CELO PASTORAL

Por Claudio Freidzon

Orador de la Convención UAD 2019

“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños” Proverbios 27:23

Una vez acompañé a mi hijo menor, Ezequiel a un partido de fútbol para verlo como jugaba con sus amigos. En la mitad del partido, me distraje por un momento. De inmediato, los gritos de Ezequiel me volvieron a la realidad: ¡Papá! ¡Quiero que me mires! Fueron sus palabras. Nuestros hijos se sienten seguros e importantes cuando los miramos a los ojos y les prestamos verdadera atención.

Así sucede también con nuestros amigos y con lo que podríamos llamar nuestros hermanos menores espirituales. A veces estamos tan activos en tantos proyectos que dejamos de relacionarnos correctamente con las personas. El saludo cordial, el diálogo, el interesarnos por sus problemas quedan tal vez relegados a un segundo plano en nuestra agitada carrera. Pero el Señor quiere despertar en ti el celo pastoral, el amor por aquellos que están a tu cuidado y te necesitan.

Jesús escogió a sus doce discípulos “para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar” Marcos 3:14. Él compartió su vida con los discípulos. Les dio todo su tiempo. No los convocó solamente para trabajar, los llamó para estar con Él. Jesús los cuidó diligentemente. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición (…)” San Juan 17:12

¿Podremos nosotros decir lo mismo?

1- El cuidado a tu familia. Cuando hablamos de conocer el estado de tus ovejas, también podemos pensar en cómo estamos cuidando de la familia. Ya sea de tus padres, hermanos o esposos/as e hijos. No es necesario ser la cabeza del hogar para brindar nuestro amor y cuidado. Dios nos lleva a dar de lo que hemos recibido del Señor a quienes nos rodean. Es justamente en nuestra familia donde tenemos la posibilidad de aplicar primero todo lo que leemos en la Biblia. A veces no es el terreno más fácil, pero sí resulta buena tierra para ponernos a prueba y permanecer verdaderamente íntegros en santidad y amor. Ya sea que vivamos en el mismo hogar o que estemos a miles de kilómetros de distancia, es necesario preguntarse: ¿Estoy haciendo todo lo posible por conocer el estado de mi familia? ¿O estoy tan ocupado que hace mucho que no paso tiempo de calidad con ellos?

2- El cuidado de nuestros hermanos menores. Los hermanos menores, son aquellas personas a quienes Dios puso en nuestro camino para que les presentemos a Jesús y los cuidemos en su crecimiento espiritual. Pueden ser amigos, compañeros de trabajo, de estudio o vecinos. Personas que han abierto su corazón a escuchar acerca de las cosas de Dios y desean crecer en la fe. Luego de la resurrección y antes de ascender a los cielos, Jesús nos dejó la Gran Comisión que consiste en un gran mandato de predicar, es decir compartir nuestro testimonio y cuidar en la fe a quienes van escuchando la Palabra de Dios, en todas partes (Mateo 28). Esto no es solamente que donde vaya, la gente me imite y me siga, sino más que otra cosa, es ocuparnos de ellos. Cuidarlos personalmente y ayudarlos a crecer en todas las áreas de su vida. Tampoco se refiere a manejarles la vida, sino encaminarlos a conocer cada vez más a Jesús, su Palabra y cómo vivir una vida hermosa cada día junto al Espíritu Santo.

3- El ejemplo de Jesús. “Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. 38Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” Mateo 9:36-38 ¿Cómo veía Jesús a las multitudes? ¿Qué sentía por ellas? ¿Cómo podemos nosotros darle amparo a una persona? ¿Cómo podemos ayudar desde nuestro lugar al agobiado o desamparado? ¿Cómo lo hizo Jesús?

Jesús dijo que el problema de esas multitudes era que no tenían pastor. Y pidió a sus discípulos que, ante tanta necesidad, oren a Dios para que envíe obreros a su mies. ¿Qué clase de obreros? Sin duda, obreros que tuviesen un corazón pastoral. Por tanto, hay mucha recompensa en los cielos para quienes inviertan su tiempo en cuidar a quienes tienen a Jesús en su corazón. Si bien no siempre la tarea es fácil, vale la pena el esfuerzo. Otras personas seguramente han derramado lágrimas, han perseverado y han intercedido por tu vida para que hoy estés donde estás. Hoy es el tiempo de hacerlo por quienes Dios ha puesto en tu camino y a tu alrededor para que seas de bendición. Hoy es tiempo de animarte a mostrar el celo pastoral, el amor de Dios para acercar a otros a su Reino!! Anímate a poner en práctica todo lo que has aprendido del Señor. ¡Este es tu tiempo de ser canal de bendición!

RECUPERADO: http://www.oramos.com.ar/noticias/info/celo-pastoral

“PASTORES” ESTRELLAS EN LAS MANOS DE JESÚS

Por José Luis Vena

 “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro; las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias” (Apocalipsis 1.20).

¡La labor pastoral excede lo imaginado! Los Pastores son las “ESTRELLAS” en las manos de Jesús.

Y a su vez, sabemos que el Señor Jesús se mueve en medio de las congregaciones, todos aquellos que Él añadió y sigue añadiendo a Su Iglesia. El Señor las describe como “CANDELEROS” por cuanto irradian luz en medio de un mundo en tinieblas.

Apocalipsis es la revelación de los últimos tiempos. Es muy signi?cativo observar el capítulo uno cuando el Señor resucitado se revela a Juan. El que apoyaba su cabeza en el pecho de Jesús no pudo soportar Su gloria y majestad, y al verlo cayó como muerto a sus pies. El Señor se reveló a Su amado discípulo porque tenía una tarea que encomendarle: Escribir a los “ángeles” (Pastores) de las siete Iglesias.

Observar con detenimiento el desarrollo del libro es útil y muy oportuno. La distribución de estos dos capítulos nos ayuda a entender el rol de los Pastores y de las Iglesias locales. El Señor se revela a Juan, y surge la pregunta: ¿Por qué el mensaje a los Pastores de las siete Iglesias? Especialmente por lo que sigue, desde el capítulo cuatro en adelante, todo lo que acontecerá en el futuro de este mundo y en la eternidad.

El Señor resucitó victorioso. Esa es la introducción de Apocalipsis. A partir de la manifestación de la persona del Hijo lleno de gloria, le sigue un espacio que describe el lugar predominante y único que ocupan los Pastores. ¿Por qué le dedica el Señor Jesús una atención tan marcada?

Porque:

  • Los Pastores son los que el Señor estima como importantes y responsables de las Iglesias locales
  • La vida de los santos, su salud espiritual y santidad, depende de la tarea de los Pastores. La entrega, el cuidado de la sana doctrina y cómo éstos ministran a sus congregaciones, se ve re?ejado en la conducta de los santos.
  • La mención y descripción que hace el Señor Jesús de cada Iglesia los ubica en el plan de salvación. Esto indica que ningún ministro del evangelio puede atribuirse el derecho de hacer lo que quiere, sino que deben cuidar las leyes espirituales que tienen que regir la vida de los creyentes.
  • Cada una de las Iglesias mencionadas re?ejan la condición de vida que hoy viven muchas congregaciones: En  primer  lugar,  están  las  que  son  ?eles  y  se  han  esforzado  por  trabajar arduamente por amor del Señor, pero perdieron el primer amor, o sea, el sentido de sus vidas a la luz del nuevo nacimiento y como Cuerpo de Cristo; siguen aquellas otras con un bajo per?l de sí mismas, muy distinto al sentir del Señor Jesús, porque Él les dice que no son pobres sino ricas, y las exhorta a ser ?eles hasta el ?n; en tercer lugar, hay congregaciones que moran donde está el trono de Satanás, y están infestadas por falsas doctrinas que Dios aborrece, y advierte que vendrá contra ellos con la espada de Su boca si no hay arrepentimiento; las siguientes congregaciones son las que han dado espacio a espíritus mentirosos que seducen y engañan a los que viven livianamente en el pecado y viven engañados porque creen que logran descubrir las profundidades del pensamiento, y no son otra cosa que profundidades de Satanás; en quinto lugar están aquellas congregaciones que tienen nombre de que están vivas sin saber que hay muerte en ellos por cuanto sus obras son malas; aunque tienen algunos entre ellos que son ?eles; en sexto lugar se destacan las que son ?eles y a quienes el Señor se revela diciendo que tiene la llave de David y que abrió puerta delante de ellos, aunque Él sabe que no tienen mucha fuerza pero guardaron la Palabra y no negaron Su nombre, éstas son guardadas aun en los  momentos  de  prueba  las  más  difíciles  que  vienen  sobre  la  tierra;  y  por  último,  hay congregaciones que viven sin de?nición espiritual, ni frías ni calientes, sino que son tibias a las cuales el Señor vomitará de Su boca, porque se sienten ricas, pero no conocen las verdaderas riquezas en Dios.
  • Todas estas Iglesias tienen cosas que examinar, pero en todos los casos, la misericordia del Señor es grande porque les hace saber que Él tiene grandes promesas si se arrepienten. El “arrepentimiento” es clave; volverse al Señor de corazón, guardar la doctrina del evangelio anunciado, eliminar lo nocivo y pecaminoso, y valorar el poder de la vida que proviene de Él es maravilloso, milagroso y glorioso.
  • Este procedimiento en las Iglesias locales en la obra de santi?cación, es vital. El último mensaje indica el punto de transición por cuanto el Señor anuncia que Él está sentado en Su trono y Su anhelo es compartirlo son los Suyos y que se sienten así como Él se sentó con el Padre celestial en Su trono.
  • A partir de estos dos capítulos se abren los cielos para ver lo que acontece con el Señor en Su gloria. Los acontecimientos que se sucederán a partir de estos capítulos sacudirán la tierra, el cielo, y la exaltación del Señor Jesucristo con Su Iglesia no tiene precedente alguno.

El Apocalipsis o el Libro de las Revelaciones tiene un contenido eterno. Las Iglesias locales en la faz de la tierra son el paso obligado de los santos, y conforme a la FE y los frutos que den, así será el nivel de recompensa y exaltación junto con el Señor.

Los Pastores son personas claves para que los santos lleguen a ser participantes de las glorias que están preparadas para los ?eles. No es simple ni intranscendente la tarea y función de los Pastores. Son indispensables y necesarios por amor a la Iglesia del Señor Jesucristo. Es preciso que todos los Pastores se examinen a la luz de la Palabra del Señor bajo la guía del Espíritu Santo para discernir y reconocer qué cosas pueden afectarlos: Actitudes incorrectas, intereses personales que los mueven a tener un comportamiento no correcto, una conducta que está regida por criterios humanos y doctrinas que han abrazado a través de tiempo y que no corresponden con el Nuevo Hombre.

La sana doctrina no es opcional.  Siempre se responde a una doctrina como dice la Palabra: “diferentes doctrinas”, “doctrinas de error”, “doctrinas de hombres”, “doctrinas de demonios”; pero el Señor exhorta a abrazar y ser ?eles y ?rmes con la “DOCTRINA DEL SEÑOR JESÚS”.

Pastores, cuán grande es la honra que tenemos de ser las “estrellas” en las manos del Señor. Los ojos del Señor velan por la vida de los santos, pero Él le habla a los Pastores. Ahí estamos todos nosotros.

Oigamos lo que dice el Espíritu. Apreciemos lo que ya tenemos y demos gracias a Dios por ello. Plantemos nuevas Iglesias locales, levantemos Pastores sanos y llenos del Espíritu Santo, y cuidemos la sana doctrina.

Los cielos se abren para recibir al Señor cuando venga a buscar a Su Iglesia. Que nos halle en el centro de Su voluntad y agrademos al Señor con nuestras vidas y con nuestro ministerio por la Amada, porque esta es nuestra prioridad en la vida.

TOMMY HICKS – FRUTOS DE LA CAMPAÑA: EL LOCO ANTONIO

Dios había concretado su obra con Tommy Hicks. En medio de esos miles de personas que asistieron a la campaña, había un diseñador de barcos, mejor conocido como Don Regge. Fue a la campaña por un niño al que Dios había sanado y se le había caído la pelota en su patio. Fue con el propósito de que su imparable dolor de estómago dejara de existir. Luego de esa campaña, en el barrio pasó de Don Antonio al loco Antonio. Dios hizo más en su vida que sólo sanar su enfermedad. Lo había vuelto loco.

Stokes fue el pastor de Antonio Regge, quien no se conformó con unos días de campaña sino continuó creciendo de la mano de Dios. Luego de unos años, en 1956, Regge cedió el lugar, lo que antes era su astillero. En otras palabras, su lugar de trabajo pasó a ser un lugar de servicio a Dios. Dios había comenzado una obra que cambiaría miles de vidas.

Con el tiempo Dios usó la vida del pastor Regge, quien había empezado por una Escuelita Dominical en Martínez, pero que poco a poco la obra se extendió y Dios comenzó a obrar grandemente por medio de su vida. La iglesia seguía creciendo y allá por 1970 apareció la primera grada, que no tardaba en llenarse los días de reunión.

El ministerio del pastor Antonio Regge se extendería por todo el país por medio de apasionados discípulos que llevarían un mensaje simple del evangelio, pero lleno de poder y milagros. Esta obra se agrandaría a más de 100 anexos, varios de ellos llegando a ser importantes Iglesias.

El testimonio del Pastor Walter Álvarez:

Al pastor Antonio Regge yo lo conocí en el año 83. Me convertí al evangelio en unas de las reuniones que se hizo un domingo de santa cena. Aprendí mucho del pastor, un hombre de Dios, de oración, de profunda devoción a Dios, un hombre santo y eso a mí siempre me impresionó. Su sabiduría para responder, su simpleza y su comunión con Dios se notaba porque de repente uno decía dos palabras y él ya estaba orando.

Para esos años las reuniones tenían una asistencia de más de 2.000 personas, llegando a ser la iglesia más grande de Argentina. Es más, venían de otros países a preguntar cómo hacían con el crecimiento tan rápido y él con simpleza y humildad les contestaba: “Todo es obra de Dios”.

Cuando yo tenía 18 años, estando en el fondo de la iglesia, el pastor me abrazó y dijo: “Gracias Señor por mi hermano Walter”. Después que me abrazó y le dio gracias a Dios, me miró y dijo: “Tú serás un pastor”. Y acá estoy; de hecho, él se fue con el Señor y nunca me vio ser pastor. Lo que me dijo fue una palabra que venía de parte de Dios.

 

*Extracto del Libro “El Legado”. Si desea adquirirlo comuníquese con las oficinas de la UAD.

EL ROL DE LA FAMILIA EN LA RECUPERACIÓN DE LAS ADICCIONES

Por Claudio Ghiringhelli

Cuando hablamos de nuestros seres queridos y sus problemas con las adicciones, es fundamental tener en cuenta el rol de la familia dado que ellos podrán contribuir o dificultar, por desconocimiento, el problema de adicciones de su ser querido.

Uno de los engaños que abriga la persona atrapada en una adicción es que sus problemas no dañan a nadie más que a él.  Sin embargo, afectan a una red de relaciones mucho más amplia y cuanto más íntima sea la relación, mayor será el impacto.  Un alcohólico podría tener problemas en su trabajo pero más allá de esto, puede destruir y lastimar a su familia inmediata.

Es importante comprender que nuestra conducta afectará a las generaciones anteriores y a las siguientes.  La iglesia cumple un rol muy importante en la estabilidad y salud de las familias, dado que la inestabilidad y disfuncionalidad de la familia tiene un efecto importante en la vida de toda persona.

Si los padres llevan una vida pecaminosa y psicológicamente abusiva, esto repercutirá fuertemente en sus hijos, nietos y probablemente en otros descendientes.  Muchos psicólogos y psiquiatras aseguran que los hijos, especialmente los más pequeños, necesitan desesperadamente una relación amorosa entre sus padres y cuando esto sucede tienen muchos menos problemas mentales y emocionales en la vida.

Es importante que en toda familia haya un balance entre el nivel de exigencia y el nivel de contención.  La sobre exigencia generará hijos estresados, mientras que el exceso de contención dará lugar a hijos caprichosos e inmaduros.  El balance consiste en no estar ni demasiado enredados ni demasiado desligados.  Los dos extremos serían disfuncionales.

También es importante considerar la idoneidad de edad, es decir que las responsabilidades asumidas por cada integrante de la familia sean adecuadas con la edad.  Por ejemplo, en las familias disfuncionales los hijos por momentos asumen el rol de padre o esposo, cargando emocionalmente con situaciones y problemas que no le corresponden, lo que los podría llevar a refugiarse en una adicción a causa de las presiones que enfrenta.

La disfuncionalidad no pasa necesariamente por el hecho de que un niño sea criado por un solo progenitor, sino en que se deposite en él un rol y una responsabilidad para la que no está preparado.  Por ejemplo una mamá que expresa reiteradamente sus problemas y necesidades económicas a un hijo menor, asumiendo que tiene un “hombre” en la casa, cuando es obvio que el niño no podrá solucionarle sus dificultades.

No existe una familia perfecta, porque no hay personas perfectas, todos tenemos cierta cuota de disfuncionalidad y por este motivo debemos procurar corregir en nuestras relaciones familiares nuestros patrones de conducta destructivos.

La Biblia nos alienta a practicar estos cambios en 1º Pedro 1:22-23.

En una familia funcional los hijos se sientes seguros porque hay alguien que cuida de ellos, también aprenden a ser responsables por los actos que realizan y cuando surgen problemas se pueden comunicar y los miembros de la familia saben cómo ayudar.  En las familias funcionales ningún integrante de la misma es el centro de atención.

Los padres deberían tratar de reflejar el carácter de Dios representado por un balance entre la justicia (límites y disciplina) y la misericordia (contención y afecto)

¿Ayudamos o dañamos a los que queremos?

En reiteradas oportunidades, los esfuerzos realizados para ayudar a alguien que está atrapado en una adicción pueden ser infructuosos y aun inadvertidamente se puede estar contribuyendo a mantener la conducta adictiva y habilitando a la persona para que siga con su comportamiento destructivo.

Habilitar es cualquier cosa que la familia haga para impedir o atenuar las consecuencias negativas que son el resultado del mal comportamiento de una persona.  Por ejemplo una esposa o una mamá que miente cuando su esposo o hijo falta al trabajo porque está bajo el efecto de lo que consumió.  Es importante recalcar que las personas toman decisiones genuinas de cambio cuando experimentan las consecuencias negativas de sus acciones.  Es decir, cuando el dolor por los resultados de sus acciones es mayor que el placer que le genera el consumo de una sustancia.

De esta manera, cuando al adicto se lo rescata una y otra vez haciendo lo necesario para que él no sufra, mantendrá una actitud inmadura e infantil y eso lo hará dependiente del que lo rescata y este círculo vicioso es difícil de quebrar a menos que alguno de ellos decida hacerlo.

El familiar que responde de manera obsesiva queriendo cambiar y controlar la vida del familiar adicto se llama codependiente.  El codependiente tiene un sentido de bienestar cuando cuida del adicto al punto que él depende de esa persona como el adicto a la sustancia.  En verdad, nadie puede cambiar ni controlar a nadie y sólo Dios puede hacerlo.

Los familiares de una persona con problemas que controlan su vida deberían comprender tres cosas: 1) que ellos no causaron ese comportamiento o abuso de una sustancia.  2) que ellos no lo pueden controlar y 3) que ellos no lo pueden curar.   Sólo Dios puede cambiar una vida,  por tal motivo deberían dejar de culparse y poner a la persona con problemas en las manos de Dios, dejando también de tener actitudes con las que puedan estar favoreciendo la conducta adictiva.

Muchas personas no se sienten motivadas a buscar ayuda porque saben que sus padres o familiares siempre toleran sus actitudes y más allá de las palabras y amenazas, finalmente siempre encuentran refugio, comida y otros beneficios que no ganan con el esfuerzo propio.

La parábola del hijo pródigo en Lucas 15:11-24 nos enseña cómo un hijo se rebela con su padre y decide abandonar la casa, sin embargo el padre no lo rescató, no lo obligó a quedarse, ni lo buscó o ayudó cuando estaba lejos, pero cuando finalmente ese hijo experimentó las consecuencias negativas de sus malas decisiones, dice el pasaje bíblico que “volvió en si” y reconoció los errores que había cometido, volviendo arrepentido a su hogar en donde halló perdón y misericordia.

Finalmente debo destacar que para ayudar hay cuatro cosas que si podemos hacer con los que luchan:

1) Dirigirlos a que busquen y encuentren ayuda en Jesús.

2) Guiarlos a reconocer su condición y hablar siempre la verdad, no siendo cómplices ni creyendo sus mentiras.

3) Hacerlos responsables de las decisiones que toman, aprendiendo a no rescatarlos.

4) Orientarlos, explicándoles que hay lugares adecuados en donde pueden ser ayudados.

LA “ENCERRONA”

Por Gustavo Rossi

El sueño de todo ministro es ser parte del crecimiento del Reino de Dios y ver a los perdidos correr a los pies del Señor.

Intentamos implementar un sin fin de cosas para hacer crecer su obra y muchas veces nos sentimos cansados y frustrados al no ver los resultados. Viene entonces una sensación de fracaso a nuestras vidas y nos sentimos tentados a dejarlo todo.

Esta historia tan conocida nos puede dar algunas ideas para avanzar y encontrar herramientas útiles para el ministerio que Dios nos entregó.

Lucas 5:4-7 “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.”

¡La historia de la pesca milagrosa es apasionante! En estas vacaciones, en una tarde mientras estábamos descansando, pudimos ver un tipo de pesca muy parecida a la que realizaban en los días de Jesús, le llamaban la “encerrona” donde todos en la playa ayudaban para encerrar a la mayoría de los peces. Consiste en un barco que al entrar a aguas profundas, arrojan de punta a punta de la playa una gran red y luego todos tiran de ambos extremos encerrando a todos los peces que había por allí.

De esta historia se desprende tres herramientas para tener una pesca milagrosa:

  1. Enfocarse en los peces

Los peces, junto a la cruz, son los símbolos más utilizados por la cristiandad desde el comienzo de la iglesia del Señor. Están presentes por todas partes y muy particularmente en las lunetas de los autos como un distintivo de que somos Hijos de Dios.

Los peces simbolizan las almas de los hombres, como bien Jesús le expresó a Pedro: “te haré pescador de hombres”

Cuando comenzamos a servir al Señor nuestro enfoque está en los peces, en ganarlos para Cristo, pero con el tiempo el ministro corre el riesgo de ir perdiendo el enfoque. Comenzando a olvidarse de lo trascendente y enfocándose en lo que no lo es tanto.

Muchos terminan poniendo su enfoque en el templo, el sonido, las luces, las butacas muy cómodas y dejan de concentrarse en lo importante.

La iglesia que crece y avanza es la que nunca perdió su amor por los perdidos

Que todas las actividades que hagas en la congregación tengan como fin ganar las almas.

Que el ADN de tu congregación sea ganar a los perdidos

Tenemos que pedirle amor por los peces, amor por las almas. Nuestro corazón debe volver a palpitar por los perdidos y derramar lágrimas por ellos.

  1. Trabajar en equipo

Nada significativo podré hacer solo, pero cosas grandes lograremos si aprendemos a trabajar en equipo.

En otro tiempo el pastor era el hombre orquesta, toda la tarea la realizaba él. Llevándolo muchas veces al agotamiento o el stress por un lado, y a una cierta limitación por el otro, ya que no tenemos ni todos los dones, ni todo el conocimiento acerca de como hacer las cosas.

Nuestro desafío para trabajar en equipo es confiar en otras personas y permitir que otros aprendan la tarea y puedan crecer a nuestro lado.

El discípulado consiste en gran medida, en compartir lo aprendido a otras personas y no adueñarme del saber.

Todos nos hemos equivocado y hemos cometido errores, pero alguien confió en nosotros, nos enseñó y nos tuvo paciencia. ¡Cuántas torpezas hemos cometido en nuestro deseo de servir al Señor!

Formar equipos de trabajo es un gran desafío. Transmitir la Visión, detectar los talentos adecuados a cada área de servicio y que luego puedan a su vez ensamblarse para funcionar como un verdadero Equipo.

Todo lo que se hace en la iglesia en un efecto embudo, debe tener la finalidad de ganar a las almas y luego integrarlas a la familia de la Fe.

La pesca milagrosa, fue milagrosa porque todos tiraron en la misma dirección y trabajaron en equipo.

Alguien dijo que: “el verdadero milagro es ponerse de acuerdo”

Unos remaron, otros tendieron las redes, otros encerraron a los peces y aún cuando era tan grande la cantidad tuvieron que pedir ayuda a la otra barca y juntos encerraron una gran cantidad de peces.

Pidámosle a Dios un equipo y luego la sabiduría para formar ese equipo.

  • Utilizar una metodología de trabajo

Cuán importante es pensar en que metodología estamos utilizando para alcanzar a los perdidos, para integrarlos a la iglesia y para ayudarles a crecer.

Muchos piensan que solo teniendo un culto por semana es suficiente para lograr este objetivo, pero no lo es.

La metodología es la herramienta que vamos a utiliza solo para lograr este objetivo.

Oremos y busquemos la más adecuada para optimizar los esfuerzos.

Los grupos pequeños son una muy buena estrategia para poder organizarnos en pos de ver a los perdidos llegar a Jesus.

Llevando la iglesia a las casas, preocupándonos por cada nuevo convertido y haciendo discípulos para que ellos también en un corto plazo de tiempo, hagan por otros lo que hicieron por ellos.

Es el tiempo de oír la voz del Señor diciéndonos: “echad las redes” y que podamos alcanzar las almas para su Reino. ¡Adelante no te detengas!

El VALOR DE NUESTRO POTENCIAL

Por Moisés Barrientos.

 

Si existe una verdad de la cual debemos estar convencidos para no vivir una vida plena y feliz, es esta: ignorar el propósito de Dios para nosotros, y desperdiciar el potencial que nuestra vida tiene, es una verdadera tragedia.

Un hombre sabio dijo en una oportunidad que el hombre más pobre del mundo no es alguien que no tiene recursos, sino aquél que no tiene sueños. Y no existe hombre más frustrado que aquél que, teniendo sueños, nunca logra realizarlos, encontrando siempre algo o alguien a quien culpar por su fracaso. Acerca de este tema, las Escrituras hablan sobre “el todo del hombre”, que es justamente el cumplir con el propósito de Dios para nosotros.

“El final de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13)

La palabra “temor” no significa necesariamente “tener miedo a”, sino que en el contexto bíblico del Antiguo Testamento tiene más que ver con “tener reverencia hacia”. Este es el deber del hombre: tener reverencia a Dios y guardar sus mandamientos.

Cuando escuchamos la palabra “mandamientos” inmediatamente la relacionamos con las Tablas de la Ley, que rezaban “No matarás”, “No robarás”, ¨No levantarás falso testimonio…” etc, sin tener en cuenta que los Mandamientos de Dios no se limitan a este decálogo, o a un sinnúmero de prohibiciones del Creador, sino que abarcan un concepto mucho más amplio.

Rara vez, por ejemplo, al pensar en este concepto hacemos una relación con Génesis 1:28: “Y los bendijo Dios, y les dijo: fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Este versículo contiene el propósito por el cual Dios le dio vida al hombre. Y para lograr este propósito, el Señor lo ha equipado con todo lo necesario: dones, talentos, conocimientos, habilidades, creatividad, sentimientos y –lo más importante- su misma presencia acompañando y respaldando la realización de ese propósito.

 

DIOS NOS HA CREADO CON UN POTENCIAL ILIMITADO.

 

Los niños tienen una habilidad natural dada por Dios para soñar, no importa si sus padres son ricos o pobres, sabios o ignorantes. Justamente Jesús dijo que debemos ser como niños, con esta cualidad. La Biblia menciona al pueblo de Israel que, luego del cautiverio, recuperaría su capacidad de soñar “seremos como los que sueñan…” A los que hemos consagrado nuestras vidas al Señor Jesús, se nos ha devuelto la posibilidad de soñar, y los recursos para realizarlos.

Una de las mayores tragedias de la naturaleza es la destrucción de una semilla: la destrucción de una semilla puede significar la muerte de un bosque. Si nosotros “encarcelamos” nuestro propósito, enterramos nuestro potencial, no podremos bendecir a los que nos rodean, y una de las cosas que hacen que el ser humano se sienta satisfecho consigo mismo es el haber trascendido, el haber podido afectar positivamente con su vida a otros.

Cada cosa en la Creación fue diseñada para funcionar de acuerdo con el simple principio de recibir y liberar: ¿Qué ocurriría si las plantas se negaran a liberar el oxígeno que fabrican? ¿Qué pasaría si los peces no se reprodujeran?: El resultado inevitable sería muerte y caos en el mundo entero.

En el pasaje bíblico mencionado, se hace énfasis en la multiplicación, y este concepto tiene muchísimo que ver con la forma en que Dios bendice. El principio de la reproducción es muy importante en el plan divino, y para que este proceso se realice, es importante cumplir con la parte que nos corresponde a nosotros, que el de liberar nuestro potencial. Esto es algo que está condicionado por nuestro libre albedrío, y no se producirá a menos que voluntariamente lo hagamos.

 

LA TRAGEDIA QUE SIGNIFICA NO LIBERAR EL POTENCIAL

 

Cada vez que observamos una pieza de arte, o una composición musical, o disfrutamos de algún beneficio de la tecnología o de la ciencia, podemos darnos cuenta de que es a causa del potencial que alguien tenía, y que decidió desarrollarlo hasta que se materializó.

Los cristianos debemos comprender que Dios nos dio un depósito valioso de potencial para enriquecer la vida de otros, para ayudarles a mejorar sus vidas y su relación con Dios. Tenemos la responsabilidad de usar lo que Dios depositó en nosotros para el bien del mundo. Sir Winston Churchill, un importante estadista inglés, dijo: “El precio de la grandeza es la responsabilidad”.

El Señor ordenó al hombre en Génesis 2:16-17: “… De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.”

La muerte en su fase más simple, es la terminación del potencial. Abortar significa terminar una vida antes de que su potencial pueda ser desarrollado. En cada semilla, hay un bosque; en cada pez, un cardumen; en cada pájaro, una bandada; en cada vaca, una manada; en cada niña, una mujer; en cada niño, un hombre; en cada ser humano, una nación. En Dios, uno es igual a varios; poco significa mucho; pequeño es grande; y menos quiere decir más. Por eso, matar la semilla de tu potencial, puede significar la terrible pérdida de un tremendo bosque de bendiciones para multitudes de familias de la tierra.

Una promesa que viene al caso, es la que recibió Abraham, en Génesis 12:2-3: “… y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”

 

LA IGNORANCIA HACE ABORTAR EL POTENCIAL

 

Todo aborto termina por sacrificar una responsabilidad. Cuando aborto mi potencial, condeno mi futuro. El no desarrollar todo lo bueno que podría hacer, es decir, abortar mi potencial, es la muerte de mi futuro, y esto afecta generación tras generación.

Hay cinco principios que debemos asumir como una realidad:

  1. Nuestro potencial liberado es la herencia del mundo: no es suyo ni mío. No tenemos  derecho a privar a la gente por quienes Cristo dio su vida, de la posibilidad de ser bendecida por nuestra vida
  2. Usted vino lleno, “embarazado” de un potencial ilimitado (“al que cree… TODO le es posible…”)
  3. Usted es capaz de hacer mucho más de lo que ya ha hecho, y todavía está a tiempo de recuperar el tiempo perdido. Dios no está dispuesto a que Ud se muera sin haber tenido la satisfacción de haber logrado su propósito en esta vida. Seguirá insistiendo con este mensaje hasta el último minuto de su vida: “Cumple mi propósito en ti…”
  4. El destino de la creación, el rumbo que tiene la vida de quienes lo conocen, del ámbito en donde vive, trabaja o estudia, están íntimamente relacionado con la liberación de su potencial: Usted “puede” (y no “podría”) trastornar el destino de personas, matrimonios, familias, comunidades… ¡naciones enteras!
  5. El solo hecho de que Ud y yo hayamos nacido y estemos vivos, es una evidencia de que Dios sabía que la tierra nos necesitaba. Muchos de nosotros hemos pasados por accidentes o enfermedades o situaciones que podrían haber terminado con nuestra vida física, y sin embargo una intervención de Dios determinó que aún no era tiempo: había un propósito en nosotros que todavía faltaba cumplirse.

 

El saber que en mí existe un contenido ilimitado de posibilidades de realizar cosas que podrían bendecir a otros, y que solamente de mi decisión y acción depende que esas cosas sean realizadas o no, crean una gran responsabilidad, por la cual solamente yo tendré que responder ante Dios por eso.

LEY DE INVISIBILIDAD

Por Doctor Christian Hooft

El 28 de mayo la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito nuevamente presentó su proyecto de ley denominado de “Interrupción voluntaria del embarazo”, al que humildemente me atrevo a llamar como proyecto de Ley de Invisibilidad de la Persona Humana.

Durante siglos la humanidad ha trabajado para reconocer los derechos inherentes a la persona humana que se han podido plasmar en normas de raigambre constitucional como la Convención Americana de Derechos Humanos o la Convención Internacional de los Derechos del Niño, incluyendo el más fundamental de todos que es el mismo derecho a vivir. Sin embargo, este proyecto de ley, desconociendo toda norma jurídica vigente, pretende INVISIBILIZAR completamente la existencia de un ser humano en el vientre materno antes de su nacimiento.

En efecto, usando argumentos como que solo se trata del cuerpo de la mujer, a quien también llaman “persona gestante”, desconocen e invisibilizan al niño por nacer, haciendo de cuenta que su cuerpo y sus latidos cardíacos no existen Se ignora la genética, la biología y hasta las mismas neurociencias que comprueban la identidad y los sentidos de esa criatura humana en formación.  No solo permite el aborto de manera discrecional hasta la semana 14 de gestación, sino que lo autoriza hasta el mismo momento del nacimiento para el caso de aducir el solo riesgo en la salud social de la madre o ante una simple declaración de violación, invisibilizando también la existencia de un violador que debería ser denunciado y perseguido por la justicia (Arts. 1 y 4 del proyecto).

En dicho proyecto, se coloca a la voluntad discrecional de la “persona gestante” por encima del derecho a la vida del otro ser humano en gestación. También se invisibiliza al padre biológico de ese ser humano, como si no existiese. Ni siquiera se usa la palabra “madre”, a quien también se la invisibiliza en todo el proyecto.

El proyecto establece la obligatoriedad de la enseñanza del aborto en todos los niveles de la enseñanza escolar, pública y privada, y como si fuera poco le agrega la enseñanza de la ideología de género, incluyendo por supuesto el género no binario en los niños, buscando influenciar así en la construcción cultural y social de las nuevas generaciones, normalizando esta conducta antijurídica. Se pretende que la maestra o el maestro no solo enseñe lengua y matemática a los niños, sino también cómo abortar y que los pueda contener y apoyar en la decisión (Art. 12 del proyecto).

Se invisibiliza así a los padres de esos niños, que no pueden elegir el tipo de educación para sus hijos de acuerdo a sus valores y creencias (tal como lo garantiza el Art. 26 inc. 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos). Se ignora ese derecho y se les impone una educación sin fundamento científico y jurídico. Tampoco pide su consentimiento cuando el niño cumple los 13 años, y aun antes de esa edad tampoco lo requiere, bastando el consentimiento de cualquier adulto responsable (Art. 9 del proyecto).

Además fija pena de prisión para los profesionales de la salud que obstaculicen estas prácticas y ni siquiera menciona la posibilidad de realizar objeción de conciencia. Por lo tanto, también este proyecto invisibiliza a los médicos y profesionales de la salud que no estarían dispuestos a terminar discrecionalmente con la vida de otros seres humanos (Art. 14 del proyecto).

Jamás la solución podría ser privar del derecho a la vida de seres humanos en formación. Tampoco es aceptable mirar para otro lado y no hacer nada frente a la realidad social que vivimos. Se deben defender las dos vidas en toda su amplitud: física, social y espiritual