Renovar la confianza

Por: Mili Pedrozo

Siempre que comparto algo me gusta dar significados, para que podamos entender bien hacia dónde nos dirigimos al leernos y/o escucharnos, por eso les comparto el significado de la palabra “Crisis”

Según la Biblia la palabra Crisis puede ser interpretada como un punto de inflexión, un momento de dificultad o prueba que desafía la fe y la confianza en Dios, pero que también puede llevar a un crecimiento espiritual y a una mayor dependencia de Él.

Crisis también la interpretamos como una oportunidad, de conocer a nuestro Padre Dios de una forma diferente a la que lo conocemos. Cuando junto a mi familia enfrentamos la crisis de la guerra en Congo y luego en Chad, no estábamos preparados, muchos miedos se apoderaron de mi corazón. Nuestros hijos eran aún pequeños, escuchar las bombas y todos los ruidos de la guerra, fue aterrador.

Aún el silencio de la gente, la incertidumbre constante, la falta de respuestas y de seguridad eran abrumadoras.

El miedo más grande como mamá fue ver a mis hijos llenos de preguntas a las que no podíamos responder, verlos esconderse debajo de la mesa por algún ruido extraño, la tristeza que tenían al despedirse de amigos y gente que no volvieron a ver más.  Hubo muchas preguntas en mi corazón, también mucho clamor. Cuando enfrentamos crisis tenemos también la oportunidad de elegir, de aprender a confiar, de soltar y dejar de controlar permitiendo el fluir de Dios en nosotros.

No había NADA que nosotros podíamos hacer, ninguna idea o estrategia que pudiéramos realizar, solo renovar la confianza en Aquel que nos llamó y que más allá de lo que nosotros pudiéramos hacer, entendimos que su voluntad es agradable y perfecta. En Hechos 27:15 nos cuenta cuando Pablo enfrento “La tempestad en el mar” se dejaron llevar, soltaron todo control, para no morir, pero Pablo confiaba firmemente que Dios los llevaría a destino.

Aprovechemos las crisis para que Dios siga transformando nuestro interior, conociéndole aún más, enfrentando los vientos, siendo constantes, re-orientándonos a la voz de Dios. Escuchando la Palabra y permitiendo la transformación para que Jesús siga formándose en nosotros.

El Señor soplará vientos favorables para que alcancemos el propósito eterno al que Él nos ha llamado.