DESCUBRIENDOME

Por Silvia Serantes

            Como nunca antes hoy me miré en mi espejo de la vida y pude descubrir en él a una mujer real, sin maquillajes ni ornamentos, observé detenidamente la imagen que al pasar los años ha quedado, esa que revela en forma visible, en cada uno de sus rasgos, los momentos que ha tenido que atravesar.

Hoy como nunca antes pude decirle a Dios que me contara como me ve, dejando en sus manos todas aquellas miradas que me siguen, y creo que esperan que en el futuro sea aún mejor. Pude escuchar su opinión acertada, clara y franca acerca de mí misma. Soy esposa de pastor y madre, vivo una vida diferente, tal vez muy lejos de la ideal, o mejor dicho de aquella que te enseñan los vendedores de sueños. Una de las marcas que veo es la que ha dejado la decepción, la prueba que hace que madure, crezca y ame de verdad. Porque ella me ha llevado a dejar ir aquello que no es como he esperado y caminar en mi realidad, que paradójicamente, es en la realmente soy feliz. Alguna de las arrugas me recuerda de mis preocupaciones, aquellas que me quitaron el sueño y me llenaron de ansiedad, y en alguno de los casos también lograron enfermarme, pero fue allí que aprendí a “llamar lo que no es como si fuera” y a orar de verdad y confiar en EL. Tal vez puedo descubrir la soledad, pues vivo rodeada de gente, muchos que me aman y me acompañan, pero pocos con los que realmente puedo abrir mi corazón cuando necesito que me escuchen en silencio y no me juzguen, y sobre todo escuchar un consejo sincero y confidencial. Por ahí puedo que ver alguna que otra tristeza por algún ser querido que ya no está o se fue lejos dejando un vacío en el corazón.

Mirando el espejo pude descubrir a aquella mujer que atravesó la primavera de los sueños e inocencia, donde Dios me presentó a mi compañero de vida. El verano del arduo y esforzado trabajo, donde Dios me desafió y me sostuvo, sobreviviendo a los avatares que impetuosamente venían contra la familia, la economía, la salud y todo lo que daba a mi mundo significado. Finalmente me descubro en mi otoño, aquella etapa crucial donde me veo obligada a soltar, porque las hojas van y vienen, pero mi esencia permanece, y mirando mi pasado puedo decirle a Dios “renuévame” pues quiero disfrutar plenamente de todo lo que tengo. Llegará el invierno donde el frío cubrirá mi escenario, pero los sueños seguirán vigentes porque se proyectarán a través del legado que tendré que dejar en aquellos que están iniciando su primavera.

Por eso hoy como nunca antes agradezco el gran privilegio de haber sido escogida para esta maravillosa tarea, agradezco por tantos desafíos, tantas aventuras y riesgos.

Agradezco por aquel día de milagros y cielos abiertos, pero también por el día gris donde el silencio frío llegó hasta mis entrañas.

Agradezco por cada compañero de este viaje, por los que aún están firmes, te alientan y animan para que sigas, y por los que me enseñaron que no era tan fácil, esos que ponen obstáculos que resultan finalmente ser escalones de tu crecimiento.

Por eso hoy como nunca antes ruego a mi Señor esa sabiduría de lo alto que me lleva a vivir cada día a la vez, guardando mi corazón, respetando mis prioridades y enfocada en lo que trasciende, entendiendo que mis mayores resultados están dentro de mi casa, cuando puedo mirar a mis hijos a los ojos y recordar cada instante de su niñez porque allí estuve presente, cuando mirar hacia atrás solo me trae añoranza, pero no tristeza porque fui y soy feliz.

De eso se trata la vida, verme como Dios me ve permitirle que me siga transformando y modelando, soltando rápido para que nada se me pegue y atesorando firme los valores y principios que sostienen mi equilibrio.

De esto se trata el llamado ministerial, gente sencilla, llena de falencias, nada de grandezas, ni logros personales, solo alcanzados por una gracia inmerecida que nos ha convertido en eternos deudores de quien nos amó para siempre, ya no somos dueños de nuestra vida solo administradores de ella.

EL ROL DE LA FAMILIA EN LA RECUPERACIÓN DE LAS ADICCIONES

Por Claudio Ghiringhelli

Cuando hablamos de nuestros seres queridos y sus problemas con las adicciones, es fundamental tener en cuenta el rol de la familia dado que ellos podrán contribuir o dificultar, por desconocimiento, el problema de adicciones de su ser querido.

Uno de los engaños que abriga la persona atrapada en una adicción es que sus problemas no dañan a nadie más que a él.  Sin embargo, afectan a una red de relaciones mucho más amplia y cuanto más íntima sea la relación, mayor será el impacto.  Un alcohólico podría tener problemas en su trabajo pero más allá de esto, puede destruir y lastimar a su familia inmediata.

Es importante comprender que nuestra conducta afectará a las generaciones anteriores y a las siguientes.  La iglesia cumple un rol muy importante en la estabilidad y salud de las familias, dado que la inestabilidad y disfuncionalidad de la familia tiene un efecto importante en la vida de toda persona.

Si los padres llevan una vida pecaminosa y psicológicamente abusiva, esto repercutirá fuertemente en sus hijos, nietos y probablemente en otros descendientes.  Muchos psicólogos y psiquiatras aseguran que los hijos, especialmente los más pequeños, necesitan desesperadamente una relación amorosa entre sus padres y cuando esto sucede tienen muchos menos problemas mentales y emocionales en la vida.

Es importante que en toda familia haya un balance entre el nivel de exigencia y el nivel de contención.  La sobre exigencia generará hijos estresados, mientras que el exceso de contención dará lugar a hijos caprichosos e inmaduros.  El balance consiste en no estar ni demasiado enredados ni demasiado desligados.  Los dos extremos serían disfuncionales.

También es importante considerar la idoneidad de edad, es decir que las responsabilidades asumidas por cada integrante de la familia sean adecuadas con la edad.  Por ejemplo, en las familias disfuncionales los hijos por momentos asumen el rol de padre o esposo, cargando emocionalmente con situaciones y problemas que no le corresponden, lo que los podría llevar a refugiarse en una adicción a causa de las presiones que enfrenta.

La disfuncionalidad no pasa necesariamente por el hecho de que un niño sea criado por un solo progenitor, sino en que se deposite en él un rol y una responsabilidad para la que no está preparado.  Por ejemplo una mamá que expresa reiteradamente sus problemas y necesidades económicas a un hijo menor, asumiendo que tiene un “hombre” en la casa, cuando es obvio que el niño no podrá solucionarle sus dificultades.

No existe una familia perfecta, porque no hay personas perfectas, todos tenemos cierta cuota de disfuncionalidad y por este motivo debemos procurar corregir en nuestras relaciones familiares nuestros patrones de conducta destructivos.

La Biblia nos alienta a practicar estos cambios en 1º Pedro 1:22-23.

En una familia funcional los hijos se sientes seguros porque hay alguien que cuida de ellos, también aprenden a ser responsables por los actos que realizan y cuando surgen problemas se pueden comunicar y los miembros de la familia saben cómo ayudar.  En las familias funcionales ningún integrante de la misma es el centro de atención.

Los padres deberían tratar de reflejar el carácter de Dios representado por un balance entre la justicia (límites y disciplina) y la misericordia (contención y afecto)

¿Ayudamos o dañamos a los que queremos?

En reiteradas oportunidades, los esfuerzos realizados para ayudar a alguien que está atrapado en una adicción pueden ser infructuosos y aun inadvertidamente se puede estar contribuyendo a mantener la conducta adictiva y habilitando a la persona para que siga con su comportamiento destructivo.

Habilitar es cualquier cosa que la familia haga para impedir o atenuar las consecuencias negativas que son el resultado del mal comportamiento de una persona.  Por ejemplo una esposa o una mamá que miente cuando su esposo o hijo falta al trabajo porque está bajo el efecto de lo que consumió.  Es importante recalcar que las personas toman decisiones genuinas de cambio cuando experimentan las consecuencias negativas de sus acciones.  Es decir, cuando el dolor por los resultados de sus acciones es mayor que el placer que le genera el consumo de una sustancia.

De esta manera, cuando al adicto se lo rescata una y otra vez haciendo lo necesario para que él no sufra, mantendrá una actitud inmadura e infantil y eso lo hará dependiente del que lo rescata y este círculo vicioso es difícil de quebrar a menos que alguno de ellos decida hacerlo.

El familiar que responde de manera obsesiva queriendo cambiar y controlar la vida del familiar adicto se llama codependiente.  El codependiente tiene un sentido de bienestar cuando cuida del adicto al punto que él depende de esa persona como el adicto a la sustancia.  En verdad, nadie puede cambiar ni controlar a nadie y sólo Dios puede hacerlo.

Los familiares de una persona con problemas que controlan su vida deberían comprender tres cosas: 1) que ellos no causaron ese comportamiento o abuso de una sustancia.  2) que ellos no lo pueden controlar y 3) que ellos no lo pueden curar.   Sólo Dios puede cambiar una vida,  por tal motivo deberían dejar de culparse y poner a la persona con problemas en las manos de Dios, dejando también de tener actitudes con las que puedan estar favoreciendo la conducta adictiva.

Muchas personas no se sienten motivadas a buscar ayuda porque saben que sus padres o familiares siempre toleran sus actitudes y más allá de las palabras y amenazas, finalmente siempre encuentran refugio, comida y otros beneficios que no ganan con el esfuerzo propio.

La parábola del hijo pródigo en Lucas 15:11-24 nos enseña cómo un hijo se rebela con su padre y decide abandonar la casa, sin embargo el padre no lo rescató, no lo obligó a quedarse, ni lo buscó o ayudó cuando estaba lejos, pero cuando finalmente ese hijo experimentó las consecuencias negativas de sus malas decisiones, dice el pasaje bíblico que “volvió en si” y reconoció los errores que había cometido, volviendo arrepentido a su hogar en donde halló perdón y misericordia.

Finalmente debo destacar que para ayudar hay cuatro cosas que si podemos hacer con los que luchan:

1) Dirigirlos a que busquen y encuentren ayuda en Jesús.

2) Guiarlos a reconocer su condición y hablar siempre la verdad, no siendo cómplices ni creyendo sus mentiras.

3) Hacerlos responsables de las decisiones que toman, aprendiendo a no rescatarlos.

4) Orientarlos, explicándoles que hay lugares adecuados en donde pueden ser ayudados.

“TODO LO QUE HAY DEBAJO DEL CIELO ES MIO”

(Job 41:11).

Por Hilda Ledesma

¡Qué tiempos estamos viviendo! Pero, tranquilos… El Señor tiene el control. Del abanico de temas y problemas resonantes en nuestra sociedad, extraigo  la “Ideología de género” porque tiene que ver con los cimientos de la familia.

Un coletazo del leviatán nos ha sacudido, con solo mostrar “…las hileras de sus dientes nos espantan” (Job 41:14)

La ideología o percepción de género, es una corriente de pensamiento, sostiene que los seres humanos somos “neutros” cuando nacemos y podemos escoger ser hombre o mujer o una variedad de géneros al crecer.

Uno de nuestros profesionales, el Dr. Rubén Salcedo, explica en pocas palabras que al ser además, una construcción política e intelectual, transita por cuatro fases:

Fase emotiva: Manipulando los sentimientos. Impactando el corazón de la gente y creando simpatía con las minorías que sufren contra los que cometen actos de crueldad sobre ellas.

Fase de naturalización: Insensibiliza la conciencia. Tratando de que estos nuevos comportamientos se integren al tejido social a través de celebridades, autoridades y publicidad masiva.

Fase institucional: La gente ya puede tolerar cualquier ley anti discriminatoria.

Fase de la penalización: Evita todo disenso. Usando normas de estricto control, señalamiento público y la fuerza pública.

Esta construcción ideológica tuvo lugar allá por el 2006, cuando nuestros representantes en el Congreso de la Nación aprobaron la Ley 26.150 de ESI (Educación Sexual Integral)

Mientras muchos de nosotros dormíamos, el leviatán hacía “hervir las aguas” (Job 41:31)

¿Cuándo nos despertamos? –Casi 10 años después cuando él se dio cuenta que había dejado una brecha, el “artículo 5” y, esto es lo que quiere corregir.

ARTICULO 5º — “…Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”.

Hoy la Ley ayuda a proteger a nuestros hijos, pero si logran anular el artículo 5, podrían entrar indiscriminadamente con ésta ideología a los colegios privados también. Que no nos engañen; el derecho de los padres que la escuela NO enseñe en contra de lo ético y moral está en toda la Constitución Nacional.

Nuestra responsabilidad como iglesia unida, es cuidar, “cuidadosamente” a esta generación y, no someternos a la voluntad de aquel que nos asusta y desalienta (Job 41:22,25)

El será “el rey de los soberbios”(Job 41:34) pero “Hijitos… mayor es el que está en nosotros, que el que está en el mundo” (1Jn.4:4)

ESCUELA BÍBLICA

COMO NUNCA ANTES UN MINISTERIO COMPROMETIDO EN LA FORMACIÓN DE DISCÍPULOS DE LA CUNA A LA TUMBA.

Por Virginia Contreras

Es muy probable que encuentre en sus iglesias personas que expresan su deseo de asemejarse más a Jesús. ¿Cuál es la fuente por excelencia para saber cómo alcanzar tan loable aspiración? Creo que todos coincidiremos en afirmar que es la Palabra de Dios. Pero, ¿cuánto conocimiento tienen de la Biblia los que expresan este deseo? ¿Cuántos han realmente leído la Biblia en su totalidad en nuestras iglesias? ¿Cómo podemos hacer responsable, a cada miembro de nuestras congregaciones, de descubrir y estudiar lo que dice la Palabra de Dios, para después vivir conforme a lo que se nos enseña en el día a día?

Una investigación conducida por LifeWay Research en los Estados Unidos, puso de manifiesto que si bien el 67 % de los estadounidenses cree que el cielo es un lugar real, el 45% cree que hay muchas maneras de llegar allí. Por otro lado, más de la mitad de los evangélicos estadounidenses (59 %) creen que el Espíritu Santo es una fuerza y no un ser personal, en contraste con la enseñanza bíblica de que la Trinidad es tres Personas en un solo Dios (1).  Esas son estadísticas del país del norte.

¿Y qué pasa en nuestra América Latina? Hace seis años estaba sentada en una reunión de la comisión directiva del Servicio de Educación Cristiana. Allí muchos de los superintendentes así como directores de educación cristiana de las Asambleas de Dios de distintos países latinoamericanos, expresaban que estaban resucitando o reiniciando el ministerio de Escuela Bíblica ya que, debido al auge de tantos ministerios o estrategias de moda que la habían desplazado, se encontraban ahora con una generación analfabeta bíblicamente y con grandes falencias de carácter cristiano.

Por otro lado, vivimos tiempos en que muchos cristianos solo van a la iglesia cuatro veces al mes, cuando asisten al culto general. Convengamos que es muy difícil crecer en el conocimiento bíblico siendo solo un cristiano “cultero”. Es sorprendente que mientras la mayoría de nosotros deseamos agradar a Jesús, pocos nos tomamos el tiempo de estudiar la Biblia para saber si realmente lo estamos haciendo. Claramente, hay una desconexión entre el deseo que manifestamos y las medidas proactivas e intencionales que tomamos para realizarlo. ¡Qué efecto tan diferente se logra cuando un cristiano asiste de por vida a la Escuela Bíblica de su iglesia local donde los maestros pueden guiarlos en el estudio sistemático de los libros bíblicos y de las doctrinas cristianas, ayudándolos a entenderlos y aplicarlos a sus realidades particulares! No estoy hablando de asistir y graduarse de un instituto bíblico, sino que hago referencia a una congregación, donde todos sus integrantes son cada año constantemente expuestos al estudio y reflexión de la Palabra de Dios. Como alguien ha señalado, me estoy refiriendo a una iglesia que es una escuela y que hace de cada creyente un alumno de la cuna a la tumba.

Es interesante indicar también que distintas investigaciones realizadas por el Center for Bible Engagement ponen asimismo de manifiesto, no solo la epidemia de analfabetismo bíblico y sus consecuencias, sino también las consecuencias positivas de alguien que interactúa con la Biblia (2). Por ejemplo, surge de estos análisis que:

Si una persona lee y reflexiona acerca de la Biblia cuatro o más veces a la semana, sus probabilidades de ceder a las siguientes tentaciones disminuyen:

    • Beber en exceso: -62%
    • Ver pornografía: -59%
    • Tener sexo fuera del matrimonio: -59%
    • Adicción al juego: -45%
    • Ataques de ira: -31%
    • Murmuración: -28%
    • Mentir: -28%
    • Descuidar a la familia: -26%
    • Malgastar dinero: -20%
    • Sentirse espiritualmente estancado: -60%
    • Sintiendo que no pueden agradar a Dios: -44%
    • Pensar destructivamente sobre uno mismo o los demás: -32%
    • Sentir que tienen que esconder lo que hacen o sienten: -32%
    • Sentirse amargado: -40%
    • Tener dificultad para perdonar a los demás: -31%
    • Sentirse desalentado: -31%
    • Experimentar soledad: – 30%
    • Comer en exceso o manejar mal los alimentos: -20%
    • Tener dificultades para perdonarse a sí mismo: -26%
    • Pensar cruelmente sobre los demás: -18%
  • Experimentar miedo o ansiedad: -14%

Por otro lado, todas las encuestas efectuadas entre cristianos, han mostrado que la interacción con las Escrituras, la mayoría de los días de la semana, tiene probabilidades significativamente más altas de:

    • Dar dinero a una iglesia: + 416%
    • Ofrendar financieramente a causas que no sean de su iglesia: + 218%
    • Memorizar las Escrituras: + 407%
    • Compartir su fe con otros: + 228%
  • Estar discipulando a otros: + 231%

¡Como nunca antes, cuánto necesitamos volver a la implementación de la Escuela Bíblica en nuestras iglesias!

Fundamento Estratégico de la Escuela Bíblica (EB)

    • La EB fue diseñada para crear un espacio que genere un proceso intencional y continuo de discipulado y estudio sistemático de la Palabra de Dios para toda la familia. Ser constantemente instruidos en la Palabra de Dios brinda la oportunidad de enseñar habilidades, perspectivas y principios bíblicos para ser vividos por cada miembro de la iglesia en su lugar de estudio, trabajo, etc.
    • La EB tiene como misión el brindar educación cristiana a toda la membresía, según la edad de cada participante, y de acuerdo con cada necesidad, a fin de ser transformados (Romanos 12:2).
    • La EB es, por excelencia, el brazo discipulador de la iglesia local y, en consecuencia, un centro de formación de obreros que sirven dentro de la comunidad de fe y que alcanzan a los perdidos en sus comunidades. La EB es proactiva en la formación espiritual de personas de la “cuna a la tumba”, y en acompañarlas en su crecimiento espiritual para evitar el peligro de ser presas de falsas doctrinas y del debilitamiento de la fe (2 Timoteo 4:3-4). Hay una relación directa entre la apostasía y el engaño y error doctrinal (1 Timoteo 4:1), por lo cual necesitamos preparar discípulos que conozcan los fundamentos de nuestra fe y los practiquen para poder entonces contender por la fe que profesan (2 Pedro 2:1-3).
    • La EB colabora en el evangelismo, asimilación y cuidado por tener un proceso deliberado de atención personalizada a todos los integrantes de acuerdo a sus necesidades.
    • La EB entrena, equipa y desarrolla maestros para la enseñanza de la Biblia con el fin de que sus asistentes cristianos aprendan a poner en práctica la Palabra de Dios.
    • La EB facilita la interacción y rendición de cuentas de los miembros de la iglesia, algo que no produce la sola asistencia al culto de adoración.
  • La EB busca poder ser relevantes y comprometerse con problemáticas sociales para aplicar una perspectiva bíblica que de respuesta.

En otras palabras, en mi opinión, la Escuela Bíblica es una comunidad de estudio de la Biblia donde todos los integrantes de una familia crecen espiritualmente como individuos para ser iglesias más sanas que alcanzan a más para Cristo.

Ahora bien, muchos pastores con los cuales hemos estado compartiendo estos fundamentos nos han expresado su intención de volver a instrumentar la puesta en marcha de la Escuela Bíblica en sus congregaciones. Sin embargo nos han expresado dos obstáculos: no contar con maestros calificados para todas las edades y no tener recursos didácticos (3).

¿Quién forma a los maestros de Escuela Bíblica?

Esta pregunta me la formulé al tiempo de asumir esta posición de liderazgo de Escuela Bíblica en Noviembre del 2013. De allí surgió la carga de desarrollar un currículo de cinco niveles de formación de maestros que contemplara un eje bíblico teológico, un eje pedagógico-didáctico y un eje ideológico-misional. Por ejemplo, en el Nivel 1 cubrimos las doctrinas fundamentales de nuestra fe, planificación y ejecución de una clase y prevención e intervención en problemáticas sociales actuales (pornografía y trata de personas). En el Nivel 2 nos enfocamos en principios de interpretación bíblica, estrategias de enseñanza, y prevención de consumo de drogas y sustancias. Al momento contamos con representantes en quince provincias, que están llevando adelante jornadas de entrenamiento de maestros con nuestro currículo (4). Ya más de dos mil maestros han completado los dos primero niveles en nuestro país.

Somos conscientes de que vivimos tiempos de grandes desafíos a la fe y a los valores cristianos.  Al mismo tiempo, creemos firmemente que la genuina conversión a Jesucristo implica una nueva alianza, entrega y compromiso con Dios y su misión, lo que conlleva profundos cambios personales, que repercuten en el entorno de cada uno que se vuelve “sal y luz” donde Dios lo ha “plantado”. Por todo esto, en el nivel 3 de nuestro currículo, que ya comenzamos a ofrecer en quince provincias a partir de Marzo de este año, pondremos el acento en la misión de Dios y la misión de la Iglesia enfatizando la importancia de seguir proclamando el nombre de Jesús en todas las esferas de la sociedad, formando discípulos para la adopción de un nuevo estilo de vida y su incorporación a una nueva comunidad. Servimos y trabajamos en este ministerio de Escuela Bíblica creyendo que, en cada generación, la salida a toda crisis ha sido y será una renovada inserción en la misión que Dios nos encomendó.

Palabras Finales

Como Directora de la Escuela Bíblica, sub-departamento del Departamento de Educación Cristiana de la Unión de las Asambleas de Dios, considero importante recordar que la tarea ministerial que ocupó el mayor tiempo del Señor Jesucristo fue el enseñar la Palabra de Dios (Mateo 4:23; 13:54, Marcos 1:22, Mateo capítulos 5 al 7). En tiempos de tanto analfabetismo bíblico a nivel mundial, este análisis del ministerio de Jesús, debe movernos a reevaluar nuestros énfasis, programas y presupuestos ministeriales.

Recordemos que Mateo 28:18–20 nos instruye a hacer discípulos de todas las naciones, “enseñándoles a observar todo lo que les he mandado”. Nuestra tarea en cada generación es hacer discípulos de todas las edades que conozcan y obedezcan todo lo que Jesús ordenó, y creo firmemente que la mejor manera de hacer esto es emplear el aula de la Escuela Bíblica.

El buen funcionamiento del departamento de Escuela Bíblica en una iglesia local, produce más personas equipadas para el servicio, más maestros entrenados, más amistades establecidas con propósito, y más cristianos comprometidos en llevar el evangelio a sus comunidades.

Quiero expresar mi agradecimiento a las profesoras Alba Llanes Labrada y Milena D’Amario de Coronel por creer en esta visión y colaborar, con sus dones y talentos, en la confección de nuestro currículo de formación de maestros. Gracias a cada representante y facilitador de Escuela Bíblica en las distintas provincias de nuestro país, por estar llevando adelante con excelencia estas jornadas de capacitación y equipamiento desde el 2014. Gracias a todos los pastores que envían a sus maestros, y a todas las iglesias que generosamente abren sus puertas para que realicemos estas capacitaciones. Gracias de manera especial a mi esposo, misionero Gilbert Contreras, por toda su tarea de administración, organización y coordinación de Escuela Bíblica. Gracias a nuestra hija Sofía, quien recorre el país junto a nosotros y fue la voz del Espíritu Santo para que yo aceptara esta posición de liderazgo cuando me dijo: Mamá, tenés que ayudar a los maestros”.

Fraternalmente,

Virginia A. de Contreras

Directora de Escuela Bíblica, DEC-UAD

http://ebd-uad.com

Facebook: Escuela Bíblica, sub-departamento del DEC

    1. https://lifewayresearch.com/2018/10/26/what-do-americans-believe-about-god/
    1. www.c4be.org
  1. Recomendamos el currículo Vida Nueva de la editorial Mi Iglesia Saludable para todas las edades que se encuentra a la venta en la Librería Peniel. Muchas veces no se invierte en comprar material para EB de una casa editorial que nos asegura fidelidad a nuestra doctrina porque: 1) se escribe el propio (el problema es que muchas veces se escribe una lección simple y se espera que todos los grupos de edad enseñen la misma lección, o no se tiene personal capacitado para realizarlo), 2) se encuentra en el mercado otro que es más barato pero está mal ejecutado, 3) se descarga material gratis del internet (que en muchos casos contiene doctrina errónea).

Visite nuestra página de Escuela Bíblica para encontrar recursos (materiales, videos de los webinarios con diferentes temáticas que estamos produciendo, etc.) y conocer fechas y lugares de nuestros eventos educativos. http://ebd-uad.com

CÓMO AYUDAR AL ADICTO

Por Claudio Ghiringhelli

Todo ser humano tiene una naturaleza espiritual y emocional que debe ser satisfecha para encontrar sentido en su vida y hallar fuerzas y motivación.

Lamentablemente, el camino muchas veces elegido para satisfacer la necesidad espiritual no es el correcto y en el caso específico de las adicciones, la persona eligió tratar con sus dificultades envolviéndose cada vez más profundamente en sus hábitos y estilos de vida dependiente.  Estas personas suelen emplear todo un arsenal de justificaciones para apoyar estos hábitos o actitudes pero el conocimiento sobre el que se basan sus fortalezas se opone a la verdad de Dios. Empleamos la palabra ídolo para referirnos a cualquier cosa en la que las personas buscan la solución que sólo Dios podría brindarles.

La palabra adicto hoy se ha generalizado y ya no se limita a la definición de la Organización Mundial de la Salud que sólo describe la adicción a las drogas.  La gente es adicta a cosas muy diferentes como alimento, tabaco, jugar al azar, trabajar, religión, gastar dinero, diversión, juegos de video, pornografía, internet, uso desmedido del teléfono móvil, agradar a la gente, controlar a las personas y muchas otras.

La adicción está vinculada a la falta de discurso y la imposibilidad de poner en palabras.  Como todo lo que no se habla se termina actuando, la adicción tiene que ver con la demostración de que existe una imposibilidad para vivir en el mundo.

Al adicto el mundo le resulta insoportable por eso debe evadirse a un mundo fantaseado generado por las drogas o alguna otra adicción.

A partir de la adicción, la persona se transforma en un recipiente que se llena de sentimientos negativos sin poder volcarlos hasta el punto de la saturación, lo que provocará la necesidad de salir o emerger de esa realidad a través de cosas que lo evadan o cosas que lo hagan sentir bien aunque sea por un momento y sin medir demasiado las consecuencias.  Entonces, ¿cómo se rompe la adicción? Hablando, diciendo lo que nos pasa, manteniendo canales de expresión en los ambientes en que nos movemos (hogar, escuela, iglesia, etc.)

Toda iglesia debería considerar la importancia de generar espacios de seguridad y confidencialidad donde las personas puedan ser escuchadas confiando en que no serán condenadas ni será divulgado lo expresado en ese ámbito.  Para ello se necesitan básicamente tres ingredientes: a) la aceptación incondicional de la persona, es decir respetarla por su dignidad de ser humano más allá de su conducta con la que podemos disentir.  b) la empatía, es decir tratar de captar lo que esa persona vive y experimenta entendiendo que la experiencia es sólo de ella y el que ayuda debería esforzarse por comprender sin usar ejemplos personales o de otros, ni creyendo que él entiende más que el ayudado dado que su situación es única e irrepetible y por lo tanto nadie puede saber mejor que él lo que sufrió y está experimentando; y c) la congruencia es decir la importancia de ser transparentes porque eso se percibe en la relación de ayuda y si el que quiere ayudar no es coherente primero con él mismo normalmente no será efectivo en lo que trate de hacer o decir a la otra persona.

Decimos habitualmente que estos ingredientes generan espacios saludables y hoy existe en todos lados una gran demanda de personas que sepan escuchar al que sufre y por lo expuesto es fundamental que desde la iglesia hagamos esfuerzos para no clasificar o rotular a las personas con problemas.

Aquellos que están involucrados en adicciones habitualmente demandan tiempo y atención y requieren de obreros con cierto entrenamiento y que no terminen dañados por la tarea.  Pensamos que una labor de ayuda fue efectiva cuando la persona ya no nos necesita, es decir aprendió a depender de Dios y tiene capacidad de sostenerse sabiendo pedir ayuda cuando sea necesario.

Los sentimientos dolorosos fueron dados por Dios para servirnos de alerta y aprender a reconocer que algo no está bien en nuestra vida.  Las defensas levantadas sólo sirven para encubrir el pecado y mantener el engaño, la verdad suele ser dura de enfrentar y la persona usa este recurso para protegerse del dolor de tener que reconocer lo que verdaderamente lo ha herido.  Suelen como consecuencia cumplir con el ciclo de encubrir, recaer para luego permanecer en la desesperanza y frustración.

En el trabajo con adictos hablamos de dos diagnósticos, el primero y el que habitualmente la persona afectada y su familia cree es que el problema es el consumo en sí, el problema para ellos es que la persona afectada “se droga” y debería dejar de hacerlo.  Sin embargo para poder llevar adelante una ayuda efectiva se debería llegar al segundo diagnóstico que está vinculado a la necesidad de que la persona se disponga a trabajar con sus heridas emocionales y espirituales que la llevaron a quedar atrapada en una adicción.

Es evidente que para poder hacer esta tarea la persona tendrá que dar el “permiso” y disponer su corazón para poder trabajar con la raíz del problema.  Por este motivo es habitual que muchos manifiesten en un primer momento su deseo de cambiar pero cuando alguien se acerca para establecer una relación de ayuda, la persona desiste a causa del dolor y el uso de manipulaciones y defensas que lo alejan de la posibilidad de salir adelante.  Necesitan la ayuda del Espíritu Santo para tomar las fuerzas necesarias y dejarse sanar por el Señor.

Por este motivo es muy importante prestar más atención al mensaje no verbal que al discurso de la persona, dado que sus acciones y no siempre sus palabras son las que nos indican más claramente su intención de cambio.  La inmadurez emocional y la manipulación suele ser los rasgos más marcados en la personalidad del adicto y por este motivo las personas que no están suficientemente entrenadas suelen sentirse defraudadas al verse engañadas o no valoradas por aquellos que manifiestan querer ser ayudados.

Se sabe que hay momentos en el proceso de la vida adictiva en donde el adicto no tiene ningún interés en cambiar y por este motivo es imposible hacer algo en concreto con él más que interceder por su vida.  Es triste pero habitual ver a familias desesperadas queriendo que un hijo cambie y este no estar interesado en hacer nada para recuperarse.  Hay otro momento en donde empiezan a considerar la posibilidad de hacer algo por su vida y buscan información y dicen que quieren cambiar pero finalmente no se comprometen con un tratamiento.  Finalmente suelen llegar en muchos casos a etapas en las que dejan de lado el engaño y se disponen a tratar con sus problemas y es allí donde generalmente una relación de ayuda termina siendo exitosa.

A modo de conclusión, considero que toda persona que trabaje con personas con problemas que controlan sus vidas deberá estar preparada para trabajar sus propias frustraciones, es decir reconocer nuestra propia angustia generada por la imposibilidad de cambiar a las personas, cosa que sólo Dios puede hacer, viendo la necesidad de estar preparados cuando alguien recae lo que puede ser posible, aunque no siempre es señal de que todo el esfuerzo hecho hasta el momento está perdido.  Dios puede seguir obrando en sus vidas ayudándolos a vincularse con aquellos que genuinamente les quieren ayudar.

Es necesario que toda iglesia haga el esfuerzo para extender su ministerio con el fin de recibir a personas de diferentes trasfondos.

En muchos casos habrá que derivar a ministerios específicos cuando la complejidad es mayor o cuando la persona sigue recayendo a pesar de la ayuda brindada en la iglesia.

Recordemos que el Espíritu Santo es el gran integrador habiendo permitido que la iglesia primitiva se transforme de una compuesta sólo por judíos a otra en donde los gentiles también encontraron su lugar.

HDM Argentina UAD

HDM Argentina UAD es un ministerio al servicio de las familias pastorales. Desde hace 28 años organizamos retiros enfocados en los hijos de pastores donde el encuentro con Dios y con chicos con sus mismas vivencias es transformador.

En esta oportunidad se realizará del 8 al 10 de marzo del 2019 en el Patronato de la Infancia, Benavidez, Buenos Aires.

El lema” HdM en casa” remite a la pertenencia a Dios. Él es hogar, roca y fuente de nuestra vida. Y la identidad de los HdM debe estar cimentada en Él.

Es un tiempo para invertir en la vida espiritual y relacional de nuestros hijos.

 

Coordinación: Javo&Caro Romero con el Nuevo Staff HDM.

Dirigido a: hijos de pastores, misioneros, maestros IBR a tiempo completo.

Inscripción: +54 9 11 3239-9408

FB: HDM Argentina

IG: @hdmargentina

HdM Argentina UAD

Fraternidad de Varones

La Fraternidad De Varones nace como un departamento de la Unión de las Asambleas de Dios con el fin de trabajar exclusivamente con los hombres de la denominación.

La Visión que posee la Fraternidad de Varones de la UAD es que cada Iglesia tenga un ministerio de varones sólidos, capaces de afrontar las responsabilidades del tiempo presente y ser ejemplo para la generación que viene.

Logrando hombres firmes y edificados en la Palabra de Dios capaces de trasmitir las verdades de Jesucristo a los que los rodean; que sean sensibles a la voz del Espíritu Santo para hacer la voluntad de Dios siempre; ocupando el lugar de sacerdotes de su hogar, buenos esposos y padres; siendo prósperos para que sepan invertir en la obra de Dios; cumpliendo su rol como colaboradores, compañeros, fieles discípulos en la Iglesia local; y dispuestos a ser enviados.

Para poder obtener cada uno de los aspectos anteriores en la vida de cada hombre, se ha iniciado el trabajo con el programa llamado “Hombría al Máximo”. El mismo consta de un material que busca discipular al hombre, mediante charlas y cursos que se potencian con actividades como convenciones, conferencias, campamentos y viajes de trabajo a todo el país. La intención es realizar el programa en cada iglesia con la ayuda de cada pastor.