Estudiar la Biblia como Matrimonio. 

Por: Gary Thomas

Cuando leen y estudian la Biblia en pareja, fortalecen su intimidad espiritual y desarrollan un sentido de unidad. 

Si usted observa mi Biblia antigua (Mi esposa, Lisa, la restauró muchos años atrás para uno de mis cumpleaños), verá que el índice tiene varias fechas escritas junto a varios libros de la Biblia. Estudiar la Biblia en pareja es una práctica que hemos seguido durante años, y esas fechas indican el día que Lisa y yo terminamos de leer ese libro juntos. 

Satisfacción Matrimonial

Estudiar la Biblia en pareja es una de las prácticas de intimidad espiritual que puede tener un gran impacto en el sentido de unidad de las parejas casadas. Trabajé en un libro con el Dr. Steve y Rebecca Wilke, y escribimos “Luego de décadas trabajando con parejas, podemos con seguridad decir que la satisfacción marital está directamente vinculada a la intimidad espiritual, tanto con el Señor como entre sí.

Cuando las personas están satisfechas con Dios y el plan para sus vidas, disfrutan todo lo que Él les ha dado. Las personas que están rendidas al Señor están también más dispuestas a entregarse a los demás, entendiendo que servir a su esposo o esposa es verdaderamente un acto de adoración a Dios”. 

Muchos libros y artículos sobre matrimonio hablan acerca de la importancia de la comunicación, mantener nuestra intimidad sexual viva y fresca, jugar y reír juntos, y otros aspectos, pero la lectura de la Biblia supera a todas en importancia. Piénselo como: “Escuchar a Dios juntos”, porque la lectura de la Biblia es absolutamente la mejor manera de escuchar a Dios, ya sea de forma individual o en pareja.

Lo que la Biblia dice, lo dice Dios, y es asombroso cuán oportuna puede ser la palabra de Dios incluso cuando la leemos con un calendario. Su Santo Espíritu tiene una manera de ordenar la vida para que leamos justo el pasaje que necesitamos en el momento correcto. 

Iniciadores de conversación 

Si están planeando una salida o un viaje largo y se preguntan: “¿Y si no tenemos nada de qué hablar?”, consideren estudiar la Biblia en pareja como una de las mejores formas de iniciar conversaciones. No es difícil: ¡elijan un libro y lean!  Lisa y yo nos turnamos entre ocho y doce versículos dependiendo de la longitud de la sección. Pueden pausar para hablar acerca de lo que acaba de leer, o si no tienen algo que decir solo continúen leyendo. 

Si estoy manejando, Lisa puede leer todo el texto mientras yo escucho. A veces, el pasaje será especialmente significativo para uno de los dos; otras veces, para los dos. Lo que me encanta de estudiar la Biblia en pareja es que abre la puerta para que Dios establezca la agenda de lo que hablamos, pensamos y oramos.  

Si siente que alguno de ustedes carece de conocimientos básicos de la Biblia, podría intentar un enfoque adicional. Lisa y yo somos grandes admiradores de los devocionales «For the Love of God» de D.A. Carson.  El Dr. Carson ofrece varias lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento y luego un breve comentario sobre uno de esos pasajes. Es un erudito brillante que da vida a los pasajes con el contexto histórico y hace que las Escrituras sean relevantes para nuestro presente.

Podrían leer juntos los textos bíblicos asignados y luego el comentario. Esto puede ser un ejercicio más largo, pero esto no se trata de correr. Si les toma dos o tres años trabajar en uno de los volúmenes, para cuando terminen con ambos libros, quizás el Dr. Carson haya publicado otro. 

Consejos útiles 

No se frustren pensando que algo va mal si no tienen tiempo para leer la Biblia juntos todos los días. Si pasan de nunca leer juntos la Palabra de Dios a leerla solo una o dos veces a la semana, eso ya es un gran avance.  A lo largo de nuestros 30 años de matrimonio, Lisa y yo también hemos enfrentado temporadas con altibajos en esta práctica. 

Si está casado con un cónyuge algo reacio, propóngalo de forma accesible: «Mira, te pido 20 minutos una o dos veces a la semana, e incluso haré la lectura». Agregue algo que le guste: «Haré el café/haré las galletas/te frotaré los pies…». 

Considere comenzar con un libro más corto de la Biblia, como 1 Juan. Terminar algo juntos es motivador, y escribir la fecha en la Biblia cuando concluyan un libro (como lo hicimos Lisa y yo) les dará un sentido de logro. Luego pueden pasar a un Evangelio o a algo que tome un poco más de tiempo. 

Recuerde que esto no es un concurso, y lo último que debería hacer es convertirlo en una competencia para ver quién entiende mejor el pasaje. Ambos leen la Palabra de Dios para aprender, no para presumir, y mucho menos para juzgar los conocimientos bíblicos de su cónyuge. Se trata de construir intimidad espiritual, así que, si alguno hace sentir al otro menos, lo más probable es que esa persona no quiera volver a intentarlo. 

Recuperado de: https://www.enfoquealafamilia.com/matrimonio/estudiar-la-biblia-como-matrimonio/