El Milagro está en tus Manos

Por: Osvaldo Carnival.

Que valor maravilloso tienen los milagros y más maravilloso lo hace cuando comenzamos a darnos cuenta de que Jesús nos quiere usar. ¿Pero somos conscientes de lo que portamos? 

En 2 Reyes, versículo 4 nos habla acerca de una mujer que se queda viuda, desamparada y con deudas que afrontar, los acreedores venían para llevarse como esclavos a sus hijos y está mujer desesperada corre a buscar ayuda y habla con Eliseo.

Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.  Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.  Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.” 2 Reyes 4:2-4 

Quiero reflexionar junto a ustedes sobre la respuesta que le da la viuda Tu sierva ninguna cosa tiene en casa

Dios quiere sorprendernos y usarnos como instrumentos para ver milagros en nuestras vidas, pero para que esto ocurra tenemos que descubrir a Dios. El profeta le dijo a la mujer: “enciérrate”

El profeta guía a la mujer para que busque en Dios su milagro. Nosotros debemos ser como Eliseo debemos guiar a nuestra congregación para que pueda encontrar en Dios su milagro. 

Los milagros van a ocurrir con líderes fuertes que aprenden a depender del Espíritu Santo, la mujer subestimó el aceite, le dijo al profeta “NO TENGO NADA”, pero tenía aceite.

Como ministros tenemos la responsabilidad de ser nosotros los primeros que nos encerremos y busquemos a Dios. Debemos tener nuestra vida devocional diaria y comenzar a examinarnos y ver en qué cosas debo comenzar a depender de Dios que hasta el momento lo estabas realizando con tus propias fuerzas. 

Muchas veces corremos el riesgo de creer que todo lo debemos resolver nosotros o que lo podemos lograr solos pero no es así debemos depender del Espíritu Santo. 

Juntos tenemos que comenzar a tener MÁS IGLESIAS y que sean marcadas no por el predicador, la cantidad de gente, ni por su estructura sino que comiencen a plantar MÁS IGLESIAS que dependen del Espíritu Santo y es de esa manera como habrá más milagros porque ya no dependerá de nosotros sino del Espíritu Santo. 

Pero para que eso ocurra el cambio debe comenzar en nosotros el reconocer que dependemos de Dios, lo que Él depositó en nosotros, debemos entregárselo para que en sus manos comience a tener valor y ser instrumentos suyos para continuar trabajando en su obra. 

¿Qué es lo que Dios puso en tu vida? ¿Qué es lo que Dios quiere hacer en tu congregación?  No depende de nosotros, sino que nosotros dependemos del Espíritu Santo. 

Dios pone sueños en nuestras vidas y a veces nos olvidamos que 

El aceite es sinónimo del Espíritu Santo, y toda solución viene por el Espíritu Santo, por eso no lo subestimes, Él es tu ayudador. 

Generar una dependencia del Espíritu Santo hace que no hagamos las cosas por nuestras fuerzas o por nuestras propias capacidades sino que dependamos de Él para realizar cualquier tarea o cosa que hagamos.

Quizás recordamos el avivamiento pasado y queremos que ocurra lo mismo y tratamos de hacer lo mismo y realizar las mismas actividades para que eso ocurra como si tuviera una fórmula.

Pero queridos hermanos la viuda al buscar en Dios el milagro hubo un nuevo aceite, si hay un nuevo avivamiento tenemos que preparar nuestras vasijas para que el Espíritu Santo las llene del nuevo aceite. 

Si queremos más iglesias debemos preparar a nuestra congregación y nuestros pares para recibir lo que viene, la viuda tenía vasijas y de esa manera apareció el aceite y a medida que tenía más vasijas, más aceite ella tenía. 

Debemos preparar a nuestra congregación para recibir lo nuevo del Espíritu Santo y para eso debemos enseñarles que todo lo que tenemos debe ser compartido y dado a los demás.