Cuatro puntos

Autor: Ernesto Nanni

Josué se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo. Y después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento, y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella haya distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella. Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros. Josué 3:1-5 RVR60

-El pueblo de Israel estaba a poca distancia de alcanzar la tierra prometida, y para llegar debían cruzar el rio Jordán, por tal motivo acampan a orillas del rio y ahí debían descansar tres días, ese descanso antes de la conquista significa, confiar en Dios, descansar en sus planes, así debemos hacer con todo aquellos que tenemos que enfrentar, no apresurarnos, tomarnos el tiempo necesario para prepararnos y confiar.

-En el versículo tres, se le pide al pueblo que pongan la mirada en el arca, hoy día debemos hacer lo mismo, ante una situación difícil que debamos atravesar poner la mirada en Dios (en el arca), no perder la presencia de Dios en tu vida, no desvíes la vista. Puestos los ojos en Jesús, y así tendremos, guía, dirección.

-Pero porque debían poner la mirada en el arca, ¿más allá de la confianza? porque atravesarían un camino que nunca antes habían recorrido, y lo mismo hará Dios este año en nuestras vidas, recorreremos caminos nuevos, que jamás antes habíamos transitado, para los que son padres, para los nuevos comienzos laborales, o nuevos desafíos, Dios abrirá caminos nuevos y para atravesarlos debemos confiar en el, que El si conoce esos caminos y no nos vamos a equivocar.

-Y por último el pueblo debía Santificarse, para ver maravillas, hoy también Dios nos pide santidad, purificarnos, pedir perdón, busca su ayuda y así como el pueblo de Israel vio abrirse el Jordán y pasaron por tierra seca, nosotros también veremos maravillas y milagros en nuestra vida.

¡Siempre recuerda estos cuatros puntos para poner en práctica en tu vida!

  1. Descansar en el Señor.
  2. No perder de vista el arca. Su presencia.
  3. Creer que, ante caminos desconocidos, Dios va delante nuestro.
  4. Santificarnos

Recuperado: https://iglesiacristianaresplandecer.org/predica-del-domingo-26-01-2020/

nueva credencial

Credenciales UAD – Proceso para activación de credenciales

Autor: Sede Central

Queridos hermanos, les enviamos el tutorial para que puedan vincular dentro del sistema UAD a los ministros que están debajo de su ministerio y así ellos puedan tener activadas sus credenciales digitales. El tutorial lo encuentran en versión de video en https://youtu.be/FvpGegwj_q0 ó en versión PDF: https://drive.google.com/file/d/1Q-Cmmujw76lFkV9kNv0w20yF_Wjphn_J/view?usp=sharing 

Ante cualquier duda, pueden comunicarse a la secretaria regional.

Los bendecimos.

Resistencia

Autor: Omar Fritz

En el mundo del deporte, y en particular en el atletismo, se conoce muy bien la diferencia existente entre una carrera de Velocidad y una de Resistencia. Tanto la preparación física, como anímica y mental son distintas.

La vida y el ministerio deben ser enfrentados como una carrera de resistencia. La Palabra de Dios nos enseña en Hebreos 12:1,2, las medidas de preparación que intencionalmente debemos observar si es que queremos alcanzar victoriosamente la meta.

En primer lugar, hemos de desprendernos intencionalmente de todo aquello que pudiera llegar a ser un estorbo; un posible tropezadero que ocasione una caída. Los competidores de quienes seguramente el escritor extrajo su ilustración, al ingresar a la pista se quitaban sus túnicas, quedando vestidos con lo que nosotros denominaríamos un “taparrabos” o “short”, nada debía enredarlos en su camino; debían tener plena libertad de movimiento.

La segunda medida intencional para ejecutar sin más ni más, es “despojarnos del pecado que nos asedia”. Un estorbo pudiera no ser un pecado, pero fácilmente podría convertirse en ello. Hemos de ser conscientes que este “nos asedia”, esto es, nos rodea, no emplaza cual enemigo en busca de nuestra rendición. Nos acosa permanentemente, de una u otra forma. Dios lo reveló con meridiana claridad a Caín: – “el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”, dándole a entender que, si bien es cierto que el pecado estaba allí, no obstante, él tenía el poder de evitarlo. No se menciona un pecado en particular, cada quien sabe cuál de todos ellos le está asediando.

En tercer lugar, se nos dice que intencionalmente debemos correr con paciencia. No se refiere a la actitud que se rinde frente a las circunstancias, sino a la que las domina. Es esta determinación de persistir en el esfuerzo y rechazar el desánimo lo que nos da alas para sobrevolar las dificultades y los obstáculos, sin prisa, pero sin pausa.

Finalmente, el broche de oro, la frutilla del postre. Intencionalmente hemos de “poner nuestra mirada en el Señor”. ¿Por qué motivo? Porque él fue sujeto a todo tal cual nosotros, y venció; porque Él es el Oportuno socorro; porque Él es nuestro máximo ejemplo de cómo correr esta carrera: lo soportó todo, no permitió que ninguna sugerencia (ni siquiera proveniente de alguno de los suyos) le desviara de su meta, “dar su vida en rescate por todos”; ni se dejó impresionar por la vergüenza de la cruz.

Corramos de tal manera que alcancemos la meta. Desechemos los “lastres” tales como hábitos, amistades y otros que pueden ser nocivos. Estemos atentos a quien nos asedia, no bajemos la “guardia”, mantengámonos en los principios divinos. Seamos pacientes, inquebrantables frente a las adversidades, recordemos que somos “más que vencedores” y fijemos nuestra mirada en Aquél que lo dio todo por nosotros. 

Para todo esto contamos con el socorro, la asistencia, la fortaleza y el cuidado del Consolador, el Espíritu de Verdad.

¡Nos encontramos en la meta!

Agenda #LaMayoriaCeleste

Autor: Junta Ejecutiva Nacional

Queridos Pastores de la Unión de las Asambleas de Dios,

Les enviamos esta información de orientación para los días que vienen por delante con el fin de que puedan alinearse en su provincia, junto al resto de la pastoral, en estas acciones frente a la próxima votación en el Senado del día 29 de diciembre.

1. Concentración Federal de la Mayoría Celeste: El sábado 26/12 a las 17hs. En las capitales de las provincias en todo el país, con PLATAFORMA (escenario), preferentemente en las plazas centrales, lugares emblemáticos.

2. Día Nacional de Ayuno y Oración de la Mayoría Celeste: Lunes 28/12. En cuanto a la modalidad, cada congregación elige el formato, teniendo presente orar por los senadores que deben votar, por el rechazo del proyecto de ley de aborto, por las mujeres con embarazos vulnerables y para que se evite una matanza de niños inocentes, aun no nacidos.

3. Concentración de la Mayoría Celeste en el Congreso de la Nación: El martes 29/12 en hora a confirmar, con plataforma. Movilización de las congregaciones evangélicas de CABA y Provincia de Buenos Aires. Tener presente:

  1. a) No habrá concentración el día 26/12 en Buenos Aires, para reservar las fuerzas para el martes 29/12.

b) Concientizar sobre las medidas de higiene y seguridad: Distanciamiento social, uso de tapabocas, que la concurrencia lleve alcohol en gel, el resto de las medidas serán compartidas en el link de recursos.

4. Recursos: Accede a todo el material de #LaMayoriaCeleste. Podrás descargarlo, compartirlo y así sumarte a la campaña. Hacerlo a través del siguiente link: https://bit.ly/2IIIa4F

  1. Expresiones para discursos ante la prensa, autoridades y en plataforma: Adjuntamos una secuencia de líneas discursivas, para unificar el mensaje que debe llegar a los senadores. https://bit.ly/2IIIa4F

Decimos SI A LA VIDA

Autor: Comisión Directiva Nacional

Queridos pastores, 

Hoy estamos viviendo una hora extrema. El destino espiritual de nuestra nación se está viendo amenazado por iniciativas de políticas de aborto que desataran el espíritu de muerte en miles de hogares. En este contexto la iglesia tiene un lugar de protagonismo para desatar bendición y, de manera especial, la Unión de la Asambleas de Dios tiene que ser protagonista. No podemos permitir que el derecho a matar se legalice, es por eso que decimos SI A LA VIDA.

Desde la Comisión Directiva Nacional nos sumaremos como Institución Unión de las Asambleas de Dios a la movilización que se realizará a nivel nacional el 28 de noviembre para decir SI A LA VIDA. 

Queremos compartirte los detalles para que vos seas protagonista, invitándote a una reunión nacional vía zoom (requerir link a las autoridades regionales o enviando e-mail a info@uad.org.ar), junto con todos los ministros UAD, el día viernes 20 de noviembre desde las 11:00 hasta las 13:00.

Te solicitamos que puedas hacer un esfuerzo extraordinario para estar presente en esta reunión, la hora lo requiere. 

Los bendecimos y esperamos.

— Comisión Directiva Nacional

UN MINISTERIO AUTÉNTICO

Por Osvaldo Carnival

 

En Hechos 1:1 Lucas le habla a Teófilo y le cuenta acerca de las cosas que Jesús hacía y enseñaba. Esto es algo sencillo, pero nos marca un orden. Jesús no enseñaba nada que antes no practicara en su propia vida. Hoy en día la ciencia ha corroborado algo que La Palabra de Dios nos ilustra: no hay otro método más excelente en la pedagogía, la enseñanza, la didáctica, que el poder del ejemplo. Hace un tiempo un padre me dijo: “Pastor, ¿qué le puedo enseñar yo a mi hijo, si no tengo ni 7° grado y él ya está avanzando y va camino a ser universitario?”. Le respondí: “No se equivoque, nosotros no enseñamos de lo que sabemos, sino de lo que somos”.

Es indispensable que nuestro mensaje surja a partir de lo que somos.

En los tiempos que nos toca vivir, necesitamos entender que el mensajero es el mensaje. Vivimos en la era de la imagen, donde constantemente se produce un desdoblamiento que podemos observar claramente en las campañas políticas, por ejemplo. Los políticos tienen asesores de imagen que aconsejan: “Hágalo de esta manera”. Las masas necesitan ver una determinada imagen, y esta es la razón por la que los pastores necesitamos enfrentar el desafío de instruirnos en nuestra imagen, para así poder pararnos de manera efectiva ante los gobernantes y las multitudes, desde una radio, o un programa de televisión o cualquier otro evento. El grave riesgo es cuando comienza a producirse un desdoblamiento. No es tan importante lo que una persona dice cuando sube a la plataforma, sino su comportamiento cuando baja de ella, su manera de caminar, su vida cotidiana, la interacción con su familia, en su hogar. ¡Ese es el verdadero mensaje que la gente necesita! Hoy en día nuestro mayor valor es nuestra propia vida. Podemos ocuparnos en ser más elocuentes, más entendidos, en estar mejor capacitados, pero nunca debemos olvidar que nuestro mensaje por excelencia es nuestro carácter.

Nuestro ministerio es la consecuencia de nuestra relación con Dios y nuestra relación con nuestra familia. Si eso no existe, no hay ministerio. Podrá haber excusas, podremos pintarlo de una manera o de la otra, pero no hay ministerio. El mundo en el que vivimos necesita modelos. El Código Civil recientemente aprobado prevé el “divorcio express”, el cual permite que los matrimonios puedan divorciarse sin causa en el término de una semana, sin mediaciones de por medio, mientras el Código anterior requería tres. Respecto a este tema, una jueza que es creyente me comentó: “Osvaldo, muchas veces en las mediaciones rescaté a parejas diciéndoles: ‘¿Por qué no lo piensan un poco?’, pero hoy eso se acabó”. Si no nos gusta el aliento de nuestra pareja o esta cocina mal, podemos poner fin al matrimonio en el término de una semana, de manera unilateral y sin causa alguna. La familia está en crisis porque esto atenta contra la dignidad del hogar, contra el muro que ella representa. Por eso, más que nunca nuestro mensaje es indudablemente nuestra vida. El ministerio polariza la vida del cristiano, es decir que hace que nuestras virtudes y nuestros defectos se potencialicen. ¿Por qué? Porque nos expone, nos pone bajo presión.

Nuestro mayor poder de convencimiento es nuestra autenticidad. En este mundo tan interesado en la imagen, todo es engañoso; nada parece ser verdadero, por eso, si perdemos la autenticidad del ministerio, ¡perdemos el ministerio! Cada vez hay más títulos entre los pastores: predicador, pastor, apóstol, obispo, patriarca; ¡parece que existe una escalada jerárquica para obtener un título y luego otro! Sin embargo, cuando el apóstol Pablo se presenta en sus cartas, generalmente lo hace con expresiones como “siervo” o “esclavo de Jesucristo”. Estos términos remiten a algunas imágenes muy interesantes de aquel tiempo; una de ellas muy particular es la de los esclavos. Estos hombres estaban en las bodegas de las grandes embarcaciones, y su única función era remar hasta morir. Cuando esto ocurría, les sacaban los grilletes y los tiraban al agua. Pero estos hombres que trabajaban en total anonimato hacían que el barco avanzara. Al presentarse como esclavo, Pablo está diciendo: “Yo soy uno de esos que no espera títulos ni nombres, que no quiere estar en la popa ni en la proa, en la cartelera, en las placas recordatorias. Soy uno de los que están abajo, y mi único cometido es que la obra del Señor avance”.

De eso se trata. No es una actividad más; la idea es que nos subamos a un barco donde todos estamos en la bodega, dispuestos a servir al Señor sin importar quién tenga que estar en el frente. Difícilmente este país pueda tener un destino mejor si nuestra preocupación son los títulos, los nombres o las posiciones. Ahora, si estamos dispuestos a ser ese tipo de siervo que Pablo describe en la bodega, que rema y está dispuesto a entregar su vida, Argentina será transformada para la gloria de Dios. Por eso, te animamos a que seas parte e involucres a tu iglesia, a que seas uno de los remeros que hacemos avanzar la obra de Dios y llevamos la luz de Jesucristo allí donde hay oscuridad.

CONOCER AL ADVERSARIO

Por Carlos Annacondia

 

Sin embargo, muchas veces los creyentes ignorar al diablo, pensando que de esa manera no serán atacados o que es algo de lo que no hay que preocuparse. Pero él es nuestro adversario, y debemos conocer con qué armas cuenta.

Nuestra lucha es contra el diablo y su ejército. Él es nuestro enemigo. ¿Podemos entonces hablar de él? Claro que sí. Es un diablo derrotado, vencido. Pero es necesario que la Iglesia conozca ciertas cosas de él: ¿cuál es su objetivo, a qué vino, cuáles son sus artimañas? Ningún hijo de Dios debe tener temor de hablar de los propósitos de Satanás. Él debe ser descubierto. He conocido mucha gente que tiene temor hasta de pronunciar su nombre, pensando que tal vez si lo ignora estará fuera de su alcance. El diablo fue vencido, lo venció Jesús, y Él nos dio autoridad para que lo venzamos también nosotros. Ignorarlo no hará que nos respete.

Dice la Palabra del Señor en Juan 10:10 que él vino para robar, matar y destruir. Su único propósito en esta tierra es perturbar y destruir completamente la creación de Dios, a nosotros, sus hijos. Al diablo no le importará la actitud que tomemos. Siempre seremos su blanco y su objetivo.

Una cosa es glorificar al diablo y ver demonios por todos lados, y otra cosa es ignorarlo. Es un severo peligro creernos inmunes. Creer que Satanás no puede tocarnos es un riesgo. Él no nos toca si vivimos plantados en la Palabra. Por eso el apóstol Pablo dice que debemos ser llenos del Espíritu Santo y no darle ocasión al diablo, para que no tome ningún lugar en nuestra vida: “ni deis lugar al diablo” dice Efesios 4:27.

Debemos vivir en santidad, firmes en la Palabra de Dios, porque el diablo nos toma cuando nos descuidamos. Una de sus principales armas es infundir temor sobre aquellos que pretendemos descubrirlo o hacerle frente. Pero todo aquel que lo resiste debe saber que tiene autoridad dada por Dios para ordenarle en el nombre de Jesús. Podrá presentar muchas formas y manifestaciones, pero él es mentiroso y no puede desoír ni desobedecer la autoridad que tenemos en el nombre de Jesús.