Autor: Ministerio de Plantación de Iglesias.
Reviví junto a nosotros el panel nuestro encuentro UAD online 2020.
Visítanos en nuestro canal de Youtube https://www.youtube.com/channel/UCuRfEUrp3iPp5WFBmhkNE7w/featured
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Autor: Ministerio de Plantación de Iglesias.
Es para nosotros un agrado poder compartirles el segundo encuentro del Ciclo de Conferencias “Semillero” del Ministerio de Plantación de Iglesias, el cual desarrollamos cada segundo viernes de cada mes. Esperamos que sea de bendición. Para más información pueden escribir vía whastapp al +54 9 11 2335-39
Con Saara y Juan Carlos Melo
Autor: Ministerio de Plantación de Iglesias.
Es para nosotros un agrado poder compartirles el segundo encuentro del Ciclo de Conferencias “Semillero” del Ministerio de Plantación de Iglesias, el cual desarrollamos cada segundo viernes de cada mes. Esperamos que sea de bendición. Para más información pueden escribir vía whastapp al +54 9 11 2335-3920
Por Juan Carlos Melo
El desarrollo y crecimiento del ministerio de un pastor, o de un líder, debería dar como resultado el que se convierta en un multiplicador de nuevos obreros. Esto en la práctica debe ser intencional para evitar lo que ahora las nuevas generaciones viven al sentir que los líderes actuales no quieren empoderarles dentro de la estructura de la iglesia y de la denominación.
“Muchos pueden llegar a mirar a su liderazgo como un corcho que no permite su crecimiento y esto produce una tensión generacional entre los líderes de hoy y los del futuro.”
La mejor manera de no generar esta ruptura o conflicto intergeneracional, que puede incluso dividir y producir profundos daños en las relaciones y en las estructuras de la iglesia, es desarrollando líderes y pastores que multipliquen iglesias con un liderazgo intencional y que comprende que parte vital de su función es dejar que otros hagan los mismo y hasta mejor que ellos, como preparación para cuando ellos ya no estén.
“Es fundamental alentar la transformación del pastor de una iglesia local a convertirse en pastor de pastores, cambiando no solo su función sino su influencia a través del mentoreo.”
Una cosa es pastorear una congregación de 100 a 200 personas y otra cosa es mentorear, empoderar y multiplicarse en otros, y no para tener una congregación de 200 ó 300 miembros, sino con el fin de ser una iglesia descentralizada y que empodera más líderes bajo el mentoreo de un pastor experimentado y así multiplicar congregaciones bajo modelos de iglesias satélites o hijas, de esta manera la multiplicación da como fruto la transformación.
Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/05/11/de-lideres-a-multiplicadores-dr-juan-carlos-melo/
Por Carlos Sokoluk
La llegada de un bebé deseado siempre es motivo de alegría. Es innegable que con el arribo del nuevo miembro de la familia se produce una renovación y cambios que afectan a todos los miembros.
Un bebé tiene la capacidad de nuclear no solo a los familiares sino aun a los amigos y conocidos. Hasta opinan sobre la elección del nombre. Todos se involucran aportando de lo que tienen o lo que saben. La abuela teje los escarpines, el abuelo hace gala de sus habilidades en la carpintería fabricando una cuna. Cada uno hará una parte: el que sube las fotos a las redes sociales, el papá que pinta la habitación con el color apropiado, el hermanito apenas un poco mayor se encarga de darle el chupete casi como si fuera un tapón para que no salga más llanto, el adolescente (quizá aprovechando que sus amigos no lo ven) sacia su curiosidad y necesidad de brindar afecto levantando en brazos a ese pequeño familiar. Las tías y amigas de la mamá hacen lo suyo obsequiando ropitas “paquetísimas” para que el bebé luzca irresistible. Hasta el perro participa sentado en silencio al lado del “cochecito” cumpliendo con su deber de montar guardia. Y por sobre todo la mamá se encarga de alimentar, proteger y ocuparse por entero de las necesidades del exigente recién llegado.
Todos querrán tener algo que ver cuando haga falta y aportarán algún consejo y ayuda oportuna cuando surja alguna situación que demande preocupación.
La rutina de los integrantes de la familia, los horarios y hasta sus hábitos se verán modificados. De un modo semejante toda la familia de la U.A.D. hoy aguarda con muchas expectativas lo que está por suceder en su medio. Hay noticias de muchos embarazos que en algunos meses se convertirán en bebés, o sea “las iglesias nacientes”. Todos vamos a participar de la alegría, a la vez que nos amplía la visión y redirecciona nuestro ministerio. Nuevas perspectivas atraerán la atención pastoral, asumiremos nuevos desafíos, tendremos grandes expectativas.
Si la iglesia madre es saludable, todo esto ocurrirá no sólo una vez sino cada nueva iglesia que se planta. ¡Será como una inyección de vida! Los miembros de la congregación tendrán oportunidad de ministrar con sus dones. Habrá lugar para la creatividad de los jóvenes, para el aporte de la experiencia adulta, para ser parte de la intercesión y de los milagros que van a ocurrir. El emprendimiento es grande, pero sin lugar a dudas muchos están esperando que esta puerta se abra para apoyar.
Nuestra iglesia de Argentina ya está inmersa en las actividades evangelísticas en sus diversas modalidades, en organizar los departamentos, en las ofrendas para la compra de terrenos, en la construcción de los templos. Todo esto hará que pastores, obreros, hombres, mujeres, jóvenes y aún adolescentes, luego de haber dado lo mejor de sí mismos, disfruten del resultado de su trabajo al ver las almas a los pies de Cristo, vidas cambiadas, familias restauradas cumpliendo así la voluntad de Dios. Cada uno habrá sido parte de la transformación del nuevo “bebé” en una bien desarrollada y saludable iglesia.
Por Gustavo Rossi
El sueño de todo ministro es ser parte del crecimiento del Reino de Dios y ver a los perdidos correr a los pies del Señor.
Intentamos implementar un sin fin de cosas para hacer crecer su obra y muchas veces nos sentimos cansados y frustrados al no ver los resultados. Viene entonces una sensación de fracaso a nuestras vidas y nos sentimos tentados a dejarlo todo.
Esta historia tan conocida nos puede dar algunas ideas para avanzar y encontrar herramientas útiles para el ministerio que Dios nos entregó.
Lucas 5:4-7 “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.”
¡La historia de la pesca milagrosa es apasionante! En estas vacaciones, en una tarde mientras estábamos descansando, pudimos ver un tipo de pesca muy parecida a la que realizaban en los días de Jesús, le llamaban la “encerrona” donde todos en la playa ayudaban para encerrar a la mayoría de los peces. Consiste en un barco que al entrar a aguas profundas, arrojan de punta a punta de la playa una gran red y luego todos tiran de ambos extremos encerrando a todos los peces que había por allí.
De esta historia se desprende tres herramientas para tener una pesca milagrosa:
Los peces, junto a la cruz, son los símbolos más utilizados por la cristiandad desde el comienzo de la iglesia del Señor. Están presentes por todas partes y muy particularmente en las lunetas de los autos como un distintivo de que somos Hijos de Dios.
Los peces simbolizan las almas de los hombres, como bien Jesús le expresó a Pedro: “te haré pescador de hombres”
Cuando comenzamos a servir al Señor nuestro enfoque está en los peces, en ganarlos para Cristo, pero con el tiempo el ministro corre el riesgo de ir perdiendo el enfoque. Comenzando a olvidarse de lo trascendente y enfocándose en lo que no lo es tanto.
Muchos terminan poniendo su enfoque en el templo, el sonido, las luces, las butacas muy cómodas y dejan de concentrarse en lo importante.
La iglesia que crece y avanza es la que nunca perdió su amor por los perdidos
Que todas las actividades que hagas en la congregación tengan como fin ganar las almas.
Que el ADN de tu congregación sea ganar a los perdidos
Tenemos que pedirle amor por los peces, amor por las almas. Nuestro corazón debe volver a palpitar por los perdidos y derramar lágrimas por ellos.
Nada significativo podré hacer solo, pero cosas grandes lograremos si aprendemos a trabajar en equipo.
En otro tiempo el pastor era el hombre orquesta, toda la tarea la realizaba él. Llevándolo muchas veces al agotamiento o el stress por un lado, y a una cierta limitación por el otro, ya que no tenemos ni todos los dones, ni todo el conocimiento acerca de como hacer las cosas.
Nuestro desafío para trabajar en equipo es confiar en otras personas y permitir que otros aprendan la tarea y puedan crecer a nuestro lado.
El discípulado consiste en gran medida, en compartir lo aprendido a otras personas y no adueñarme del saber.
Todos nos hemos equivocado y hemos cometido errores, pero alguien confió en nosotros, nos enseñó y nos tuvo paciencia. ¡Cuántas torpezas hemos cometido en nuestro deseo de servir al Señor!
Formar equipos de trabajo es un gran desafío. Transmitir la Visión, detectar los talentos adecuados a cada área de servicio y que luego puedan a su vez ensamblarse para funcionar como un verdadero Equipo.
Todo lo que se hace en la iglesia en un efecto embudo, debe tener la finalidad de ganar a las almas y luego integrarlas a la familia de la Fe.
La pesca milagrosa, fue milagrosa porque todos tiraron en la misma dirección y trabajaron en equipo.
Alguien dijo que: “el verdadero milagro es ponerse de acuerdo”
Unos remaron, otros tendieron las redes, otros encerraron a los peces y aún cuando era tan grande la cantidad tuvieron que pedir ayuda a la otra barca y juntos encerraron una gran cantidad de peces.
Pidámosle a Dios un equipo y luego la sabiduría para formar ese equipo.
Cuán importante es pensar en que metodología estamos utilizando para alcanzar a los perdidos, para integrarlos a la iglesia y para ayudarles a crecer.
Muchos piensan que solo teniendo un culto por semana es suficiente para lograr este objetivo, pero no lo es.
La metodología es la herramienta que vamos a utiliza solo para lograr este objetivo.
Oremos y busquemos la más adecuada para optimizar los esfuerzos.
Los grupos pequeños son una muy buena estrategia para poder organizarnos en pos de ver a los perdidos llegar a Jesus.
Llevando la iglesia a las casas, preocupándonos por cada nuevo convertido y haciendo discípulos para que ellos también en un corto plazo de tiempo, hagan por otros lo que hicieron por ellos.
Es el tiempo de oír la voz del Señor diciéndonos: “echad las redes” y que podamos alcanzar las almas para su Reino. ¡Adelante no te detengas!
La ley divina universal implantada por Dios es el crecimiento., todo crece… Nosotros también
Por Pastor Ruben Potanski
Comencé a dar mis pasos en el camino del Señor y adolescente a la edad de 13 años sirviendo en un grupo de jóvenes en una pequeña Iglesia Bautista
Luego más tarde me bauticé a los 16, y recibí el bautismo del Espíritu Santo a los 18 años; ya en una iglesia de linea pentecostal y desde entonces no deje de servir pasando por distintas áreas de servicio de la iglesia
Era el tiempo de las campañas de Carlos Annacondia y junto al grupo de jóvenes de la iglesia nos reuníamos antes de cada culto en la cocina de la iglesia para orar y ser llenos del Espíritu Santo. Fue un tiempo de mucha búsqueda y mucha gracia de Dios derramada sobre la vida de muchos de los jóvenes que nos juntamos para orar.
Ya de casados con mi esposa Susy quién ha sido para mi vida y ministerio un apoyo invaluable hasta aquí y con los chicos pequeños decidimos congregarnos en la iglesia Cristo Rey qué pastorea el pastor Rubén alegre, ya que vivíamos en el barrio, y así evitar viajes y demoras y el costo de los mismos
Fuimos inspirados por ellos para estudiar en el instituto bíblico a medida que servíamos en la iglesia y para ser sincero nos fuimos involucrando y de repente nos encontramos Viajando a la ciudad de Moreno para apoyar una obra que había comenzado la iglesia con una familia de Aquel lugar
Todo sucedió muy rápido y en medio de dos o tres meses en el año 1997 nos encontramos haciéndonos cargo de Aquel lugar y comenzando oficialmente a desarrollar nuestro ministerio.
Pasamos todo tipo de experiencias y necesidades Dios ha sido fiel hasta aquí y nos ha sostenido y muchas veces pienso si nos tocará comenzar de nuevo Cómo haríamos las cosas
Hemos emprendido desafíos alocados que no sé si con la experiencia actual volveríamos a hacerlo una cosa si se, que lo que hasta aquí se ha hecho Dios lo ha permitido y no me arrepiento de todo el esfuerzo y trabajo invertidos en la obra de Dios
Ya con nuestros hijos grandes, 2 casados con hijos de ministros y Cindy la menor sirviendo al señor con todo su corazón, no dejó de dar gracias a Dios por cada etapa de mi vida en la que él ha moldeado no sólo nuestras vidas personales si no cada integrante de nuestra familia
A la fecha estamos agradecidos al señor por la familia de creyentes que nos permite pastorear y la oportunidad de estar al frente del ministerio con tres obras aquí en Buenos Aires y una en Santiago Del Estero
Mas la desafiante experiencia de cada día estar en contacto con tantos Misioneros que apoyamos y orar para que Dios les respalde en sus proyectos
Aquella palabra de 1a Samuel Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado El señor sigue siendo vital para mí y mi esposa qué nos toca afrontar en este tiempo nuevo desafíos diferentes a los primeros pero que nos dan la satisfacción de saber que estamos siendo útiles al señor
Ya con algunos dolores y con una vitalidad asentada por los años no Como cuando éramos jóvenes Nos gozamos en ver la obra de Dios y los frutos obtenidos en estos 22 años de ministerio
Es alentador ver a nuestros hijos involucrados en la obra de Dios y a tantos hijos espirituales servirle con tanta pasión con el afán de seguir ganando almas.
Es mi deseo con estas palabras poder alentar aquellos jóvenes que se inician en la obra de Dios, o no tan jóvenes que están dando los primeros pasos para decirle que Dios siempre tiene en cuenta el esfuerzo y el trabajo y el amor con que servimos a los santos y su galardón llega a nuestros corazones.
Antes de terminar quisiera traer a memoria aquella palabra que se encuentra en Mateo 25 en la parábola de los talentos, en la que el Señor de aquellos siervos le quita el talento a aquel que tenía uno y se lo da al que tenía diez.
Los diez talentos significan el fruto de la trayectoria, la fidelidad, la dedicación, el esfuerzo y compromiso hacia la encomienda que el Señor nos ha dado, pero el talento número once es el que me emociona, porque es el fruto de la gracia de Dios y es mucho mejor que el fruto de nuestra experiencia de servicio.
Trabajemos de manera que podamos ser bendecidos por Dios con su gracia y digamos, como siempre digo en los altares de consagración: SEÑOR, COMO TU QUIERAS, CUANDO TU QUIERAS Y DONDE TU QUIERAS, ESTOY DISPUESTO