Santo, en santidad, porque los dones del Espíritu sin santidad no se saben qué son. Se necesita clamar al Señor. Clamar a Cristo y empoderar nuevos líderes. Empoderar la nueva generación. ¿Qué se va a dejar en esta tierra: bloques y ladrillos, con cementos y techos? El Señor no viene por eso. El Señor viene por gente redimida.
Si hubiera que plantar nuevas congregaciones, usando el ejemplo de Asambleas de Dios en El Salvador que tiene un promedio de 100 miembros, entonces habría que plantar cada año cincuenta iglesias de 100 discípulos cada una para tener un número de 5.000 nuevas iglesias y mantenerse en la curva de crecimiento. Eso no es imposible, pero eso sólo mantiene la curva para no decaer versus el crecimiento poblacional. Se necesita de ahí para arriba para crecer.
Suponiendo que se podrían tener iglesias de cincuenta personas. Esto significaría que serían 100 iglesias de cincuenta discípulos anualmente para mantenerse en la curva de la población. De ahí en adelante cualquier cosa es crecimiento. Pero dentro de estas cifras es primordial tomar en cuenta el número de bautismos, que es una cifra dura porque es crecimiento. Eso significa que hay un crecimiento por evangelismo y no por reciclaje de membresía. El reciclaje de membresía no hace crecer el Reino. Hace crecer una congregación, pero no el Reino. Es decir, si hay un crecimiento de mil o de cien miembros este año y sólo se bautizaron diez, entonces algo anda mal. Es importante que el crecimiento saludable en la iglesia establecida y en la plantación de iglesia sea medible a través de bautizos. Eso es real, el resto es conversable.
Plantación y desarrollo de iglesias
En panoramas de plantación y desarrollo de iglesias, no se puede dejar de hablar de la ética del Reino de Dios. Ésta implica muchas cosas, pero en plantación de iglesias hay algo que no se debe hacer y es pescar en otras peceras. Muchas veces debido a eso se impide plantar más iglesias. También es anti-ético y sería contradictorio porque el Señor no le ha dado el derecho de ser terrateniente, o espiritualmente hablando, dueño de esa iglesia.
Actualmente no se plantan iglesias con un concepto de comunidad. La mayoría es insensible a la comunidad donde está porque son iglesias pobres. Las iglesias evangélicas en su mayoría, 99.9%, no son sembradas con un concepto misionológico.
El triángulo misionológico dice: Dios, Iglesia y comunidad; y si se tuviera ese enfoque desde el principio, entonces se entendería que cualquier cosa que rompe la relación con la comunidad no debe hacerse porque la existencia y la razón de ser de la Iglesia delante del Señor no es cantar, es ganar esa comunidad.
El triángulo misionológico es clave y esto se enseña dentro de los materiales que los plantadores reciben. De hecho el primer módulo es cien por ciento análisis de comunidad y se le da herramientas para que vaya y haga un análisis de comunidad y entreviste a los líderes. Aquí es importante saber que el 80% de los pastores no tiene una buena relación, o una relación sólida, con los presidentes de los barrios donde están sus congregaciones. Nunca se han tomado un cafecito. Es más no saben quiénes son y cuando saben es porque están peleados.
Hay que entender y ubicarse bíblica y teológicamente. La Iglesia no existe porque es bonita. La Iglesia existe porque existe un Dios de Misión. Dios está en misión y para eso existe la Iglesia, para cumplir la misión de Dios en la tierra. Hay que caminar y cumplirla. Si deja de hacer esa misión, entonces deja de tener esencia y se convierte en club religioso, de muy mal gusto por cierto.La Iglesia existe para la misión.
Más del 70% de membrecía de una iglesia no pertenece al barrio donde está la iglesia. Vienen de todo lado porque no les importa el barrio. Actualmente en muchas ciudades, debido a las normas ecológicas, están cerrando congregaciones. Las autoridades reciben quejas de las iglesias porque tienen el volumen demasiado alto. Le dan demasiado énfasis a las formas. Debería haber dos cosas bien claras sobre los cánticos en las iglesias, y no se refiere a la adoración porque en la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis es obedecer, no cantar. Algunos creen que la unción está en el volumen, por eso se ha vuelto tan poco efectiva.
La Iglesia existe para su comunidad. Analice su comunidad y mire como está en relación a la iglesia, y pida en esa pasión al Señor una visión y una misión para el proceso de esa comunidad porque antes de que usted llegue allí, Dios ya estuvo ahí.
Haga un análisis no sólo de cantidad sino de calidad, de cuánto impacto tiene en la sociedad al estilo de la iglesia primitiva, que tenía favor con el pueblo y se añadían los que debían ser salvos. El Señor va a añadir cada día a los que quiera a la Iglesia, cuando la Iglesia tenga favor con la comunidad. Hay que amar al prójimo. Mostrar a Cristo a la sociedad. Carácter, conducta e imagen del varón perfecto que es Cristo Jesús.
Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/03/14/en-la-ruta-dr-juan-carlos-melo/

UNA HISTORIA DE ORACIONES CONTESTADAS

POR CARLOS VALDEBENITO

Mi nombre es Carlos. Hace 8 años salimos junto a mi familia desde la Patagonia Argentina rumbo a España con un proyecto definido. Recuerdo en mi tiempo de gira recorrer las iglesias argentinas presentando lo que Dios había puesto en nuestros corazones, y cómo nos imaginábamos que podríamos llevar adelante tantos planes.
Desde el día que llegamos a España comenzamos a trabajar el Departamento Nacional de Misiones de España (DEMADE), y fue tan satisfactorio ver el cumplimiento de tantos sueños. Colaboramos en la promoción de misiones, ayudamos a armar la red de promoción, recorrimos iglesias enseñando del tema, colaboramos con la escuela de misiones, entre tantas otras cosas. Para nosotros no era algo nuevo, porque era lo que llevábamos haciendo ya por 20 años en nuestro país. Así que estábamos cómodos desarrollando esa tarea, y llevando adelante lo que habíamos planeado.

Sin embargo, al tiempo Dios cambió un poco nuestros planes. En nuestro caso fue luego de la pandemia, y ahora, viendo hacia atrás, podemos asegurar que Dios no solo cambió nuestros planes, sino que los mejoró. Después del 2021, como familia nos mudamos a un pueblo pequeño, llamado Torrejón del Rey. Allí comenzamos a ayudar a varios vecinos a limpiar sus casas, pues luego del tiempo de la pandemia, muchos jardines estaban descuidados, con el pasto crecido después de tanto tiempo sin cuidado. Muchos vecinos eran ancianos y no podían hacerlo sin ayuda, así que nos ofrecimos a dar una mano. Sin darnos cuenta, pronto teníamos cerca de diez familias que querían que ayudemos a abrir una iglesia en ese lugar. Nosotros nunca nos imaginamos ser pastores aquí en España, ni mucho menos abrir una iglesia. Es verdad que siempre en Argentina colaboramos en el ministerio, y hasta ayudamos a abrir una obra en Comodoro Rivadavia, pero apoyando a nuestros pastores.
No era algo que estuviera en nuestros planes, pero entendíamos que Dios abría una puerta en esa dirección.
Cuando comenzamos esta tarea, comenzamos a reunirnos en un descampado donde habían algunas mesas. Comenzamos haciendo algo con los jóvenes, compartiendo una palabra y, principalmente, pasando tiempo con la gente. Pero al poco tiempo, el grupo había crecido. Y fue así como el 3 de mayo del 2021 realizamos la primera reunión formal en el salón de un hotel, donde asistieron más de 50 personas. Realmente todo había crecido muy rápidamente.
Estuvimos cerca de tres meses reuniéndonos en el hotel, hasta que nos mudamos a otro pueblo llamado Camarma de Esteruelas. Es un pueblo muy lindo, con cerca de 8500 habitantes. Y recorriendo el pueblo vimos un lugar con mucho potencial para ubicar la iglesia.

Averiguando sobre este local, nos enteramos de que había estado cerrado y abandonado por 10 años. Antiguamente fue un restaurante llamado “El Mar Rojo”, que funcionó por un tiempo, pero no le fue bien financieramente y cerró. Sin embargo, al poco tiempo estuvo a punto de reabrir, pero para funcionar como prostíbulo.

También nos enteramos de que desde hace muchos años en este mismo pueblo funcionó una base de misioneros de Estados Unidos. Como fruto de esta base nació una escuela cristiana, que aún hoy permanece en el lugar. Y cuando uno de los profesores de la escuela supo de los planes para este lugar, junto con alumnos de 13 y 14 años fueron a rodear el edificio, orando para que el prostíbulo no pueda abrir, y que en su lugar se abra una iglesia.

Dios escuchó esa oración, y el prostíbulo nunca abrió sus puertas. Y por más de 10 años

el lugar permaneció cerrado. Desde aquel día nada cambió, hasta que llegaron unos misioneros argentinos sin experiencia pastoral, pero dispuestos a obedecer a Dios.

Se podía ver Su mano detrás de todo el asunto. En la primera reunión que tuvimos con los dueños del lugar nos bajaron el precio de alquiler. Todo se fue encaminando, y luego de mucho trabajo para reacondicionarlo, ya en noviembre de ese año, estábamos abriendo las puertas de la iglesia. Sin nosotros planearlo, experimentamos como Dios estaba contestando aquellas oraciones realizadas 10 años atrás. Y vemos como la iglesia
continúa creciendo. Este mes estamos cumpliendo ya 3 años, con un lindo grupo de más de 90 personas.
Estos años han sido de mucho aprendizaje. Entendemos que Dios nos llamó, y que Él va poniendo gente a nuestro lado para que se pueda ir formando. Siempre decimos en los equipos que Dios nos ha permitido formar que no queremos ser el techo de nadie, sino el piso en el que puedan tener sólidas bases, y que puedan construir sobre ellas.

Hoy podemos decir que el pastorado, dentro de nuestra experiencia misionera, nos ha hecho crecer mucho. Entendemos mejor la cultura, hemos madurado bastante, y Dios nos permite ver los frutos de todo lo sembrado. Incluso podemos ver con gran alegría que nuestros propios hijos son parte del ministerio en la iglesia.

Cuando realizábamos nuestros planes misioneros teníamos una idea de lo que era la iglesia española. Al pisar estas tierras y trabajar con las iglesias, fuimos aprendiendo mucho más. Y algo que puede llamar la atención es que, si bien las iglesias están en España, muchas veces los españoles en ellas son una minoría. Los latinos le han dado mucho dinamismo a la iglesia, y eso es muy atractivo. Pero en ciertos casos, muchos españoles no sienten como propia a la iglesia.
Al abrir la iglesia, sentimos de parte de Dios que debíamos prestar atención a ello, y hoy en día vemos con alegría que un gran porcentaje de españoles están llegando y permaneciendo en la iglesia. Y esto también representó un gran aprendizaje para nosotros.

Pues las culturas son diferentes, y las estrategias también necesitan serlo. Con los latinos teníamos experiencia y sabíamos cómo realizar el trabajo, pero con los españoles debíamos aprender. Pero más que quejarnos por las diferencias, el desafío fue aprender de ellos y adaptarnos.

Como iglesia buscamos que nuestro trabajo sea tanto adentro, como afuera de la iglesia. Trabajamos mucho en evangelismo, y también en la parte social en el pueblo. Hace poco nos presentamos ante la alcaldesa para ofrecer nuestras manos en cualquier tarea que el pueblo necesitara, y ella estaba sorprendida. Era muy raro para ella que alguien se presentara ante ella no para pedir algo, como siempre sucede, sino a ofrecer ayuda.
Entonces nos dijo que veía un cambio positivo en el pueblo gracias a la iglesia. A veces no nos damos cuenta del impacto que la iglesia puede tener. Siempre buscamos que la gente pueda volver a mirar a Jesús, y ciertamente Él se está mostrando en Camarma de Esteruelas por medio de Su Iglesia.
Por eso queremos alentarte a que puedas decirle que sí al llamado de Dios. A los ojos humanos muchos planes parecen imposibles. Por ejemplo, uno podría preguntarse qué puede lograr una familia de la Patagonia, apoyados por la iglesia de un país en crisis, en Europa. Pero Dios es el que sigue abriendo las puertas, y quien sigue proveyendo para que se haga su obra.

FORMACIÓN DE LOS ADULTOS

Enseñar a nuestros adultos para la transformación integral Adriana Ocampo de Llano Cuánta alegría brota en nuestros corazones cuando las familias llegan a las iglesias; es tan grato saber que han recurrido al lugar de encuentro con Dios. Allí el Señor irá transformando sus vidas de manera que cambien en todas las áreas. Eso es lo que llamamos proceso de conversión, y qué privilegio acompañarlos en el recorrido.
La Gran Comisión mencionada en Mt.28:19 y 20 “ Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” deja ver que más allá de la predicación del evangelio, necesitamos un consistente y sistemático trabajo de discipulado y educación integral. “hacer discípulos” conlleva una labor que afecte tanto la espiritualidad como la vida cotidiana de los hermanos que van viviendo su proceso de maduración en el Señor.
El camino de la conversión es particular para cada hermano, hermana. Una vez que aceptaron a Jesús como Salvador y Señor, sus valores, metas y prioridades comienzan a cambiar; todo su sistemas de creencias y cosmovisiones es trastocado y nosotros, tanto pastores como maestros tenemos la bendición de guiarlos hacia la transformación. Necesitamos acompañar ese proceso…
Ahora bien; cuando hablamos de la formación de los creyentes, es preciso que sepamos acerca de las necesidades específicas de cada edad y etapa de la vida; por eso desarrollar una enseñanza ligada a los adultos, demanda de nosotros conocer esas necesidades particulares y las características del proceso de enseñanza-aprendizaje tal como acontece en ellos.
En ocasiones nos frustramos, creemos que no aprenden, no maduran, no crecen; o pensamos que tanto nosotros como pastores, o nuestros equipos de maestros, estamos haciendo algo mal. Seguramente remarcar algunas herramientas puntuales nos ayudará a reforzar la hermosa tarea que ya llevamos adelante.
Dentro de la Pedagogía General; se encuentra la llamada “Andragogía” que es esa disciplina que se encarga del análisis y puesta en marcha de las herramientas más indicadas para enseñarle a los adultos.
Las herramientas andragógicas pueden aportar gran riqueza a nuestra tarea; algunos fundamentos importantes para tener en cuenta, pueden ser los siguientes:

Aprendizaje transformacional y Significativo
Esto es, que, el resultado del proceso Enseñanza-Aprendizaje que inicia con una predicación o una clase, debe observarse en las vidas cambiadas y transformadas, no sólo dentro de la iglesia, sino en la propia vida cotidiana y en todas las áreas de desarrollo personal.
La meta de un aprendizaje transformacional, se liga con la metanoia cristiana. Debe observarse reflexión y cambio; transformación en los valores y cosmovisiones, así como en el día a día. Necesitamos tener esto presente al preparar nuestro material para los adultos.
Ausubel (un referente en el tema), remarca la importancia de que lo que el discípulo, estudiante o aprendiz recibe, sea significativo a su vida personal.
Debe tener un sentido, debe poder vincularlo con procesos de aprendizajes anteriores, algo que ya conoce; dándose la interacción con el nuevo conocimiento, retrabajando luego las estructuras previas a partir de lo nuevo, dándose un proceso de asimilación y finalmente una aplicación a la vida.
Esto es Aprendizaje Significativo. Solo cuando lo nuevo interactúa con los contenidos viejos, se da el proceso de aprendizaje.Los creyentes pueden confrontar las vivencias pasadas y sus resultados, con lo que la Palabra de Dios tiene para decir al respecto. Nuestra predicación o enseñanza debe aunar contenidos teológicos como de conducta.

Pastores y maestros como andamio y sostén en el proceso de Aprendizaje
Otro principio importante (acuñado por otro referente del área: Vigotsky), es el de Andamiaje. Dicho autor apela también a un proceso de aprendizaje y cambio que siempre se dará en el marco de un vínculo. El menciona que hay una zona de desarrollo a la cual el discípulo puede llegar, pero siempre sobre la base de un andamio. Este andamio no solo es lo que ya conoce, sino aquel que lo acompaña en el proceso hacia lo nuevo.
¡Qué hermoso saber que podemos ser ese andamio, apoyo, tutor sobre el cual los hermanos se apoyan para conocer la Palabra y al Señor de la Palabra!

Aprendizaje y Crítica de la vida cotidiana
Todo proceso de aprendizaje pone en cuestión las estructuras internas; confronta dichas estructuras en pos de los necesarios procesos de cambio. Cuando predicamos o enseñamos la palabra del Señor; sus principios entran en confrontación con las costumbres y vivencias de la gente.
Está bien que eso pase porque como bien sabemos la palabra de Dios es como una “espada de doble filo que penetra hasta las coyunturas y los tuétanos, trabajando sobre las intenciones del corazón” (He.4:12); es decir que llega a lo más profundo del corazón para transformarlo todo! y esto es lo que podemos provocar con la guía del Espíritu Santo en nuestros hermanos adultos. Siempre que el principio espiritual se vincule con las prácticas cotidianas.

Aprendizaje como una construcción compartida
Respecto a la enseñanza a los adultos es muy efectivo que ellos interactúen con sus líderes, conozcan sus propios procesos de aprendizaje, el de sus compañeros; y que existan espacios para el intercambio de experiencia, esto favorecerá la construcción de herramientas espirituales de forma conjunta.

Algunas características finales
Nuestros adultos necesitan una formación autodirigida, podemos darles herramientas para la propia reflexión sobre las verdades bíblicas; que articule con el hacer y la práctica; aprenden haciendo… analizar diversos casos de la vida real es muy útil con ellos; que lo que les brindamos sea relevante para su semana, como una herramienta para afrontar las luchas. La Palabra de Dios tiene las respuestas que necesitan, podemos acercarlos a ella de una forma nueva.
Que conozcamos sus vidas para que lo que predicamos y enseñamos sane y limpie sus experiencias previas; o las potencie en favor del cumplimiento del propósito de Dios para sus vidas. Ésta es una de las herramientas más importantes. Generemos ese material que es pertinente para la realidad de nuestros hermanos, bajo la luz del Espíritu Santo.
En síntesis; enseñar a nuestros adultos, sea por la predicación o la enseñanza directa; es un desafío maravilloso que el Señor pone delante de nosotros; ser testigos de la transformación de las vidas y ser parte del proceso por SU gracia.
Pidamos al Señor crecer en esa gracia recibida para que nuestras enseñanzas sean realmente significativas, vinculadas a la realidad de nuestros oyentes para que los guíen a la conversión, transformación y crecimiento del carácter de Cristo en sus vidas, de una manera plena.

Posicionandonos en Argentina

Quiero compartir con ustedes un mensaje que ha sido grabado en lo profundo de mi corazón. Permitan que las palabras de Romanos 13 resuenen en nuestros espíritus mientras nos sumergimos en la verdad de la Palabra de Dios.

Ha llegado el momento, queridos amigos, de despertar del sueño en el que hemos estado sumidos. Sí, la salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando primero creímos. La noche ha pasado, y el día está cerca. Es hora de desechar las obras de las tinieblas y revestirnos con la armadura de la luz.

Querido pueblo de Argentina, siento en lo más profundo de mi ser que Dios está hablando a nuestras vidas como nunca antes. Nos llama, como el cuerpo de Cristo, a estar de pie en este momento crítico de la historia. Como profetizó nuestro Señor Jesucristo en Mateo 24, estamos presenciando las señales de los tiempos: guerras, rumores de guerras, naciones levantándose contra naciones, hambre y pestilencia.

Pero no debemos temer, hermanos y hermanas. Jesús nos ha dado la respuesta en medio de estos tiempos tumultuosos. Nos ha instado a levantar nuestros ojos hacia Él, nuestra Redención que se acerca. Debemos mantenernos firmes en nuestra fe, sabiendo en quién hemos creído y confiando en Su promesa de que Él vendrá pronto.

Hay un grito de despertar que resuena desde los cielos en este momento. Debemos fijar nuestros ojos en Jesús como nunca antes, rechazando el miedo y la preocupación que intentan asaltarnos. Somos llamados a estar despiertos y alerta, listos para el regreso glorioso de nuestro Rey de Reyes.

Recuerdo el momento en que el Espíritu Santo me habló con una claridad asombrosa, diciéndome: «Hijo, toca la alarma». Esta noche, esa alarma resuena en nuestras almas con una urgencia renovada. Estamos en el último segundo del último minuto, y debemos prepararnos para encontrarnos con nuestro Señor.

Hermanos y hermanas, este es el momento de despertar, de levantarnos y ser contados como soldados valientes en el ejército de Dios. Que nuestras vidas cuenten para la eternidad, que nuestras acciones reflejen la verdad del Evangelio y que nuestras coronas sean dignas de ser echadas a los pies de nuestro Salvador.

Que el fuego del Espíritu Santo arda en nuestros corazones mientras nos preparamos para enfrentar los desafíos de los días venideros. Que nuestra fe sea inquebrantable, nuestra esperanza firme y nuestro amor inagotable. Que seamos la voz que clama en el desierto, proclamando la verdad del Evangelio a una generación perdida y necesitada.

Que este mensaje sea un recordatorio constante de la urgencia del momento y de nuestra llamada a ser luz en medio de la oscuridad.

Mensaje emitido por Nathan Morris en la Convención Nacional UAD 2024.

SERVIR”, LA PALABRA CLAVE PARA TU MATRIMONIO

Por: Larry Stockstill
“¡¿Qué te pensás que soy, tu sirviente?!”
Creo que he escuchado esa frase cientos de veces como un reclamo brutal entre esposos en la consejería matrimonial. Y sin embargo, Pablo usó ese término refiriéndose nada más y nada menos que a Jesús: “Jesús se despojó de sí mismo, tomando forma de siervo” (Fil. 2: 7).
“Siervo” significaba que Cristo dejó a un lado la gloria del cielo para venir y dar su vida por nosotros. Significaba que vivía todos los días en la tierra para los demás. Significaba que Dios le «poseía» y que había renunciado a sus derechos personales.
¿Cómo podemos aplicar esta increíble verdad acerca de Cristo a nuestros matrimonios?
PUEDO MORIR A MI AGENDA Y AMBICIÓN EGOÍSTA.
Seamos realistas: se trata principalmente de que «se haga mi voluntad». Nos despertamos y pasamos todo el día cumpliendo NUESTRA voluntad. «No solo no estoy particularmente interesado en tu agenda, no te interpongas en la mía».
¿Y si mi voluntad te ayudara a lograr la tuya? El amor verdadero es cuando mi voluntad ha pasado a un segundo plano y pongo tu voluntad (agenda, objetivos y propósitos) primero. ¡Imagínese si dos personas en un matrimonio estuvieran haciendo eso, todo el día, el uno por el otro!
TE CONSIDERO MÁS IMPORTANTE QUE YO.
Eres importante. Eres lo suficientemente importante como para que te escuche con atención. Eres lo suficientemente importante como para que me dé cuenta de todas tus necesidades. Eres lo suficientemente importante para que yo diga palabras que te eleven y te mantengan positivo. Tu importancia, tu desarrollo, tu carrera, tu salud, tu diversión… todo sobre ti es muy importante para mí. En lugar de deshonrarte y despreciarte, te trataré como a la realeza, un VIP, una celebridad mucho más importante que yo.
QUIERO CONOCER TUS INTERESES.
En nuestras duras conversaciones, quiero escuchar tus intereses y ayudarte a alcanzarlos.
La gente pelea y discute sobre cuestiones y opiniones. Discuten sobre quién tiene la culpa después de los fracasos. Discuten sobre roles y atacan identidades. Todo eso no nos lleva a ninguna parte.
Busquemos escuchar sus «intereses». Detrás de los gritos y las rabietas, ¿qué está tratando de decir que necesita pero que no puede obtener? Descubra sus intereses. SIRVE a tu cónyuge ayudándolo a poseer eso que desea.
YO ME SOMETO A TI Y TÚ TE SOMETES A MÍ.
“Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo” Efesios 5:21 NVI
Este versículo es un prefacio de la enseñanza de Pablo sobre los roles de los esposos y las esposas. Fue muy claro en esos roles. Sin embargo, mantener esos roles solo ocurre cuando ambas partes están mutuamente dispuestas a ceder ante la otra.
Trabajamos juntos. Nos preferimos el uno al otro. Compartimos responsabilidades. No nos dominamos ni nos controlamos. Somos coherederos de Cristo. ¿Ves la diferencia que hace cuando dejamos de lado nuestras posiciones, ambiciones y privilegios y buscamos servir a nuestro socio?
Hagamos de este un año de «servicio»:
Ayudemos a nuestro cónyuge a alcanzar sus objetivos.
Honrémoslo como importante y un «VIP».
Dejemos de discutir y escuchemos sus intereses.
Sometámonos el uno al otro como a Cristo.
“SIERVO”: QUÉ DIFERENCIA PUEDE HACER UNA PALABRA.