padre abraza su hija

Cómo se si soy buen padre

Por: Sixto Porra

La influencia de los padres se manifestará en la forma en que van a asumir responsabilidades, a socializar y a establecer relaciones interpersonales en el transcurso de sus vidas.

Esta influencia puede impactar y determinar generaciones posteriores como un juego de dominó. La influencia que tengamos en la vida de nuestros hijos puede ser positiva o negativa, dependiendo de la relación que construyamos.

Un padre ejerce una influencia positiva en la vida de sus hijos al inspirar seguridad y confianza. Sabemos que somos buenos padres cuando otorgamos un alto sentido de pertenencia y les ayudamos a construir una fuerte identidad. Nuestra influencia como padres es fuerte, en tanto desarrollemos relaciones significativas con nuestros hijos.

De hecho, uno de los tesoros más valiosos que todos tenemos, son los recuerdos positivos que se acumularon en la mente mientras crecíamos cuando éramos niños y nuestros padres interactuaban con nosotros. Al crear intimidad y vínculos fuertes, desarrollamos relaciones sólidas y construimos memorias de por vida. Como lo expresó Sydney Harris: “El mejor regalo que puede dar a sus hijos después de los buenos hábitos, son los buenos recuerdos”. Al crecer, ellos llevan estos recuerdos como la principal fuente de energía e influencia sobre sus vidas.

Una influencia negativa, en cambio, está delineada por otros factores, como una figura paterna o materna ausente, distante, agresiva o que asume una simple posición de autoridad sin una relación significativa ni íntima.

Hábitos que caracterizan a un buen padre o una buena madre:

Exprese amor. Jamás suponga que ellos saben que usted los ama.

Inspire dignidad y respeto. La forma en la que usted trata a su hijo determina la manera en la que él espera ser tratado por otros. Por eso, trátelo con dignidad y respeto, esto le mostrará la manera saludable de relacionarse con otros.

Provea seguridad en las relaciones familiares. Esto permite que puedan confiar en nosotros como padres. Si mostramos amor incondicional, tendrán la seguridad de seguir siendo amados a pesar de los errores o las circunstancias que enfrentarán al crecer.

Brinde ánimo y reconocimiento; les ayuda a sobreponerse a la adversidad con valentía. Todos necesitamos afirmación; sobre todo de las personas que más admiramos y amamos.

Escuche activamente. Trate de enfocarse en lo que dicen, conéctese con los sentimientos que expresan y valide lo que sienten y piensan; esto les inspira confianza y fortalece su amor propio.

Enseñe sobre el respeto que merecen recibir y que deben dar a otros. Esto permite que expresen sus sentimientos, pensamientos y opiniones libremente, entendiendo que merecen respeto, tolerancia y buen trato de otros; así como ellos deben tenerlo con los demás.

Enseñe normas de sana convivencia. Aprenderán sobre el valor personal y el valor que tienen las demás personas. Como padres estamos invirtiendo en el futuro de nuestros hijos, pues un comportamiento educado y gentil siempre es apreciado y valorado.

Programen vacaciones y días de descanso. Esto genera gratos recuerdos y momentos memorables para todos.

Establezcan tradiciones familiares. Estas son fuente de identidad y fortaleza contra agentes externos dañinos.

Otorgue sentido de pertenencia. Las personas sufren cuando se sienten aisladas, excluidas o sienten que no pertenecen a un grupo de apoyo que los proteja o con el que se identifiquen.

Somos el resultado de la influencia que tuvieron en nuestras vidas las personas más importantes para nosotros y, en la vida de los niños, nadie tiene más influencia que nosotros sus padres. 

 

Recuperado de: https://oramos.com.ar/blog/la-familia-pastoral/como-se-si-soy-buen-padre

UN EJEMPLO A IMITAR

 Por: Por Larry Stockstill

“Y lo hicimos así, no porque no tuviéramos derecho a tal ayuda, sino para darles buen ejemplo.”  2 Tesalonicenses 3:9

 Un pastor es un modelo. Tú puedes cambiar Argentina, si dejas que Dios te cambie a ti. Piensa en un empleado del correo. En una oficina de correo hay sellos de toda clase. La que está ubicada en Mar del Plata, seguramente tiene un sello que dice ‘Mar del Plata’. ¿Pero qué pasa si el sello estuviese mal escrito, si le faltase una letra? Cada sello debería dar la impresión correcta. Algunos dirían: “Espere, cambie el modelo y después siga usando el sello”. 

Los pastores son el modelo de Dios, el sello divino. Él los sostiene en Su mano y deja impresiones grabadas en la vida de la gente. Su carácter es su sello. En el pasaje de La Biblia, Pablo les está hablando a los tesalonicenses al respecto de trabajar duro y dar un modelo que la gente pueda imitar. 

Hace muchos años, comencé a jugar al golf. Alguien me dio los palos de golf pero nunca pude mejorar. Hasta que me dediqué a mirar videos y vi cómo otros golpeaban. Así mejoré, simplemente mirando un modelo. Tú eres un modelo y la gente te está observando, te está imitando.

 

Pablo no tenía ningún problema en decir: “Sean imitadores de mí”. Es una frase dura pero la dijo vez tras vez: “Imítenme a mí, tomen como modelo para sus vidas la mía”. En esa época, no tenían Biblias, no tenían televisión. Lo único que tenían era una persona, un líder, que era como Cristo. Y él decía: “Imítenme a mí de la misma manera que yo imito a Cristo.” 

Predicar es maravilloso, me encanta predicar, pero no se trata de lo que dices, sino de quién eres. Estos hombres que se paran frente a un púlpito son modelos con sus familias, sus finanzas, sus matrimonios, sus iglesias, sus hijos, su pureza, su conducta. Tienes que vivir una vida de modelo. 

Me gustaría que puedas llegar a pensar: “Soy un modelo para la Argentina”. No importa si solo tienes 50 miembros, la gente en tu comunidad está observando tu vida.

Años atrás escuché a un profesor de un Instituto Bíblico que era un gran predicador. Tenía el cabello largo y cuando predicaba movía sus cabellos, por lo que todos los alumnos lo miraban. Uno podía saber quién había sido estudiante de él, porque todos sacudían su cabeza para acomodarse el cabello. ¡Aunque alguno fuera pelado, igual hacía el mismo movimiento! 

 

La gente te está observando, eres un modelo. Tal vez no seas el mejor predicador, pero si mantienes la fidelidad a tu esposa, si crías a tus hijos para que sirvan a Dios, si pagas tus cuentas, si eres honesto con el dinero, si guardas tus promesas año tras año, los demás dirán:

“Ese es un hombre bueno”. No importa cuántas personas tengas en tu iglesia. 

He visto a grandes pastores de grandes iglesias caer moralmente. Si el pastor vive como

un modelo del Señor, aunque tenga cincuenta miembros, merece todo el respeto.

Vivamos como un modelo del Señor.

https://oramos.com.ar/blog/la-personal-del-pastor/un-ejemplo-a-imitar

La confianza construye un matrimonio inquebrantable

Por: Sixto Porras

Uno de los pilares de una relación saludable es la confianza. Es lo que nos permite tener la seguridad de que nuestro amor es para toda la vida y que es agradable vivir cerca de la persona amada.   

Donde hay confianza, hay cercanía, amistad, amor y alegría, por eso es importante poder distinguir los elementos que nos indiquen que nuestra relación se fundamenta en la confianza. 

La confianza es el fundamento de todo matrimonio sólido que tiene una convivencia agradable. Cuando hay confianza eliminamos los celos, no competimos entre nosotros, nos respetamos mutuamente y nos ayudamos mutuamente.  

La confianza da seguridad a la relación, y nos permite reconocer que las intenciones del cónyuge son buenas. Por esta razón, no tenemos malentendidos, sino que, cuando no comprendemos algo, lo aclaramos con libertad y naturalidad, porque tenemos la seguridad de mostrarnos vulnerables.   

Existe confianza en el matrimonio, cuando ambos cónyuges tienen la seguridad de que las intenciones de su cónyuge son buenas. Por lo tanto, no hay lugar para los celos enfermizos, las dudas o la desconfianza.  

La confianza crece cuando nos sentimos libres de mostrarnos vulnerables, y para esto se requiere compartir tiempo, expresar afecto, tener identificación con nuestro cónyuge y evitar la crítica y el menosprecio.  

Nos acercamos cuando valoramos los atributos y virtudes que cada uno tiene, no acumulamos resentimiento y perdonamos pronto los errores cometidos.  

¿Qué daña la confianza? Los gritos y el maltrato. La descalificación. La burla y el menosprecio. La crítica constante. La comparación. El estar corrigiendo al cónyuge constantemente. El menosprecio. El irrespeto a sus sentimientos y opiniones. Los secretos.

Donde no hay confianza… 

Hay temor. Se ocultan las cosas. No sienten la libertad de pedir la ayuda a su cónyuge. Ocultan sus errores y debilidades. Muchas veces temen a la reacción del cónyuge. No se ayudan entre ellos. Se critican mutuamente con frecuencia. No tienen la libertad de expresar sus opiniones. Llegan a conclusiones sobre las intenciones del otro sin tratar de aclararlo. No reconocen las virtudes del cónyuge, ya que solo ven sus defectos. Acumulan resentimiento el uno con el otro. Tratan de controlar la conducta de su cónyuge. Ocultan sus temores, enojos y dolores.Buscan razones para evitar pasar tiempo juntos.

Donde hay confianza… 

Se disculpan con facilidad y no acumulan resentimiento. Pueden trabajar juntos y lo disfrutan. Se dedican tiempo el uno al otro. Aprecian las capacidades de su cónyuge. Ríen juntos. Se admiten los errores. La comunicación es fluida. Se sienten en la libertad de opinar sobre cualquier tema. Se respetan mutuamente. Disfrutan la compañía del cónyuge. Antes de juzgar las intenciones del cónyuge, preguntan para aclarar lo que pasó, ya que no pueden concebir que su cónyuge desee hacerles daño.  Se aceptan las recomendaciones del cónyuge. Nunca se actúa con la intensión de humillar o herir. Se piden consejo y se ayudan mutuamente. Admiten sus debilidades y errores sin temor al rechazo. Se perdonan mutuamente con prontitud.

¿Cómo podemos hacer crecer la confianza en nuestro matrimonio?

Fortalezca su integridad: Tener confianza en el cónyuge, significa que tenemos la plena seguridad de que es la misma persona siempre. Es alguien que no actúa diferente dependiendo de la situación en la que se encuentre. Ser de una sola pieza, significa actuar de acuerdo con nuestros valores y lo que creemos. Esto crea seguridad, y aumenta la confianza en el matrimonio, porque nos permite vivir una relación comprometida y fundamentada en el amor que nos tenemos. 

Cultive la transparencia en su matrimonio. Procure un ambiente donde es natural rendirnos cuentas mutuamente: no tengan contraseñas secretas, sea honesto sobre dónde estaba, con quién y cómo gastó el dinero. Incluso, si hay verdades incómodas o dolorosas, es mejor ser transparente. Recuerde: las personas fuertes admiten cuando se equivocan, y esto genera confianza. Las personas débiles ocultan sus errores o los justifican, y esto debilita la confianza.  

Cuide de la vulnerabilidad de su cónyuge: Para que exista intimidad y confianza, nuestro matrimonio debe ser un lugar seguro para hablar sobre nuestros errores, miedos, fracasos, esperanzas y sueños. Después de ser vulnerables, necesitamos compasión, empatía y amor incondicional; no crítica y rechazo. Del mismo modo, por favor, tenga cuidado de no compartir estos detalles tan íntimos de la vida de su cónyuge con otros. Discutan qué temas íntimos se quedarán solo entre ustedes, y cuáles pueden discutir con otros en un espacio adecuado.  

Las preguntas que surgen son:  

¿Qué cosas debo mejorar para aumentar la confianza de mi cónyuge?  

¿Debo pedir disculpas por algo que no hemos sanado? 

¿Debo perdonar algo que ocurrió hace mucho y que aún recuerdo con resentimiento? 

Si nos proponemos aumentar la confianza en nuestro matrimonio, la armonía crecerá, el ambiente será más agradable y pondremos un fundamento sólido en nuestra relación.  

Recuperado de: https://oramos.com.ar/blog/la-familia-pastoral/la-confianza-construye-un-matrimonio-inquebrantable