Desafíos para la predicación actual

Por John C. Maxwell

Los comunicadores y los predicadores de hoy tienen que ser mejores que los de dos generaciones anteriores. He aquí por qué. Hace una o dos generaciones tú podías predicar y decir en esencia: «La Palabra de Dios dice», y seguías con tu mensaje. El noventa y cinco por ciento de esa audiencia aceptaba el fundamento sobre el que estabas edificando ese mensaje. Hoy no sucede esto. Hoy, antes de que puedas convencer a la congregación de la integridad de la Biblia, tienes que convencer a la congregación de la integridad de tu vida. Los predicadores de hoy primero tienen que transmitirlo mediante sus acciones y vida, su carácter, su conducta. Si esa audiencia acepta eso, entonces dice: «Está bien, ahora estoy dispuesto a ver el mensaje de la Biblia». Eso no era así antes. Así que creo que nos obliga a vivir una vida más piadosa y santa.

En los últimos diez o doce años ha habido una caída moral en el clero. Una de las pocas cosa buenas que esto ha traído como resultado es que ha logrado que no seamos tan arrogantes —tal vez «asustados» sea una palabra mejor— más humilde, tal vez mucho más lentos para permitir que alguien nos ponga en un pedestal. Hoy hay menos juegos de roles.

Esta es la transición que estoy viendo. Esto es lo que en verdad me entusiasma. El domingo pasado visité la iglesia de Randy Pope [iglesia presbiteriana del perímetro] porque ahora estamos en Atlanta. Él tiene más de tres o cuatro mil personas. Ahí tenemos a un hombre muy cerebral, buen pensador. Tremendo carácter e integridad en su vida. Lo abrir la Palabra con mucho cuidado. Me siento muy satisfecho de este joven que, con verdadera integridad, pesa con mucho cuidado sus palabras a esta congregación. Y la razón por la que lo hace es porque sabe que allí hay un espíritu de cuestionamiento, por lo que debe estar en lo correcto. Hay algunas diferencias en los tiempos, algunas diferencias importantes. Pero creo que esto nos hace predicar mejor, estamos comunicando mejor.

Una cosa más: Si el mensaje no es relevante, las personas no tendrán pasión para seguirlo. Hubo un tiempo en que solo la pasión atraía a las personas. Ahora sienten pasión —sus corazones se apasionan con Dios— solo cuando ven la relevancia del mensaje. Los pastores deben confiar un poco más en sí mismos fuera del ambiente de la iglesia. Necesitamos tomar lo que está sucediendo y dónde está la cultura. Me gustaría que el mundo fuera capaz de entrar en la iglesia y sentirse cómodo, no porque se han hecho concesiones en el mensaje, sino porque es relevante y hay pasión que proviene de esa relevancia; los corazones que se apasionarán y moverán y la convicción que se produce tienen como base el hecho de que el mensaje se relaciona con la cultura. Logra la conexión con las personas.

Ahora que no soy pastor, voy a las iglesias y escucho predicar más de lo que acostumbraba. Y creo que yo fui un poco ingenuo. Pensaba que la predicación estaba un poco mejor de lo que está. Y cuando escucho a esos pastores muchas veces quiero levantarme y preguntar: «Detente un momento, ¿a quiénes les estás hablando? No estás logrando la conexión, pero tienes un gran mensaje. Demos marcha atrás por un momento. ¿Cómo vamos a tomar lo que estás diciendo y conectarlo con Pepe que está allí?» Falta un poco de percepción, creo, de dónde están las personas en su viaje y qué les está sucediendo. La verdad, unida a la relevancia, hace que un mensaje sea ardiente. La relevancia sin verdad no tiene convicción ni poder para cambiar. La verdad sin relevancia no logra la conexión. Así que yo insto a los pastores a que dediquen más tiempo con el mundo. No para ser mundanos sino para dedicar más tiempo en el mundo y saber a quién estamos tratando de alcanzar con este buen mensaje que tenemos.

Extracto del libro Predicación poderosa de Michael Duduit(978-0-8297-5105-5) ©2006 por Editorial Vida.

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La clave para la transformación de la Nación

Por Carlos Annacondia Si miramos la Biblia vamos a ver que todo comienza a cambiar cuando hay alguien que puede llorar, alguien que puede reconocer y decir: “hemos pecado, nos equivocamos”. Las lágrimas son como semillas que caen en la tierra y luego producen fruto. Para que haya un avivamiento tiene que haber un río de lágrimas. La oración nos lleva a esa comunión con Dios para que podamos ver la necesidad y urgencia de que la gente se vuelva a Dios. En Él las personas encontrarán paz, felicidad, esperanza, trabajo, salud. ¡Todo está en las manos de Dios! Es importante que ayunemos y oremos, que consagremos días a Dios para que Él abra los cielos y bendiga, primero nuestra vida, porque si nosotros nos volvemos a Dios Él se vuelve a nosotros, después nuestra familia, nuestra ciudad, la iglesia, y finalmente toda la Argentina. Si nosotros queremos ver un cambio en nuestra vida, familia, ciudad y país, es necesario orar, ya que la oración es la llave que Dios dejó y que nos enseñó a usarla por medio de Jesús». ¿Qué importancia tiene la oración unida? «La oración de un justo puede mucho”, eso dice la Biblia. La oración de muchos justos puede más. Cuántos más somos, más bendición. Dios está esperando que le pidamos. Muchas veces uno se pregunta “¿Por qué Dios no me da?”. Pero el error está en que no le pedimos, porque creemos erróneamente que no es necesario pedir. La Biblia dice “pedid y se os dará, buscad y hallareis, golpead y se os abrirá”. Quiere decir que hay una enseñanza, que la oración es la que mueve la mano de Dios. Cuando oramos, lo hacemos por nuestra casa, por nuestra vida, por nuestra ciudad, vamos a orar por nuestra Argentina, entonces la bendición de Dios se agiganta. ¿Hay un cambio verdaderamente? Las cosas comienzan a cambiar, comienzan a producirse cuando hay una iglesia que busca a Dios. La iglesia es la que tiene la llave para que Dios abra los cielos y bendiga la tierra. No debemos esperar que Dios lo haga todo por su cuenta porque Dios está esperando que nosotros hablemos. Es como cuando un niño le pide algo a su padre. Dios quiere bendecirnos, Dios quiere darnos lo que necesitamos, pero Él puso un reglamento, “pedid y se os dará, buscad y hallareis, golpead y se os abrirá”. Dios nos está diciendo que le pidamos, que Él no tiene límites, lo más pequeño o lo más grande. No importa lo que sea, porque Dios es Dios de todo. ¿Hay algo que sea difícil o imposible para Dios? No, todo es posible para Dios, lo más pequeño o lo más grande. Dios está esperando que le pidas. A Dios le gusta que seamos hijos cariñosos. Dios es Dios y Él nos ama, y quiere que nosotros lo amemos. A veces no entendemos que Dios necesita que nosotros lo amemos, que nos acerquemos a Él. Hay momentos de desesperación que uno pide alterado, y Dios está ahí para ayudarnos. La oración es la que mueve la mano poderosa de Dios. A través de una simple y sencilla oración, mucha gente se va a encontrar con Jesús. Nosotros tenemos que cultivar nuestra amistad con Dios, y cultivar no es más que hablar. Necesitamos tener tiempo para hablar con Dios.

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Cómo una mayor autoconciencia lo convertirá en un gran líder

Por Larry Stockstill, orador principal de la Convención Nacional UAD 2018 “Ten cuidado de ti mismo…” (1 Timoteo 4:16)  Todos quieren ser un gran líder. Y cada una de estas personas intentan con cada libro, conferencia y seminario. Llenan el tanque completamente de motivación. Leen y escuchan hasta la última estrategia de liderazgo. Eso es bueno. Pero pierden un ingrediente importante, que le falta a todo lo que hacen. Es la “Autoconciencia”. Autoconciencia es “cuidarte a ti mismo”. Las enfermeras observan monitores cardiacos para cuidar de un paciente. Y, si un indicador está fuera de lo normal, la alarma se dispara y alerta. Acá están los monitores que yo constantemente chequeo en mí mismo: 1- Mis pensamientos: ¿Negativos o Positivos? Intenta andar un día entero sin un pensamiento negativo sobre vos mismo, otra persona o tus circunstancias.  Cuando mi mente deriva en un pensamiento negativo, todos y todo a mi alrededor se torna horrible. Pablo dice: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en ESTO PENSAD” (Filipenses 4:8). Si tu esposa, tu perro, tu vecino y tu trabajo, apesta a la vez, cambia tus pensamientos hacia lo celestial. 2- Mi dirección: ¿Es hacia adelante o hacia atrás? El PROGRESO es crítico.  Líderes que pasan meses y años sin progreso, es como un entrenador que nunca movió el juego y termina siendo despedido. Si él estaba satisfecho con el clima, el color de los uniformes y con los festejos de apoyo (pero pierde cada juego), el se IRÁ. Usa medidas (con resultados conmensurables) para que te muestren la dirección. Cambia la dirección si estás yendo por el camino equivocado. 3 – Mi santidad: ¿Se mantiene o cae?  ¿Hay algún mal hábito o comportamiento que se repite constantemente? ¿Estoy enojado o soy adicto a algo? ¿Estoy sorprendido por mi comportamiento detrás del volante o cuando estoy en casa con mi familia? Chequea tus palabras. Chequea tu computadora. Chequea tus relaciones. Genera alrededor tuyo un “círculo” de transparencia. Otórgale a ese círculo la libertad para corregirte. Porque si tú no puedes ver tus propias impurezas, seguramente ellos las pueden ver, y puedan sacarte del pozo. 4- Mi dinero: ¿Estresante o relajante? Si sientes que continuamente te estresa lo relacionado al dinero, necesitas a una persona que te ayude. Tu presupuesto está rebasado y tuviste muchas oportunidades de gastar el dinero fácilmente. Tus prioridades están equivocadas. Obtenga un plan financiero.  Envíelo a su planificador financiero para salir de la deuda y mantenerse fuera de la deuda. Venda lo innecesario, repare lo dañado y comience un fondo de emergencias de 3 meses. 5- Mi salud: ¿Está fuerte o débil? Dieta, descanso y ejercicio= ENERGÍA.  Cuando te sientes fatigado, es uno de estos tres es el causante (o los tres a la vez). Dieta: otórgale a alguien permiso que te apunte cuando comas alimentos no saludables o porciones de más. Pésate cada mañana, si la balanza sube, no es porque hay que cambiarla. Descansa: Ve a la cama a una cierta hora y levántate ocho horas después. Ejercicio: camina un kilómetro (o dos) diariamente.   La autoconciencia es la vía para salir del fracaso y el ingreso a una vida de logros, ganancias y éxito.    

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