Iglesias con Destino

Por: Osvaldo Carnival

Muchas veces sentimos el deseo de dejarlo todo y dudamos si estamos en el lugar correcto. Son esos momentos cuando todo nos sale mal y pensamos que le fallamos a Dios. Quién no se sintió frustrado alguna vez, sin encajar en el propósito que alguna vez nos fue señalado.

 

Recordaba la historia de la pesca milagrosa, en el evangelio de Juan 21 nos relata que estaba Pedro en la barca con Tomás, Natanael, y otros dos de sus discípulos. Y no pudieron pescar nada, pero se les presentó Jesús, sin darse cuenta que era Él, y les dijo “Echad las redes a la derecha” y comenzaron a pescar y fue en ese momento donde Pedro reconoce que era Jesús quien estaba allí. 

 

Pedro no estaba en el lugar equivocado solo tenía que hacer unas pequeñas correcciones para ver la Gloria de Dios. Si nos reencontramos con Jesús, nos reencontraremos con nuestro destino. 

Quizás alguna vez te sentiste como Pedro o quizás estás pasando por medio de ese proceso. Donde quieres comenzar a ver cambio en tu congregación, oras por milagros, te esforzas para que la Iglesia siga creciendo. Pero cuando vemos que esto no sucede nos comenzamos a preguntar si estamos en el lugar correcto , y si estamos en la dirección correcta. 

 

A lo largo de sus días, Pedro había experimentado grandes milagros, como la multiplicación de los panes y los peces. Pero aquella noche sintió el fracaso de no pescar absolutamente nada. No obstante esto, Pedro había sido llamado para ver grandes cosas, para ver una pesca milagrosa. 

 

Querido ministro fuiste llamados para una vida de abundancia. Pues una vez que lo hemos experimentado, ya está dentro nuestro y es cuestión de resucitarlo.

Qué hubiera pasado si Pedro en la barca estaba solo ¿Podría haber pescado solo? No creo porque eran demasiados peces para que una sola persona pueda pescar tal cantidad. Que  importante es que podamos comenzar a formar personas que te acompañen en el llamado, sueño que Dios te dio para que comenzar a formar una Iglesia con destino.

 

Más Iglesias con destino, Iglesias que comienzan a experimentar milagros, sanidades, multiplicación. 

Pero para experimentarlo debemos tirar nuestras redes, Pedro nunca hubiera experimentado la pesca milagrosa si no hubiera tenido las redes. 

Debemos comenzar a soltar y compartir lo que Dios puso dentro tuyo con otros.