¡Un gran saludo desde Paraguay!

Soy el misionero Carlos Martin Piedrabuena, les envío esta carta con el fin de contarles un poco mi experiencia en el campo misionero, también saludarles con la paz de nuestro buen Señor y que estén recibiendo las ricas bendiciones del Padre.

En noviembre de este 2022, se han cumplido 25 años que estoy en el campo, digo estoy, porque mi amada compañera Liliana, se me adelantó y ahora está en el reino de los cielos, disfrutando de la compañía del amado Señor Jesús. En lo que respecta a mí, sigo cumpliendo la misión a la cual Dios nos llamó.

Siempre he servido en Paraguay, porque desde mi llamado siempre tuve la convicción que es el lugar donde Él me quiere. Mucho me ha bendecido Dios y mucho me ha usado, me usa y me usará el Señor.

 

Las experiencias en el campo son de una magnitud, para mi entender, extraordinarias, sean buenas o malas. No puedo decir que todas son malas y tampoco todas son buenas, pero sí puedo decir que todas nos sirven

para nuestro crecimiento y desarrollo. Poniendo en la balanza en mi caso, han sido más las buenas que las malas. De acuerdo a nuestra actitud y fe podemos obtener ganancias de todas ellas.

 

No tengas temor, si Dios es quien te llama es Él quien te sostiene. También aprendí a que no debemos quejarnos de nada ni de nadie, lo que debemos hacer es estar alineados con el dueño de la obra.

Por su gracia el Señor Jesús nos ha permitido fundar algunas iglesias y también pastorear. Ahora mismo estoy en el proceso de comenzar dos nuevas en el Departamento de Alto Paraná.

Todo lo que uno hace es solo por su gracia. No se trata de mí, ni de nosotros, se trata de Él. ¡Gloria a Dios! Nosotros como dijo Pablo “somos colaboradores de Dios”.

Me despido de todos ustedes con un corazón lleno de agradecimiento por toda la ayuda y la bendición que es

para mí ser parte de la familia del DNM, de la Unión de las Asambleas de Dios y todo la Iglesia Argentina.

Es mi deseo que Dios los siga bendiciendo y prosperando en todo lo que hagan y emprendan.

 

Sin más un abrazo enorme para todos.

Siempre suyo.

 

Ptor. Carlos Martín Piedrabuena