Los profetas del miedo

Autor: Osvaldo Carnival.

Durante esta pandemia del Covid 19, estoy impresionado de ver calles y ciudades completamente desérticas. Pero, hay algo más que el Señor en su grandeza me estuvo mostrando. Es que también los corazones de las personas están llenos de temor. Pareciese que todas las precauciones y recomendaciones no alcanzan para librarnos de este virus hipercontagioso.

Lo que está ocurriendo es que hay voces fatales que, transmiten que la tragedia está golpeando la puerta de tu casa. A estos mensajeros los llamo: “Los profetas del miedo”. En la actualidad, se habla de la hipocondría que es la enfermedad de la imaginación. Con este síntoma la persona tiene en forma constante pensamientos negativos y para ello recurre alarmada al médico en busca de una cura salvadora.

Pero para esto no hay nada mejor que refugiarnos en la Biblia. Dónde en el Salmo 112, habla de las virtudes que va a tener la persona que confía en Dios. Me voy a parar en su versículo siete que dice: “No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová”.  En este pasaje se encuentra tres claves:

 1-No tendrá temor de malas noticias

Con tan solo encender el televisor o abrir un portal digital de noticias, te verás abrumado de malas noticias. La batalla que te recomiendo que tenés que pelear es contra el temor que, sufrís por las voces del terror producidas por los profetas del miedo.

El temor es el autor del pesimismo. El pesimista tiene como característica tener altísimas expectativas y cuando estas no se cumplen, se siente frustrado y empieza a ver todo negro. Entonces nadie quiere estar a su lado y termina aislado con el síndrome de la soledad.

El temor espera lo peor, pero la fe espera lo mejor. En un mundo tan negativo necesitas del evangelio que, significa “buenas noticias”. Esa palabra de Dios que transforma los corazones.

2-Su corazón está firme

La Biblia en Santiago 1 versículo 17 dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cuál no hay mudanza”. Una característica de Dios es que, no cambia en ninguna circunstancia. No te olvides, siempre Jesús va a estar de tu lado. Él es tu compañero y fiel amigo. Estate firme como una gigantesca roca.

3- Confiado en Dios

Tu confianza no debes ponerla en una propuesta, gobierno e ideología. El secreto es que tu vida debe estar puesta en Dios. Se vive en un mundo lleno de incertidumbres, sin saber qué es lo que va a pasar en el día de mañana. Pero la certeza está en que, Dios va a estar siempre a tu lado. El objetivo es plena confianza en Jesús.

Para terminar, me gustaría dejarte una palabra bíblica del Evangelio de Juan capítulo 16, versículo 33 que dice: “Esas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendrás aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.Es decir que debes estar confiado en Dios, desechando toda mala noticia y a los profetas del miedo en tu vida cristiana.

Una Fe que no se detiene

Autor: Claudio Freidzon

A diferencia entre la Fe y la culpa, es que esta última busca la causa, en cambio, la Fe busca respuestas en Jesucristo. Cuando una persona busca la victoria, se levanta y busca respuestas.

Un ciego de Jericó recibe la vista. Lucas 18:35-43 RVR1960

Así como el ciego clamaba por el nombre de Jesús, con la convicción que Jesús cambiaría su presente y futuro, así hoy Dios hoy se detiene para escuchar tu clamor y te dice: “¿Qué quieres que haga por ti?”

¿Cómo superar el rechazo?

1-Estar en paz con Dios, la prioridad número uno en tu vida. Jesús quiere escucharte, Él está interesado en pasar tiempo contigo, y que te deleites en Su presencia. 2- Tener la certeza que Dios tiene un plan. Él ha preparado un diseño para ti. No importa lo que otros digan, sino lo que Dios declaró sobre tu vida desde el principio. 3- Recordar que la bondad de Dios es nueva cada mañana. El Soplo de Dios va a hacer algo nuevo en tu vida. Jesús quiere que experimentes lo que nunca habías recibido. 4- Vivir en comunión constante con el Espíritu Santo. Es ahora el momento que tenemos que acercarnos a Dios, a Su palabra y obedecerla. La palabra de Dios es una semilla y necesita un corazón receptivo, que la recibe con gozo y la guarda en su corazón.

¿Qué actitud estamos teniendo hoy ante nuestras situaciones? Es tiempo de dejar de lado la postergación de lo que Dios quiere hacer contigo. El tiempo es ahora.

“Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios”. Lucas 18:42-43.

La fe imparable es aquella que está focalizada en Jesús.  Esa fe nos llevará a una experiencia espiritual que antes no habíamos tenido y que hoy, tanto el fuego como el poder del Espíritu Santo quiere manifestar en nuestras vidas.

La fe que no se detiene, es aquella que derriba los obstáculos que el mundo interpone entre nuestro clamor y el poder de lo alto. Bartimeo clamó mucho más fuerte aunque fuera reprendido por su accionar.

La multitud quería callarlo, pero Jesús quería oírlo.

La multitud quería seguir caminando, así como sucede hoy en día, en medio de un mundo acelerado por las circunstancias que enfrentamos, pero aunque el mundo avance Jesús se detiene para escuchar cada necesidad.

Jesús nunca más volvería a pasar por Jericó y Bartimeo aprovechó esa oportunidad.

Esa oportunidad hoy está a nuestro alcance. Sólo debemos acercar nuestros corazones a Dios.

Ese momento tan particular nos marca el interés de Jesús en el ministerio y en su vida. El contexto histórico de este acontecimiento nos muestra que esa semana el Señor iba camino a Jerusalén y era la última vez que iba a pasar por allí, porque luego sería arrestado y cumpliría el propósito de darnos la posibilidad de encontrar, (cada uno de nosotros) el perdón de nuestros pecados, siendo lavados por la Sangre del Nuevo Pacto y de comenzar una nueva relación con Dios.

En esa última vez, hubo una persona que aprovechó esa oportunidad. Hoy también tenemos una oportunidad de acceder a un tiempo de gracia; un tiempo de visitación, dándole al Señor el lugar de presentarnos un mensaje de perdón y de un futuro glorioso, rompiendo cadenas, quebrando un pasado de derrotas y un porvenir tomados de la mano del Señor.

Recuperado: https://reydereyes.com.ar/mensajes/una-fe-que-no-se-detiene/

El Propósito de la Unción de Dios

Autor: Omar Olier

La unción de Dios es la capacidad sobrenatural del Espíritu Santo que llena la vida de un cristiano para cumplir en la Tierra el propósito por el cual fue creado. Un hijo de Dios ungido, lleno del poder del Espíritu Santo, es una persona que camina en la tierra obrando señales con el respaldo del cielo.

La unción de Dios transforma el corazón del hombre para dar lugar al carácter de Cristo. Los primeros cambios siempre comienzan en el interior de la persona. Allí en lo más íntimo de su ser, sanando heridas, fortaleciendo áreas en las que eras débil. Dios cambia a la persona de adentro hacia afuera. Cuando las fuerzas del hombre se acaban, comienzan las fuerzas del Espíritu Santo que mora dentro nuestro. Él nos da las fuerzas para vencer y lograr aquello que antes nos resultaba imposible. Pero necesita de tu cooperación, nuestra voluntad debe estar alineada a la suya.

“Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” (Mateo 6:33) RVC

El propósito principal de la unción es manifestar el amor de Dios por el mundo salvando almas y deshaciendo toda obra del infierno.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.” (Lucas 4:18-19)

La unción de Dios es para todos sus hijos y tiene 6 propósitos:

  1. Es poder para dar buenas noticias a los necesitados
  2. Poder para sanar a los quebrantados de corazón, heridas emocionales.
  3. Poder para dar libertad a los cautivos, aquellas personas que viven en prisiones espirituales de oscuridad.
  4. Poder para dar vista a los ciegos. Para sanar todas las enfermedades físicas.
  5. Poder para dar libertad a los oprimidos. La opresión espiritual es aquella que batalla contra la buena voluntad de Dios para tu vida. Aquella que atenta contra tus fuerzas. Es la que atenta contra tu ánimo y busca paralizarte para frenar tu avance.
  6. Poder para proclamar el año agradable del Señor. Significa que los mejores días de tu vida están por delante. La unción del Espíritu Santo te capacita para revertir toda situación contraria a la voluntad de Dios allí donde te encuentras. Dios quiere mostrar su favor y protección sobre su pueblo.

Ore conmigo: Amado Dios, quiero pedirte en este día una doble porción del Espíritu Santo. Llena mi vida con tu presencia. Usa mis manos, mis pies, las palabras que salgan de mi boca, para llevar salvación y libertad a los cautivos. Para transformar el lugar donde estoy. Para anunciar el año agradable de Dios a mi casa, mi familia, mi ciudad, y el país.

Recuperado http://olieromar.com/el-proposito-de-la-uncion-de-dios/

Encuentro Nacional UAD – On Line

Autor: UAD Sede Central

Queridos pastores,

Tenemos el agrado de invitar a todos los ministros de la Unión de las Asambleas de Dios y también a sus congregaciones al ENCUENTRO NACIONAL UAD “Renovados Como Nunca Antes”, el 5 de diciembre de 2020 a partir de las 16 hs, que se transmitirá a través de nuestro canal oficial de YOUTUBE.

Tendremos un espacio y un tiempo con once talleres que se darán en simultáneo abarcando las distintas áreas ministeriales en la iglesia, pensado para los miembros de las congregaciones, líderes, obreros y los pastores. Asimismo, una plenaria central en cual el Espíritu Santo nos ministrará y fortalecerá como cuerpo de Cristo para continuar nuestra obra siendo RENOVADOS, COMO NUNCA ANTES,

En los próximos días se abrirá la inscripción la cual permitirá participar de estos talleres. Te animamos a estar atento a esto, así también para que animes a los hermanos de la congregación a participar de este GRAN EVENTO para la GLORIA DE DIOS.

¡Un gran saludo fraterno!

 —UAD Sede Central

¿Involucrados o Comprometidos?

Autor: Silvia Serantes

La frase del pastor bautista Martín Luther King es muy actual para estos tiempos: “NO ME PREOCUPA el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que ME PREOCUPA es el silencio de los buenos”.

¿Cuál es la diferencia entre involucrarse y comprometerse? Cuando nos involucramos solo pasamos por allí, no hay pasión y miramos livianamente la situación. Entonces, involucrarse sería “tocar de oído”, hablamos como eruditos del tema, aparentamos que nos interesa y que estamos dispuestos a dar todo. Pero cuando se nos pide algo específico aparecen las excusas. En cambio, cuando hablamos de comprometemos, ponemos nuestra pasión y prioridad, es decir, que requiere determinación.

Veamos lo siguiente: Una gallina y un cerdo se pusieron de acuerdo para abrir un restaurante, la gallina propuso el nombre: “huevos con tocino/panceta”. Fue allí donde el cerdito desistió diciendo: Tu estarías involucrada gallina, pero yo realmente comprometido.

Jesús nos presenta una escena tan actual y cotidiana de nuestro tiempo en San Lucas 10: 25-37 a la cual conocemos como la parábola del Buen Samaritano, en donde veremos de estar involucrado o comprometido. Es con esta parábola que puedo decir que el mejor trabajador social que he conocido se llama Jesús de Nazaret, a través de sus enseñanzas, ejemplo e impacto social nos ha dejado las claves para ayudar a nuestro prójimo:

– Hay muchos heridos que han caído en manos de ladrones, que han sido despojados, golpeados y abandonados, alrededor nuestro.

– Su condición es que “están medio muertos”, y esto es importante saberlo porque significa que no tienen capacidad de reacción.

– También hay muchos más indiferentes que gente comprometida, ellos solo se involucran, pero quien quiera hacer algo por ellos tendrá que parar de su camino, detenerse de sus actividades, prestar atención, estar dispuesto a “invertir su tiempo” y aún su dinero.

Comprometerse va más allá de una simple intención o sentimiento, es un compromiso firme con quien está derribado porque ha sido alcanzado por el mal.

Los pasos para ser efectivos en esta atención son:

  1. Nos tiene que afectar el estado de esa persona, a tal punto que quedemos ligados a la situación, el samaritano se “compadeció del herido”.
  2. Tienes que acercarte a su dolor, tanto hasta que puedas sentirlo y la persona pueda sentirse cerca.
  3. Presta atención a sus heridas, no a sus reacciones o palabras, mira más allá de lo que ven los ojos, mira con el corazón e intenta hacer lectura de lo que realmente le pasa.
  4. Venda esas heridas, no las subestimes, todo lo contrario, ayuda a la persona a encontrar la paz, ten en cuenta que esto es un proceso, donde muchas veces se retrocede para luego volver a avanzar.
  5. Involucra a otros en el cuidado, ya sea profesionales o gente capacitada, pero supervisa la recuperación. Serás referente de aquí en adelante para esa persona, un simple gesto que diga “estás en mi corazón” le dará la seguridad que puede contar contigo, aunque ahora no estés cerca. 

 

El buen samaritano luego de realizarle los primeros auxilios, llevó al herido a un lugar donde lo cuidaron por él, comprometiéndose a no abandonarlo, pagando los gastos que el mismo ocasionaba. Algunos de los dolores más intensos que puede atravesar una persona son : la violencia, el maltrato y abuso, el abandono.

¿Cuál es el peor enemigo ante ellos? Como nos enseña Jesús: LA INDIFERENCIA.

Para ello tendrás que atravesar las barreras más poderosas que te alejan de la gente y son: LOS PREJUICIOS, que es un juicio a priori, una imagen mental que tenemos de las personas o situaciones. La mejor manera de ayudar es con empatía, es decir, del MISMO LADO, tenemos que movilizarnos de dónde estamos e intentar ver con sus ojos y sentir con su corazón. El engaño más poderoso que impera en este tiempo es: EL DESCONOCIMIENTO DE LA REALIDAD, nos mentimos a nosotros mismos diciendo que todo está bien, sin embargo, hay mucho dolor a nuestro alrededor. La forma más efectiva de sanar el corazón de otros es como lo hizo Jesús, LA ENTREGA DE UN TRANSFORMADOR, él dio todo por nosotros. La clave para el acercamiento es ESCUCHAR EL SUFRIMIENTO, y acompañar con COMPRENSIÓN no con JUICIO. El resultado de esta ayuda será LIBERTAD Y FELICIDAD.

Extracto recuperado https://es-la.facebook.com/silviadeserantes/posts/2727270850895675

LA GLORIA FUTURA

Por Maximiliano Gianfelici

 

Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; y los creyentes también gemimos —aunque tenemos al Espíritu de Dios en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura— porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos, incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza). Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios. Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos. Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria. Romanos 8:18-30 NTV

 

En este pasaje encontramos una radiografía de nuestro mundo actual, asimismo es una porción llena de promesas y esperanza para nuestro futuro en Dios, pero también encontramos un llamado clave de parte de Dios para nosotros: Ser como su Hijo. La riqueza de estos versículos nos desafía como iglesia a vivir el propósito de Dios en el Espíritu y a alejarnos de la opresión de la religión, posicionándonos en nuestra identidad de hijos y tomando la herencia de nuestro Padre, con la gran responsabilidad de continuar su obra en la Tierra, de inundar de su gloria el planeta.

Es cierto que vivimos en un ambiente en decadencia, la creación entera ha sido sometida a corrupción a causa del pecado. Sin embargo, tiene una ansiedad y es la manifestación de los hijos de Dios. La más grande miseria que los hombres y la creación pueden padecer es ese vacío infinito que sólo puede ser llenado por el Infinito. Por eso la creación se corrompe, porque no encuentra placer en aquello que es placentero para Dios. Entonces busca su placer en el dinero, la ambición, llenos de ansiedad que los lleva a cometer pecado y destrucción; se atenta contra el cuerpo, contra la moral, se lastiman, destruyen familias, hogares y naciones. Dios mismo sometió la tierra bajo maldición, pero con una esperanza firme, a la espera de la revelación de los hijos de Dios. Sólo allí hallará libertad.

Como ministros y siervos de Dios en estos tiempos tenemos en nuestras manos la clave de esta libertad, pero Dios – que se mueve con certeza – nos puso en la relación correcta con Él. En Romanos 8:30, Pablo refiere estas palabras cuando nombra que somos hijos de Dios, por la tanto portamos su vida. Somos llamados a llevar su gloria en medio de una creación que está en descomposición desde que Adán cayó en pecado. Estamos viviendo los últimos tiempos, es momento de vivir la radicalidad del Espíritu, debemos ser luz en medio de la noche. Fuimos preparados para esta hora, la creación gime y está con dolores de parto, su anhelo es que manifestemos la gloria de Dios en nuestras vidas y nuestra identidad genuina, porque en el tiempo final los verdaderos hijos de Dios serán revelados. El mundo no necesita buenos profesionales, predicadores elocuentes o gente con ideas brillantes, necesita verdaderos hijos de Dios manifestándose en todas las áreas para llenar de gloria este mundo en corrupción.

Mateo 13 nos cuenta la parábola del trigo y la cizaña, este ejemplo claro de Jesús nos advierte sobre la realidad de los tiempos que vivimos, donde muchos se dicen llamar hijos de Dios pero verdaderamente no los son. La cizaña es en apariencia igual al trigo, pero la diferencia esencial es que cuando llega el tiempo de la cosecha los granos de trigo hacen que este se incline, pero la cizaña sigue en pie, derechita. Lo que nos caracteriza como verdaderos hijos de Dios es la vida de Cristo en nosotros, que nos lleva a vivir una vida que da fruto y una vida de humildad, al reconocer que nosotros y todo lo que poseemos o producimos es de Cristo. La humildad es el fruto característico del Espíritu viviendo en nosotros.

Si somos personas que necesitamos reconocimiento de los demás o que simplemente no reconocemos nuestras carencias o debilidades, estamos muy lejos de ser los hijos que Dios necesita para manifestarse. Es necesario, para llevar su gloria en este mundo en decadencia, reconocernos hijos de Dios con una identidad sana por medio del Espíritu Santo, sabiendo que es Él quien nos ayuda en nuestras debilidades. Ser débil en todos los sentidos: emocional, intelectual, físico y espiritual no es una excusa o un defecto en el cual escudarnos, sino que es una oportunidad para que el Espíritu Santo se manifieste en nosotros. Él conoce que necesitamos y como debemos orar, que debemos pedir. Él intercede por los creyentes que están en armonía con la voluntad de Dios.

Cuando vivimos a Dios en plenitud, Cristo se hace visible en nuestras vidas. ¡Somos hijos de Dios, sellados por el Espíritu! Nuestra principal misión es revelar lo que hay dentro de nosotros. Hermanos, en esto es esencial reconocernos débiles, porque esa debilidad es combustible para que el Espíritu Santo arda en nuestras vidas, lo necesitamos a Él, dependemos de Él. Nuestra vida de humildad y dependencia de Dios, inspirará a las personas que pastoreamos, ya que verán la obra del Espíritu a través nuestro y serán imitadores de la vida de Cristo en nosotros, transformándose en verdaderos hijos también.

Y es cierto que nuestra alma gime a causa del pecado, pero Dios nos ha sellado, no vamos a vender nuestros llamados. Llega el tiempo en que familias completas no abandonan su llamado, en que niños pequeños abrazan su llamado, esposos y esposas no negocian su llamado. No dependemos de si es fácil o difícil, ya sabemos que es difícil, sabemos que esta creación está sujeta a corrupción, pero tenemos a Cristo que nos puso en la relación correcta con el Padre, tenemos al Espíritu Santo que nos ayuda en nuestras debilidades, que gime ante el trono de Dios con gemidos indecibles. Somos imparables, la vida de Cristo fluye en nosotros y a Cristo no lo paró la muerte, no lo paró el pecado, no lo paró el infierno; y a la iglesia, que somos vos y yo, nada la va a poder parar, nada.