La clave para la transformación de la Nación

Por Carlos Annacondia Si miramos la Biblia vamos a ver que todo comienza a cambiar cuando hay alguien que puede llorar, alguien que puede reconocer y decir: “hemos pecado, nos equivocamos”. Las lágrimas son como semillas que caen en la tierra y luego producen fruto. Para que haya un avivamiento tiene que haber un río de lágrimas. La oración nos lleva a esa comunión con Dios para que podamos ver la necesidad y urgencia de que la gente se vuelva a Dios. En Él las personas encontrarán paz, felicidad, esperanza, trabajo, salud. ¡Todo está en las manos de Dios! Es importante que ayunemos y oremos, que consagremos días a Dios para que Él abra los cielos y bendiga, primero nuestra vida, porque si nosotros nos volvemos a Dios Él se vuelve a nosotros, después nuestra familia, nuestra ciudad, la iglesia, y finalmente toda la Argentina. Si nosotros queremos ver un cambio en nuestra vida, familia, ciudad y país, es necesario orar, ya que la oración es la llave que Dios dejó y que nos enseñó a usarla por medio de Jesús». ¿Qué importancia tiene la oración unida? «La oración de un justo puede mucho”, eso dice la Biblia. La oración de muchos justos puede más. Cuántos más somos, más bendición. Dios está esperando que le pidamos. Muchas veces uno se pregunta “¿Por qué Dios no me da?”. Pero el error está en que no le pedimos, porque creemos erróneamente que no es necesario pedir. La Biblia dice “pedid y se os dará, buscad y hallareis, golpead y se os abrirá”. Quiere decir que hay una enseñanza, que la oración es la que mueve la mano de Dios. Cuando oramos, lo hacemos por nuestra casa, por nuestra vida, por nuestra ciudad, vamos a orar por nuestra Argentina, entonces la bendición de Dios se agiganta. ¿Hay un cambio verdaderamente? Las cosas comienzan a cambiar, comienzan a producirse cuando hay una iglesia que busca a Dios. La iglesia es la que tiene la llave para que Dios abra los cielos y bendiga la tierra. No debemos esperar que Dios lo haga todo por su cuenta porque Dios está esperando que nosotros hablemos. Es como cuando un niño le pide algo a su padre. Dios quiere bendecirnos, Dios quiere darnos lo que necesitamos, pero Él puso un reglamento, “pedid y se os dará, buscad y hallareis, golpead y se os abrirá”. Dios nos está diciendo que le pidamos, que Él no tiene límites, lo más pequeño o lo más grande. No importa lo que sea, porque Dios es Dios de todo. ¿Hay algo que sea difícil o imposible para Dios? No, todo es posible para Dios, lo más pequeño o lo más grande. Dios está esperando que le pidas. A Dios le gusta que seamos hijos cariñosos. Dios es Dios y Él nos ama, y quiere que nosotros lo amemos. A veces no entendemos que Dios necesita que nosotros lo amemos, que nos acerquemos a Él. Hay momentos de desesperación que uno pide alterado, y Dios está ahí para ayudarnos. La oración es la que mueve la mano poderosa de Dios. A través de una simple y sencilla oración, mucha gente se va a encontrar con Jesús. Nosotros tenemos que cultivar nuestra amistad con Dios, y cultivar no es más que hablar. Necesitamos tener tiempo para hablar con Dios.

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Cómo una mayor autoconciencia lo convertirá en un gran líder

Por Larry Stockstill, orador principal de la Convención Nacional UAD 2018 “Ten cuidado de ti mismo…” (1 Timoteo 4:16)  Todos quieren ser un gran líder. Y cada una de estas personas intentan con cada libro, conferencia y seminario. Llenan el tanque completamente de motivación. Leen y escuchan hasta la última estrategia de liderazgo. Eso es bueno. Pero pierden un ingrediente importante, que le falta a todo lo que hacen. Es la “Autoconciencia”. Autoconciencia es “cuidarte a ti mismo”. Las enfermeras observan monitores cardiacos para cuidar de un paciente. Y, si un indicador está fuera de lo normal, la alarma se dispara y alerta. Acá están los monitores que yo constantemente chequeo en mí mismo: 1- Mis pensamientos: ¿Negativos o Positivos? Intenta andar un día entero sin un pensamiento negativo sobre vos mismo, otra persona o tus circunstancias.  Cuando mi mente deriva en un pensamiento negativo, todos y todo a mi alrededor se torna horrible. Pablo dice: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en ESTO PENSAD” (Filipenses 4:8). Si tu esposa, tu perro, tu vecino y tu trabajo, apesta a la vez, cambia tus pensamientos hacia lo celestial. 2- Mi dirección: ¿Es hacia adelante o hacia atrás? El PROGRESO es crítico.  Líderes que pasan meses y años sin progreso, es como un entrenador que nunca movió el juego y termina siendo despedido. Si él estaba satisfecho con el clima, el color de los uniformes y con los festejos de apoyo (pero pierde cada juego), el se IRÁ. Usa medidas (con resultados conmensurables) para que te muestren la dirección. Cambia la dirección si estás yendo por el camino equivocado. 3 – Mi santidad: ¿Se mantiene o cae?  ¿Hay algún mal hábito o comportamiento que se repite constantemente? ¿Estoy enojado o soy adicto a algo? ¿Estoy sorprendido por mi comportamiento detrás del volante o cuando estoy en casa con mi familia? Chequea tus palabras. Chequea tu computadora. Chequea tus relaciones. Genera alrededor tuyo un “círculo” de transparencia. Otórgale a ese círculo la libertad para corregirte. Porque si tú no puedes ver tus propias impurezas, seguramente ellos las pueden ver, y puedan sacarte del pozo. 4- Mi dinero: ¿Estresante o relajante? Si sientes que continuamente te estresa lo relacionado al dinero, necesitas a una persona que te ayude. Tu presupuesto está rebasado y tuviste muchas oportunidades de gastar el dinero fácilmente. Tus prioridades están equivocadas. Obtenga un plan financiero.  Envíelo a su planificador financiero para salir de la deuda y mantenerse fuera de la deuda. Venda lo innecesario, repare lo dañado y comience un fondo de emergencias de 3 meses. 5- Mi salud: ¿Está fuerte o débil? Dieta, descanso y ejercicio= ENERGÍA.  Cuando te sientes fatigado, es uno de estos tres es el causante (o los tres a la vez). Dieta: otórgale a alguien permiso que te apunte cuando comas alimentos no saludables o porciones de más. Pésate cada mañana, si la balanza sube, no es porque hay que cambiarla. Descansa: Ve a la cama a una cierta hora y levántate ocho horas después. Ejercicio: camina un kilómetro (o dos) diariamente.   La autoconciencia es la vía para salir del fracaso y el ingreso a una vida de logros, ganancias y éxito.    

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