En la ruta

Autor: Juan Carlos Melo
¿Cuál será la ruta de la Iglesia para los próximos años?
Se dice que las iglesias que pasan los tres primeros años la curva de crecimiento, después pasan a una curva de fatiga y pasan a ser un movimiento, una máquina, un monumento o un museo. Eso le pasa a las denominaciones, a las iglesias locales, al liderazgo y también a los procesos. Pero cuando un líder, cuando una denominación, cuando un país empieza a ver el pasado y piensa que éste era mejor que el futuro, está decaído.
Está mirando hacia abajo y empieza a hacer monumentos al pasado. El pasado de la Iglesia no puede ser mejor que el futuro, si Cristo está en su futuro. Lo que hicieron los pioneros en Centroamérica y en América Latina es maravilloso y se les bendice en el nombre de Jesús; pero eso no puede ser mejor que lo que viene. Hay que honrar aquello, y celebrar lo que Cristo va a hacer.
Cuando se empieza a ver el pasado como mejor que el futuro, se está creando monumentos y la siguiente fase es ser un museo. Algo para ver y recordar, glorias pasadas nada más, sin vida. Eso no le puede pasar a la Iglesia del Señor. Hay esperanza en la Palabra del Señor cuando dijo: yo edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán en el avance de la Iglesia, pero la iglesia tiene que avanzar. Si la Iglesia no avanza, entonces ¿qué es lo que avanza? La Iglesia tiene que ir en avance y el avance se tiene que medir en números también.
Las iglesias que pasan los tres a cinco primeros años dejan de evangelizar con la misma fuerza. Se concentran más hacia dentro. La Iglesia debe crecer armónicamente hacia arriba en su devoción al Señor, en su amor al Señor hacia fuera y el amor al prójimo. Lo que es el amor a los necesitados y el amor hacia aquel que no es su hermano, que es el prójimo, y hacer lo que sea necesario para que sea su hermano. Un mandamiento nuevo os doy: “que os améis los unos a los otros”, pero ese mandamiento ya existía en la Ley, el amor al otro, al próximo, pero ¿qué era lo nuevo de esto?
Hay tres niveles de amor que la iglesia debe tener. El amor a Dios por sobre todas las cosas, el amor al prójimo, que no está separado del amor a Dios, porque si no ama al prójimo y dice amar a Dios es falso, por eso es que no tiene impacto en la sociedad, porque se han vuelto iglesias litúrgicas que dicen amar a Dios con cantos, pero salen y no aman al vecino y pierde efectividad. Y el amor a su comunidad.
Los evangélicos de los últimos tiempos han separado el amor de Dios del amor al prójimo. Eso es una herejía. No se puede separar el amor a Dios del amor al prójimo. Se tiene que amar al prójimo de la misma manera que se ama a Dios. Hay que amar a los niños, aunque no diezmen. Hay que amar a los jóvenes. Que no pase como en la generación de Josué donde cada uno hacía lo que bien le parecía porque no conocían a Dios, porque sus padres no les mostraron el camino.
Dios ama a Latinoamérica y este es el tiempo del Señor y quienes pertenecen a una denominación, quienes son pastores en países y en ciudades, tienen que aprovechar y avanzar porque ahora hay un tiempo en el que de cada tres personas a las que se les comparte el evangelio, una le dice sí al Señor Jesucristo.
Eso es avivamiento, pero no se lo está aprovechando. Hay que ir afuera. Hay que ir a cosechar. Hay que orar por obreros para la gran cosecha. El Señor ni siquiera pide que oren por la mies sino más bien por obreros. Hay que multiplicar obreros. Los líderes tienen un poder en las manos, un poder espiritual. Dios no se mueve si no es con el liderazgo de su iglesia. Si el liderazgo de la iglesia cree, Dios obra. Si el liderazgo de la Iglesia no cree, Dios no obra y esa es la responsabilidad del liderazgo. Del Génesis al Apocalipsis hubo un Abraham, un Moisés, un Josué, un Jeremías que guiaban al pueblo.
Volver al principio
Hay que volver a las rodillas. Una iglesia que no ora es una iglesia en derrota. Hay que volver a estar bajo la influencia del Espíritu Santo, en santidad, porque los dones del Espíritu sin santidad no se saben qué son. Se necesita clamar al Señor. Clamar a Cristo y empoderar nuevos líderes. Empoderar la nueva generación. ¿Qué se va a dejar en esta tierra: bloques y ladrillos, con cementos y techos? El Señor no viene por eso. El Señor viene por gente redimida.
Si hubiera que plantar nuevas congregaciones, usando el ejemplo de Asambleas de Dios en El Salvador que tiene un promedio de 100 miembros, entonces habría que plantar cada año cincuenta iglesias de 100 discípulos cada una para tener un número de 5.000 nuevas iglesias y mantenerse en la curva de crecimiento. Eso no es imposible, pero eso sólo mantiene la curva para no decaer versus el crecimiento poblacional. Se necesita de ahí para arriba para crecer.
Suponiendo que se podrían tener iglesias de cincuenta personas. Esto significaría que serían 100 iglesias de cincuenta discípulos anualmente para mantenerse en la curva de la población. De ahí en adelante cualquier cosa es crecimiento. Pero dentro de estas cifras es primordial tomar en cuenta el número de bautismos, que es una cifra dura porque es crecimiento. Eso significa que hay un crecimiento por evangelismo y no por reciclaje de membresía. El reciclaje de membresía no hace crecer el Reino. Hace crecer una congregación, pero no el Reino. Es decir, si hay un crecimiento de mil o de cien miembros este año y sólo se bautizaron diez, entonces algo anda mal. Es importante que el crecimiento saludable en la iglesia establecida y en la plantación de iglesia sea medible a través de bautizos. Eso es real, el resto es conversable.
Plantación y desarrollo de iglesias
En panoramas de plantación y desarrollo de iglesias, no se puede dejar de hablar de la ética del Reino de Dios. Ésta implica muchas cosas, pero en plantación de iglesias hay algo que no se debe hacer y es pescar en otras peceras. Muchas veces debido a eso se impide plantar más iglesias. También es anti-ético y sería contradictorio porque el Señor no le ha dado el derecho de ser terrateniente, o espiritualmente hablando, dueño de esa iglesia.
Actualmente no se plantan iglesias con un concepto de comunidad. La mayoría es insensible a la comunidad donde está porque son iglesias pobres. Las iglesias evangélicas en su mayoría, 99.9%, no son sembradas con un concepto misionológico.
El triángulo misionológico dice: Dios, Iglesia y comunidad; y si se tuviera ese enfoque desde el principio, entonces se entendería que cualquier cosa que rompe la relación con la comunidad no debe hacerse porque la existencia y la razón de ser de la Iglesia delante del Señor no es cantar, es ganar esa comunidad.
El triángulo misionológico es clave y esto se enseña dentro de los materiales que los plantadores reciben. De hecho el primer módulo es cien por ciento análisis de comunidad y se le da herramientas para que vaya y haga un análisis de comunidad y entreviste a los líderes. Aquí es importante saber que el 80% de los pastores no tiene una buena relación, o una relación sólida, con los presidentes de los barrios donde están sus congregaciones. Nunca se han tomado un cafecito. Es más no saben quiénes son y cuando saben es porque están peleados.
Hay que entender y ubicarse bíblica y teológicamente. La Iglesia no existe porque es bonita. La Iglesia existe porque existe un Dios de Misión. Dios está en misión y para eso existe la Iglesia, para cumplir la misión de Dios en la tierra. Hay que caminar y cumplirla. Si deja de hacer esa misión, entonces deja de tener esencia y se convierte en club religioso, de muy mal gusto por cierto.La Iglesia existe para la misión.
Más del 70% de membrecía de una iglesia no pertenece al barrio donde está la iglesia. Vienen de todo lado porque no les importa el barrio. Actualmente en muchas ciudades, debido a las normas ecológicas, están cerrando congregaciones. Las autoridades reciben quejas de las iglesias porque tienen el volumen demasiado alto. Le dan demasiado énfasis a las formas. Debería haber dos cosas bien claras sobre los cánticos en las iglesias, y no se refiere a la adoración porque en la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis es obedecer, no cantar. Algunos creen que la unción está en el volumen, por eso se ha vuelto tan poco efectiva.
La Iglesia existe para su comunidad. Analice su comunidad y mire como está en relación a la iglesia, y pida en esa pasión al Señor una visión y una misión para el proceso de esa comunidad porque antes de que usted llegue allí, Dios ya estuvo ahí.
Haga un análisis no sólo de cantidad sino de calidad, de cuánto impacto tiene en la sociedad al estilo de la iglesia primitiva, que tenía favor con el pueblo y se añadían los que debían ser salvos. El Señor va a añadir cada día a los que quiera a la Iglesia, cuando la Iglesia tenga favor con la comunidad. Hay que amar al prójimo. Mostrar a Cristo a la sociedad. Carácter, conducta e imagen del varón perfecto que es Cristo Jesús.
Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/03/14/en-la-ruta-dr-juan-carlos-melo/

El nacimiento de una iglesia

Por Carlos Sokoluk

La llegada de un bebé deseado siempre es motivo de alegría. Es innegable que con el arribo del nuevo miembro de la familia se produce una renovación y cambios que afectan a todos los miembros.

Un bebé tiene la capacidad de nuclear no solo a los familiares sino aun a los amigos y conocidos. Hasta opinan sobre la elección del nombre. Todos se involucran aportando de lo que tienen o lo que saben. La abuela teje los escarpines, el abuelo hace gala de sus habilidades en la carpintería fabricando una cuna. Cada uno hará una parte: el que sube las fotos a las redes sociales, el papá que pinta la habitación con el color apropiado, el hermanito apenas un poco mayor se encarga de darle el chupete casi como si fuera un tapón para que no salga más llanto, el adolescente (quizá aprovechando que sus amigos no lo ven) sacia su curiosidad y necesidad de brindar afecto levantando en brazos a ese pequeño familiar. Las tías y amigas de la mamá hacen lo suyo obsequiando ropitas “paquetísimas” para que el bebé luzca irresistible. Hasta el perro participa sentado en silencio al lado del “cochecito” cumpliendo con su deber de montar guardia. Y por sobre todo la mamá se encarga de alimentar, proteger y ocuparse por entero de las necesidades del exigente recién llegado.

Todos querrán tener algo que ver cuando haga falta y aportarán algún consejo y ayuda oportuna cuando surja alguna situación que demande preocupación.

La rutina de los integrantes de la familia, los horarios y hasta sus hábitos se verán modificados. De un modo semejante toda la familia de la U.A.D. hoy aguarda con muchas expectativas lo que está por suceder en su medio. Hay noticias de muchos embarazos que en algunos meses se convertirán en bebés, o sea “las iglesias nacientes”. Todos vamos a participar de la alegría, a la vez que nos amplía la visión y redirecciona nuestro ministerio. Nuevas perspectivas atraerán la atención pastoral, asumiremos nuevos desafíos, tendremos grandes expectativas.

Si la iglesia madre es saludable, todo esto ocurrirá no sólo una vez sino cada nueva iglesia que se planta. ¡Será como una inyección de vida! Los miembros de la congregación tendrán oportunidad de ministrar con sus dones. Habrá lugar para la creatividad de los jóvenes, para el aporte de la experiencia adulta, para ser parte de la intercesión y de los milagros que van a ocurrir. El emprendimiento es grande, pero sin lugar a dudas muchos están esperando que esta puerta se abra para apoyar.

Nuestra iglesia de Argentina ya está inmersa en las actividades evangelísticas en sus diversas modalidades, en organizar los departamentos, en las ofrendas para la compra de terrenos, en la construcción de los templos. Todo esto hará que pastores, obreros, hombres, mujeres, jóvenes y aún adolescentes, luego de haber dado lo mejor de sí mismos, disfruten del resultado de su trabajo al ver las almas a los pies de Cristo, vidas cambiadas, familias restauradas cumpliendo así la voluntad de Dios. Cada uno habrá sido parte de la transformación del nuevo “bebé” en una bien desarrollada y saludable iglesia.

DE LÍDERES A MULTIPLICADORES

Por Juan Carlos Melo

El desarrollo y crecimiento del ministerio de un pastor, o de un líder, debería dar como resultado el que se convierta en un multiplicador de nuevos obreros. Esto en la práctica debe ser intencional para evitar lo que ahora las nuevas generaciones viven al sentir que los líderes actuales no quieren empoderarles dentro de la estructura de la iglesia y de la denominación.

“Muchos pueden llegar a mirar a su liderazgo como un corcho que no permite su crecimiento y esto produce una tensión generacional entre los líderes de hoy y los del futuro.”

La mejor manera de no generar esta ruptura o conflicto intergeneracional, que puede incluso dividir y producir profundos daños en las relaciones y en las estructuras de la iglesia, es desarrollando líderes y pastores que multipliquen iglesias con un liderazgo intencional y que comprende que parte vital de su función es dejar que otros hagan los mismo y hasta mejor que ellos, como preparación para cuando ellos ya no estén.

“Es fundamental alentar la transformación del pastor de una iglesia local a convertirse en pastor de pastores, cambiando no solo su función sino su influencia a través del mentoreo.”

Una cosa es pastorear una congregación de 100 a 200 personas y otra cosa es mentorear, empoderar y multiplicarse en otros, y no para tener una congregación de 200 ó 300 miembros, sino con el fin de ser una iglesia descentralizada y que empodera más líderes bajo el mentoreo de un pastor experimentado y así multiplicar congregaciones bajo modelos de iglesias satélites o hijas, de esta manera la multiplicación da como fruto la transformación.

 

Recuperado de https://coachingdeplantacion.wordpress.com/2017/05/11/de-lideres-a-multiplicadores-dr-juan-carlos-melo/

¿Por qué iglesias?

Autor: Red de Multiplicación 

Es posible que usted se haya preguntado:

“¿Por qué sembrar más iglesias si millones de personas sufren diaramente por carencia de agua potable, enfermedades, etc? ¿No deberíamos construir pozos de agua y clínicas en lugar de sembrar más iglesias?

Son preguntas muy válidas, sin embargo en Efesios 3:10 Pablo dice: “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia”… A pesar de las circunstancias que cada persona está atravesando, cuando conocen a Dios y se integran a una comunidad local de creyentes; la desesperanza desaparece.

Cuando una iglesia saludable es sembrada en una comunidad local, nacen también líderes que se sienten capaces de lograr un cambio a través del Espíritu Santo. Con renovadas esperanzas, estos líderes locales establecen una variedad de ministerios sostenibles, que contribuyen a transformar sus comunidades.

Una respuesta integral y contextualizada a todo tipo de necesidades humanas se puede lograr a través de las comunidades locales de creyentes que pueden compartir el amor de Cristo en todas las clases de manera práctica. Los programas que ofrecen educación sobre el SIDA y la violencia doméstica pueden trabajar a través de la iglesia por un impacto duradero.

Queremos ver más iglesias y mejores iglesias.

Más familias y comunidades transformadas a través del poder de Jesús.

Recuperado: https://www.reddemultiplicacion.com/quienes-somos/por-que-las-iglesias

LA LEY DIVINA UNIVERSAL IMPLANTADA POR DIOS ES EL CRECIMIENTO.

Por Pastor Ruben Potanski

Comencé a dar mis pasos en el camino del Señor y adolescente a la edad de 13 años sirviendo en un grupo de jóvenes en una pequeña Iglesia Bautista

Luego más tarde me bauticé a los 16, y recibí el bautismo del Espíritu Santo a los 18 años; ya en una iglesia de linea pentecostal y desde entonces no deje de servir pasando por distintas áreas de servicio de la iglesia

Era el tiempo de las campañas de Carlos Annacondia y junto al grupo de jóvenes de la iglesia nos reuníamos antes de cada culto en la cocina de la iglesia para orar y ser llenos del Espíritu Santo. Fue un tiempo de mucha búsqueda y mucha gracia de Dios derramada sobre la vida de muchos de los jóvenes que nos juntamos para orar.

Ya de casados con mi esposa Susy quién ha sido para mi vida y ministerio un apoyo invaluable hasta aquí y con los chicos pequeños decidimos congregarnos en la iglesia Cristo Rey qué pastorea el pastor Rubén alegre, ya que vivíamos en el barrio, y así evitar viajes y demoras y el costo de los mismos

Fuimos inspirados por ellos para estudiar en el instituto bíblico a medida que servíamos en la iglesia y para ser sincero nos fuimos involucrando y de repente nos encontramos Viajando a la ciudad de Moreno para apoyar una obra que había comenzado la iglesia con una familia de Aquel lugar

Todo sucedió muy rápido y en medio de dos o tres meses en el año 1997 nos encontramos haciéndonos cargo de Aquel lugar y comenzando oficialmente a desarrollar nuestro ministerio.

Pasamos todo tipo de experiencias y necesidades Dios ha sido fiel hasta aquí y nos ha sostenido y muchas veces pienso si nos tocará comenzar de nuevo Cómo haríamos las cosas

Hemos emprendido desafíos alocados que no sé si con la experiencia actual volveríamos a hacerlo una cosa si se, que lo que hasta aquí se ha hecho Dios lo ha permitido y no me arrepiento de todo el esfuerzo y trabajo invertidos en la obra de Dios.

Ya con nuestros hijos grandes, 2 casados con hijos de ministros y Cindy la menor sirviendo al señor con todo su corazón, no dejó de dar gracias a Dios por cada etapa de mi vida en la que él ha moldeado no sólo nuestras vidas personales si no cada integrante de nuestra familia

A la fecha estamos agradecidos al señor por la familia de creyentes que nos permite pastorear y la oportunidad de estar al frente del ministerio con tres obras aquí en Buenos Aires y una en Santiago Del Estero

Mas la desafiante experiencia de cada día estar en contacto con tantos Misioneros que apoyamos y orar para que Dios les respalde en sus proyectos

Aquella palabra de 1a Samuel Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado El señor sigue siendo vital para mí y mi esposa qué nos toca afrontar en este tiempo nuevo desafíos diferentes a los primeros pero que nos dan la satisfacción de saber que estamos siendo útiles al señor

Ya con algunos dolores y con una vitalidad asentada por los años no Como cuando éramos jóvenes Nos gozamos en ver la obra de Dios y los frutos obtenidos en estos 22 años de ministerio

Es alentador ver a nuestros hijos involucrados en la obra de Dios y a tantos hijos espirituales servirle con tanta pasión con el afán de seguir ganando almas.

Es mi deseo con estas palabras poder alentar aquellos jóvenes que se inician en la obra de Dios, o no tan jóvenes que están dando los primeros pasos para decirle que Dios siempre tiene en cuenta el esfuerzo y el trabajo y el amor con que servimos a los santos y su galardón llega a nuestros corazones.

Antes de terminar quisiera traer a memoria aquella palabra que se encuentra en Mateo 25 en la parábola de los talentos, en la que el Señor de aquellos siervos le quita el talento a aquel que tenía uno y se lo da al que tenía diez.

Los diez talentos significan el fruto de la trayectoria, la fidelidad, la dedicación, el esfuerzo y compromiso hacia la encomienda que el Señor nos ha dado, pero el talento número once es el que me emociona, porque es el fruto de la gracia de Dios y es mucho mejor que el fruto de nuestra experiencia de servicio.

Trabajemos de manera que podamos ser bendecidos por Dios con su gracia y digamos, como siempre digo en los altares de consagración: SEÑOR, COMO TU QUIERAS, CUANDO TU QUIERAS Y DONDE TU QUIERAS, ESTOY DISPUESTO

A la manera de Dios

Por Gonzalo Caloustian

Al comenzar una nueva iglesia buscamos muchas veces, en un estado de casi desesperación, el relato de quienes ya han recorrido un camino y pueden contarnos desde la experiencia. Es así que nuestros oídos intentan retener todo lo oyen.

Es por eso que los primeros tiempos son muy especiales. Estamos llenos de preguntas: ¿Debo orar más? ¿Ayunar más? ¿Qué método es el correcto? ¿Qué hizo tal o cual para que le vaya tan bien? ¿Es unción, más oración, mejor liderazgo? ¿Cómo aplico lo aprendido en el seminario? ¡Cómo no me enseñaron esto! Cada día una pregunta y un desafío nuevo…

Nos hacemos cargo de todo lo que vemos que sucede en la iglesia, de forma tal que hasta cuando alguien se resfría nos surge la pregunta: ¿Me estará faltando fe y por eso se me enferman? Sí, nos sos el único, nos pasa a todos.

Todo eso fue lo que sucedió en mis inicios pastorales. No puedo olvidar estar sentado en el piso del patio de mi nueva casa escuchando una serie de trece casetes de audio y ser abstraído por cada testimonio, camino y milagros que un pastor, ahora de miles, relataba sobre sus inicios.

Fe, fe y más fe era todo lo que mi corazón recibía. Fe para conquistar, para creer, para obrar con sabiduría e inteligencia, para comprar y edificar, fe…

Abrir una nueva Iglesia es emocionante, todo comienza de cero, cada ministerio y área de la iglesia se construye de manera casi artesanal. La tarea al comienzo pasa casi en su mayoría por nuestras manos.

Ahora nuestra nueva iglesia empieza a crecer y se presenta una gran decisión espiritual de las que humanamente no tienen sentido y que vamos a tener que tomar el resto de nuestras vidas, en el resto de nuestro ministerio pastoral: ¿Tenemos que abrir nuevas iglesias? ¿Debo sembrar mis mejores lideres? ¡Nooo! ¡Los necesito!

 

Pero sabemos que hacer las cosas a la manera de Dios es lo que realmente después trae bendición; y déjenme decir algo ¡DIOS QUIERE QUE PLANTEMOS IGLESIAS!

En el nuevo testamento, Antioquía fue todo un suceso en la historia de la iglesia ¡Los empiezan a llamar cristianos! Una iglesia que le predicaba a todos con un mensaje que restauraba y edificaba, una iglesia en la que el poder Espíritu Santo marcaba el rumbo y el pulso. Maestros, profetas, todos muy bien recibidos para que la iglesia de Antioquía fuera edificada. Sin embargo, llego también ese gran día: ¡DIOS QUERÍA QUE PLANTARÁN IGLESIAS!

KiLeemos en Hechos 15:2-3 que “Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado». Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron“. Me imagino este pensamiento solapado en algunos de los que estaban presentes: “…No, Pablo no, Bernabé menos. Los tenemos hace poco y son de mucha bendición… “. Pero la Biblia nos dice que los que ayunaban y oraban vieron lo que Dios quería y no lo que su necesidad mostraba.

Antioquía supo escuchar el latido del corazón de Dios: que todos puedan conocerle y recibirle en su corazón. Fue precursora, visionaria ¡Se brindó a todo el mundo! Abrió un camino a la evangelización mundial que nunca más se detuvo y nos bendice hasta el día de hoy.

Todos los que hoy hacemos la gran obra de Dios, queremos que suceda a Su manera y en el tiempo de Su voluntad. Dios quiere que nuestro amado país, lleno de colonias, pueblos y ciudades, tenga una iglesia en la que miles escuchen el mensaje de esperanza que cambia el mundo: JESÚS.

¡A SU MANERA SIEMPRE HAY BENDICIÓN!

semilla creciendo

Plantación de Iglesias

LA LEY DIVINA UNIVERSAL IMPLANTADA POR DIOS ES EL CRECIMIENTO.

La ley divina universal implantada por Dios es el crecimiento., todo crece… Nosotros también

Por Pastor Ruben Potanski

Comencé a dar mis pasos en el camino del Señor y adolescente a la edad de 13 años sirviendo en un grupo de jóvenes en una pequeña Iglesia Bautista

Luego más tarde me bauticé a los 16, y recibí el bautismo del Espíritu Santo a los 18 años; ya en una iglesia de linea pentecostal y desde entonces no deje de servir pasando por distintas áreas de servicio de la iglesia

Era el tiempo de las campañas de Carlos Annacondia y junto al grupo de jóvenes de la iglesia nos reuníamos antes de cada culto en la cocina de la iglesia para orar y ser llenos del Espíritu Santo. Fue un tiempo de mucha búsqueda y mucha gracia de Dios derramada sobre la vida de muchos de los jóvenes que nos juntamos para orar.

Ya de casados con mi esposa Susy quién ha sido para mi vida y ministerio un apoyo invaluable hasta aquí y con los chicos pequeños decidimos congregarnos en la iglesia Cristo Rey qué pastorea el pastor Rubén alegre, ya que vivíamos en el barrio, y así evitar viajes y demoras y el costo de los mismos

Fuimos inspirados por ellos para estudiar en el instituto bíblico a medida que servíamos en la iglesia y para ser sincero nos fuimos involucrando y de repente nos encontramos Viajando a la ciudad de Moreno para apoyar una obra que había comenzado la iglesia con una familia de Aquel lugar

Todo sucedió muy rápido y en medio de dos o tres meses en el año 1997 nos encontramos haciéndonos cargo de Aquel lugar y comenzando oficialmente a desarrollar nuestro ministerio.

Pasamos todo tipo de experiencias y necesidades Dios ha sido fiel hasta aquí y nos ha sostenido y muchas veces pienso si nos tocará comenzar de nuevo Cómo haríamos las cosas

Hemos emprendido desafíos alocados que no sé si con la experiencia actual volveríamos a hacerlo una cosa si se, que lo que hasta aquí se ha hecho Dios lo ha permitido y no me arrepiento de todo el esfuerzo y trabajo invertidos en la obra de Dios

Ya con nuestros hijos grandes, 2 casados con hijos de ministros y Cindy la menor sirviendo al señor con todo su corazón, no dejó de dar gracias a Dios por cada etapa de mi vida en la que él ha moldeado no sólo nuestras vidas personales si no cada integrante de nuestra familia

A la fecha estamos agradecidos al señor por la familia de creyentes que nos permite pastorear y la oportunidad de estar al frente del ministerio con tres obras aquí en Buenos Aires y una en Santiago Del Estero

Mas la desafiante experiencia de cada día estar en contacto con tantos Misioneros que apoyamos y orar para que Dios les respalde en sus proyectos

Aquella palabra de 1a Samuel Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado El señor sigue siendo vital para mí y mi esposa qué nos toca afrontar en este tiempo nuevo desafíos diferentes a los primeros pero que nos dan la satisfacción de saber que estamos siendo útiles al señor

Ya con algunos dolores y con una vitalidad asentada por los años no Como cuando éramos jóvenes Nos gozamos en ver la obra de Dios y los frutos obtenidos en estos 22 años de ministerio

Es alentador ver a nuestros hijos involucrados en la obra de Dios y a tantos hijos espirituales servirle con tanta pasión con el afán de seguir ganando almas.

Es mi deseo con estas palabras poder alentar aquellos jóvenes que se inician en la obra de Dios, o no tan jóvenes que están dando los primeros pasos para decirle que Dios siempre tiene en cuenta el esfuerzo y el trabajo y el amor con que servimos a los santos y su galardón llega a nuestros corazones.

Antes de terminar quisiera traer a memoria aquella palabra que se encuentra en Mateo 25 en la parábola de los talentos, en la que el Señor de aquellos siervos le quita el talento a aquel que tenía uno y se lo da al que tenía diez.

Los diez talentos significan el fruto de la trayectoria, la fidelidad, la dedicación, el esfuerzo y compromiso hacia la encomienda que el Señor nos ha dado, pero el talento número once es el que me emociona, porque es el fruto de la gracia de Dios y es mucho mejor que el fruto de nuestra experiencia de servicio.

Trabajemos de manera que podamos ser bendecidos por Dios con su gracia y digamos, como siempre digo en los altares de consagración: SEÑOR, COMO TU QUIERAS, CUANDO TU QUIERAS Y DONDE TU QUIERAS, ESTOY DISPUESTO.

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